París, 24 enero, 2023
Olivier Herrera Marín

Hoy 24 de enero de 2023, en Lima, Perú, decide hoy su futuro, después que una presidenta inculta, Dina Boluarte, profanara el sábado pasado el templo sagrado del saber, la cultura y la historia de Perú. La Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y detuviera a 200 ciudadanos libres y estudiantes. Ese atropello a la dignidad de Perú, era una línea roja infranqueable, y poco podrá ya hacer que no sea pedir perdón y dimitir, por su traición a quienes le votaron, y por todo el daño irreparable que ha hecho y está haciendo a Perú. Dimitir inmediatamente, antes que la boten y tenga que salir huyendo montada en la escoba de la embajadora de EE. UU. Dina Boluarte está amortizada, ya no sirve de pantalla ni de escudo ni de taco de escopeta, para la élite que va directo al infierno dónde arderá sin remedio, por el voraz incendio que ha provocado su rancia y necia arrogancia. La élite del poder de Perú debe cambiar su chip y aceptar los resultados de las urnas, deportiva y democráticamente, aun cuando no sea de su gusto el presidente elegido por ser un maestro urbano o rural, un conductor de ambulancias o de trenes, una enfermera o celador de hospital, y sea negro, mulato, cholo o indígena. La élite ha de entender que su supervivencia y la tenencia de su auténtico PODER, no dependen tanto de sus fuerzas armadas ni de hasta dónde éstas lleguen en el brutal ejercicio de su sin razón, como de su propia cintura y capacidad de dar marcha atrás y reinventarse, sabiendo que la fuerza de un pueblo de pie y en marcha, es imparable, y que deben adaptarse a los nuevos tiempos y vientos que soplan en Perú y Latinoamérica.

LA SEMILLA DE LOS MAESTROS RURALES
A Pedro Castillo Maestro y presidente legítimo de Perú

Todo pasa en la vida, / el amor y la muerte, / y es nada la fortuna.

Que, si algo queda: / es la voz y el verbo, / el valor del alma.

Que, si algo queda, / más allá del tiempo, / es la memoria.

Es la huella eterna / del que lo dio todo /sin esperar nada.

Que, si algo queda, / es el sol y la semilla, / es el mar y el viento:

es el nombre y valor / del que dio su vida / por el amor y la vida.

Sabemos que Pedro Castillo no es Túpac Amaru, Bolívar, Zapata, ni Mandela, y avanzo estos versos sencillos porque, aún si ha cometido errores más o menos inducidos, el problema real es que no lo aceptan, ni le van a perdonar, el haber llegado a presidente un maestro rural, pobre y cholo, bandera y esperanza de los pueblos originarios y los más desfavorecidos, excluidos de las mesas con manteles bordados en oro, en la gran comilona de la boyante macro economía nacional. Con mil y una excusa, desde el primer día, sin pausa ni tregua, los cuervos de Lima, fiel guardia del águila imperial de Washington, han logrado acosar y enjaular a Pedro, sin ver que el cóndor sigue volando bien alto y libre en la cordillera Andina. La situación en Perú no para de degradarse, la lista de muertes víctimas de la represión violenta de una presidenta accidental, y de un gobierno sin legitimidad democrática ni base social, que hoy lo avale y sustente, es un continuo suma y sigue diario que no parará ni frenará la ola de indignación popular y las protestas que ocupan pacíficamente las plazas y calles a todo lo largo y ancho de Perú, desde los pueblos y comunidades indígenas de la Sierra a Lima, exigiendo libertad, democracia, una asamblea constituyente e inmediata convocatoria de elecciones.

Asistimos a una constante violación de los más elementales derechos cívicos y humanos de parte la una clase política miope y corrupta incapaz de entender y atender los derechos de los trabajadores y de la inmensa mayoría de la sociedad civil, la fuerza del trabajo dinámica y esencial, para lograr el desarrollo armónico y sostenible de todas las fuerzas productivas de Perú. Una clase política inculta, banal y venal, con más miedo que vergüenza, que es ser-vil con la élite económica a la que le rinde cuentas, y arrogante, con el pueblo soberano al que le dan la espalda cuando toman posesión de sus poltronas.

Perú es hoy un ejemplo emblemático en el contexto de Latinoamérica, para los mercados de China y de extremo oriente, de USA y la Unión Europea, una potencia económica de primer orden con una élite blanca y empresarial que pisa fuerte, bien formada y eficaz para competir y abrir nuevos mercados. Pero Perú, además de sus impresionantes riquezas, sus reservas minerales, y sus mercados, tiene historia y memoria, cultura y dignidad, hambre real y sed de democracia y de justicia social. Y hallará la fuerza de la palabra necesaria con la forma pacífica más adecuada para abrir las sendas e iniciar los caminos convergentes hacia lo alto del Machu Picchu, donde la asamblea constituyente esculpirá con letras de oro los valores universales de la nueva constitución, los inalienables derechos de todos los ciudadanos y pueblos de Perú, celebrando su segunda y auténtica libertad e independencia de los nuevos amos del mundo y sus Pit Bull, que no entienden que las vacas deben de dar leche para todos los niños de Perú; que no entienden que todos los hijos de la Pachamama deben comer cinco frutas al día; que toda la sociedad civil tiene derecho al acceso solidario, responsable y proporcional, en el reparto de los frutos y las riquezas de su vientre fértil y generoso. No verlo, es de ciegos; no involucrarse, es de necios que arrastraran a Perú más pronto que tarde al abismo, al pegarse un tiro en el pie izquierdo y suicidarse como élite dirigente.

Pedro Castillo es maestro, y creo que es honesto y buena persona, intentó realizar con mejor voluntad que fortuna, las reformas mínimas que necesita hoy Perú, para poder dar de comer, escuelas y sanidad pública decente a los más pobres y necesitados que son personas con dignidad. Pedro intento formar gobiernos de compromiso para realizar en paz las reformas más esenciales. Pedro, no es él, es lo que él encarnó y movilizó en campaña electoral, la cultura y sabiduría ancestral, el indígena y la sierra, mano de obra barata durante siglos sometida y explotada, teniendo para la élite blanca dominante más valor el mulo de carga que el niño que lo lleva del ramal para acarrear los troncos de madera en la selva o en la cuenca minera.

Pedro Castillo, es un humilde maestro rural que nunca pudo imaginar el verse un día de presidente de Perú. Y han sido el pan de cada día las trampas, las zancadillas y las encerronas de una arrogante aristocracia, económica, política y militar que sigue con el espíritu de conquista y no está dispuesta a ceder en nada, aún si sabe que con ello podrá tener la paz social y estabilizar, conservar y acrecentar, su inmenso poder. Los estúpidos hijos de los dioses blancos no pueden entender que más vale hablar y negociar, ceder y perder un poco, que enrocarse, atrincherarse y más perder. Dina Boluarte, su gobierno, el parlamento y todo el aparato represivo de Perú, la policía y el ejército no pueden hoy encauzar las aguas que bajan bravas de la Sierra Andina a Lima, ni evitar su desbordamiento y que arrastren con todo cuanto hallen a su paso. Pedro ha podido cometer errores más o menos previsibles o inducidos, y a Pedro le quieren juzgar y condenar los hijos y nietos de los esclavistas, verdugos y Virreyes de Perú, por lo mismo que lo absolverán sus pueblos y su historia, por ser maestro rural, pobre y cholo, e intentar defender la Madre Tierra y sus pueblos originarios.

Consumado el golpe palaciego de Dina Boluarte, le faltó tiempo a la Embajadora de Estados Unidos para ir a palacio de gobierno a felicitarla, darle su apoyo y ver de asegurar los contratos sobre las materias primas peruanas, que son estratégicas y de alto valor. Es lógico pensar que detrás de este golpe de un gobierno de facto están los Estados Unidos, como lo estuvieron detrás de Pinochet en Chile, y de todos los golpes de estado y guerras (in)justas y (des)humanitarias donde entren en juego sus bases militares e intereses económicos y geopolíticos.

Dina Boluarte es una presidenta que no represente al pueblo, siendo repudiada en grandes manifestaciones de Perú, sobre todo en las regiones de la sierra. El pueblo peruano, le ha dicho que es una presidenta usurpadora, una traidora a los principios por los cuales llegó a ser la Vice-presidenta del Perú, pero también de tener las manos manchadas de sangre con los muertos de la represión policial y militar no sólo en la sierra peruana. Esta crisis política debe ser resuelta pacíficamente, Dina Boluarde carece de autoridad legítima y capacidad, altura de miras, cintura y mano izquierda para hacerlo, por ello tiene que dimitir y que Perú decida su futuro en las urnas.

Hoy, en la Sierra y en Lima lo prioritario tiene que ser:

A)     Respeto a los derechos humanos, la vida e integridad física de los peruanos.

B)     Levantar el Estado de Sitio y el ejercito que vuelva a los cuarteles

C)      La libertad incondicional de los detenidos políticos por manifestarse pacíficamente.

D)     Garantías para la movilizaciones y protestas pacíficas por la democracia en Perú.

E)      No a los convenios y contratos lesivos con las multinacionales de Canadá, USA…

F)      Abstención de tomar ninguna decisión trascendental para el futuro de Perú,

G)     Convocatoria de elecciones a la mayor brevedad en el año 2023,

H)     Elegir una Asamblea Constituyente encargada de redactar una nueva Constitución más acorde con la realidad presente y los valores perennes de sus pueblos originarios, Un Perú amante de la paz, integrador, protector y defensor de un sólido crecimiento y desarrollo sostenible con una gran proyección de futuro en el concierto económico y político mundial, que apoye y defienda por igual todos sus pueblos y comunidades indígenas de la Sierra a Lima, del norte al sur y de la Amazonía al Pacifico

París, 24 enero, 2023
Olivier Herrera Marín