Voz

Acuso a los espectros.
Acuso al ave rujj, que desova en la espalda
del hada ciega.

Acuso a los vientos,
a la cera y a la gallina muda.
Acuso a la serpiente alada
-¡ah, las alas leprosas y doblemente rotas!-.
Acuso a los árboles y a las aguas.

Tú, cielo luminoso,
¡oh esposa del dios y del sultán!,
tú eres inocente, inocente
de nuestra sangre.

A Sísifo
A Halim Barakat
Juré que escribiría sobre el agua.
Juré que llevaría con Sísifo
su sorda roca.
Juré que me quedaría con Sísifo,
sometiéndome a la fiebre y a las centellas,
buscando en las órbitas ciegas
una última pluma
que escribiera a la yerba y al otoño
el poema del polvo.
Juré vivir con Sísifo.

Vientos de locura
Las carrozas del día se oxidaron.
Oxidóse el jinete.

Yo vengo desde allá,
desde un país de estériles raíces.
Trayendo por montura una corola seca.
Caminando por sendas asediadas.
¿Por qué?
¿Por qué os burláis?
¡Huid!… ¡Huid!…
Yo vengo desde allá.
Vestido con el crimen.
Trayendo hasta vosotros un viento de locura.

El parto
¿Para quién abre el alba la ventana del ojo?,
¿y para quién excava en mis costados?
¿Por qué la muerte, entero, va mamándome,
y atando mi existencia
con el breve temblor de los segundos?

Ahora lo comprendo:
Mi sangre es el útero del tiempo.
Y en mis labios alumbra la verdad.

Salmo (ver video aquí)
Le creo al viento un pecho, una cadera sobre la que apoyarme. Creo al rechazo un rostro que con el mío comparo. Me sirvo de las nubes cual cuadernos y tinta. Lavo la claridad.

El cielo tiene lóbulos que corto, y las lágrimas, hojas sobre las que yo escribo, las amapolas, galas que me visten, y los pinos, cintura que me ríe. Sin encontrar a nadie a quien amar, ¿es demasiado, muerte, que me ame a mí mismo?

Me auto-acuno. Mis senderos yo creo de mis dedos y dispongo el espacio en circular, lo mismo que mis ojos. Invento un agua que no me sacie nunca. Igual que el aire soy, sin leyes qué acatar. Creo un paraje donde convergen infierno y paraíso. Invento otros demonios con quienes yo compito en carreras y apuestas.

La pluma del cuervo
I
Sin épocas viniendo.
Sin flores,
y sin campos.

Nada tengo en la arena,
ni en los vientos.
Ni en la hermosa mañana.
Sólo una sangre joven
que corre con los cielos.
Y la tierra,
en mi frente profética,
es un tropel de pájaros sin fin.

Sin épocas viniendo.
Sin flores,
y sin campos.
Una fuente de polvo brotándome en la sangre;
en mis ojos viviendo,
comiendo de mis ojos.
Vivo.
Conduciendo los años a la espera de un barco
que se hunda en el vacío.
Igual que si soñara.
Igual que si marchara sin retorno.

II
Asediado.
En el cáncer del silencio.
Escribo mis poemas sobre el polvo,
con la pluma del cuervo.
Sabiendo
que no me queda luz sobre los párpados,
que nada, ya, poseen:
el sentido del polvo solamente.

Me siento en el café.
Con la mañana,
la silla de madera
y la colilla.
Yo me siento.
A la espera de mi olvidada cita.

III
Deseo arrodillarme.
Quiero rezarle al búho de alas rotas.
A la brasa,
a los vientos,
A la muerte.
A la peste.
Quemar en el incienso
mis días blancos,
mis cantos,
mi cuaderno.
La tinta y el tintero.
Rezar a cualquier cosa
que ignore qué es rezar.

IV
Beirut no se ha mostrado en mi camino.
Beirut no ha florecido en estos campos.
Beirut no ha dado frutos.
Es una primavera de langostas,
de arena sobre el campo.
Yo solo -con los frutos-
solo, sin estaciones y sin flores.
De la puesta del sol al mediodía
atravieso Beirut y no la veo.
Beirut en la que vivo
y que no veo.
Solo yo. Con los frutos. Y el amor.
Marchando con el día.
Marchando hacia otro pueblo.

VEINTICINCO DÍAS

Traducción del árabe por
María Luisa Prieto

1
Con sus penas, con sus despojos
Ondula en Gaza
Y surgen imágenes como se representan
En sus mitos.
Surge Beirut -amasada en chispas
Ondula, se eleva
Y mancha la tierra de la alegría.

2
Pregunta por sus hijos. ¿Dónde? ¿Qué?
La ceniza es la respuesta.
Coge un puñado de tierra del lugar,
Se inclina, lo besa
Y llora sobre él.
Entre esta tierra y sus pestañas
Hay una época de amor y promesas.

3
Quitadle esa basura
Alejad la cubierta de su estructura:
Ella ha entregado su rostro al cielo.

4
¿Retornamos a nuestra tierra la destrucción
y el guía-libro?

5
Pintan en crepúsculo
Como un túnel dentro de otro:
La luz está asustada,
La luz tiene los ojos perplejos.

6
¿Cómo? (No hay diferencia entre ascender y descender)
¿Cómo caminar juntos y para qué ser amigos?
El camino no es camino
Y tú no eres tú.

7
El sol está perplejo, sentado en cuclillas:
¿Qué dirá la primavera
a sus hijos en el invierno?

8
Escriben el hierro y yo escribo un himno
Para los niños. Mayy,
No enciendas la luz en la casa
Esta noche.
El hierro nos busca,
Tiene celos de nosotros,
Explosiona su volcán y cubre el firmamento.

9
No hay lecho, tómame como quieras
En esta esfera desconcertada.
¿Dónde ir, entonces? No hay camino pero…
aquí está el bombardeo. Un infierno
loco, errante.

10
Por el cielo, por lo que he escrito al cielo:
Los mitos se desangran
Y el Señor golpea a Su rebaño
Con Sus espuelas
-barcos corriendo a lomos de este aire.

11
Horizonte cerrado, angosto,
Horizonte para el éxodo,
No quiero más amigo que la palmera
¡Bendita palmera!

12
El agua llora
Y el aire se compadece y enjuga sus pestañas.

13
Un cuerpo fundido en llamas. Una llama
Que caza al señor de la eternidad
En la ceniza del cuerpo.

14
¿Queréis que lea la paz
entre estos cadáveres humanos,
en el horror de esta ruina?

15
No pienso más que en la paz, pero
No veo más que guerra.

16
No rezaré a la guerra,
No santificaré a los muertos,
No bendeciré a los soldados que bailan ufanos
Sobre los despojos de un pueblo.

17
No quiero que mi casa
Sea cuervo,
No quiero que sea amiga de los tanques,
No quiero que tienda las manos a los genios,
No quiero que abra sus puertas a la guerra,
No quiero que sea bandera para el faraón o Jehová.
Destruidla
Y escribid en sus escombros:
“Por aquí pasó un soldado de Dios”.
Sólo quiero que mi casa sea
Luz y amor. ¡Pobre de ella!

18
¡Desplazado! No hay tiempo en la tierra
más que para convertir la tierra en amor.

19
Dijo: “Os lo suplico,
Cuando me muera tomadme, tomad
Mis libros y extendedlos
Bajo mi cabeza como almohada
Y enterradnos juntos”.

20
Una tierra borrada por el viento.
¿Cómo escribir? ¿Qué?
¿Escribiré lo que me borra?

21
Después de esta dispersión
Confiaré mi cuerpo a su herida
Y resucitaré a los rebeldes.

22
Le diré a mi tiempo
Que sea espacio -mis heridas sus lámparas.
Intentaré
Crear unos ojos dentro de mis ojos
Para ver.

23
Un país a punto de olvidar su nombre.
¿Por qué
me ha enseñado una rosa damascena
a dormir en el regazo de Damasco?

24
El asesino persevera en su víctima,
Arranca las raíces de la canción.
No intercedas, poeta,
A esta tierra sólo le excita la rebeldía.

25
Después de esta dispersión
¿Qué haré? ¿Regaré
una rosa que permanece viva?
Pero la ceniza de las bombas cubre sus hojas.
Quitaré la ceniza y mostraré
Su rostro y la maceta cuyos hombros se han roto.
Construiré desde el principio nuestra casa.
Estoy vivo y amo.
No hay paz sino en el amor.
No hay amor sino en la vida.

París, agosto del 2006.
(Publicado en árabe en el periódico Al Hayat el 10 de agosto del 2006)