Por Rodolfo Bueno | 25/04/2022 | Conocimiento Libre, Ecuador

Frente a la resoluciĆ³n britĆ”nica de extraditar a EE.UU. al editor de WikiLeaks, el presidente de Ecuador dijo: ā€œRespetamos el fallo de los tribunales del Reino Unido y como paĆ­s daremos todas las facilidades que correspondan, de acuerdo con aquel falloā€.
SegĆŗn Paul C. Roberts, ex-Secretario de Finanzas de Reagan, el Reino Unido se encuentra bajo la influencia del gobierno corrupto de Washington, cuyas acciones criminales fueron desenmascaradas por Julian Assange. Pese a que arbitrariamente se nieguen obedecer el mandato internacional de la ONU, de que su detenciĆ³n va contra la DeclaraciĆ³n Universal de Derechos Humanos, ā€œel gobierno criminal de Washington no permitirĆ” poner en prĆ”ctica la decisiĆ³n de la ONUā€, pues esa negativa beneficia a las autoridades de EEUU. ĀæQuĆ© sucede? Sucede que Inglaterra y la UniĆ³n Europea se han convertido en vasallas y actĆŗan bajo presiĆ³n de EEUU, que pretende pudrir en la cĆ”rcel a Assange, cuyo Ćŗnico delito es haber divulgado en WikiLeaks la verdad sobre las matanzas de mujeres, ancianos y niƱos, cometidas en las guerras de AfganistĆ”n, Iraq, Siria y acerca de la prisiĆ³n de la base de GuantĆ”namo, asĆ­ como informes diplomĆ”ticos que desvelan crĆ­menes de guerra y otros abusos de oficiales y autoridades estadounidenses.

El acoso a Assange es un ataque a la libertad de expresiĆ³n, no es otra cosa ā€Žque la venganza de ā€ŽEEUU por la revelaciĆ³n de verdades incĆ³modas sobre su realidad. Las organizaciones periodĆ­sticas consideran que se trata ā€Žde una agresiĆ³n sin precedentes al periodismo y condenan la decisiĆ³n de extraditarlo, debido a sus implicaciones para el futuro de la libertad en todo el mundo. ā€œHa llegado la hora de poner fin a mĆ”s de una dĆ©cada de persecuciĆ³n, de una vez y para siempre. Es hora de poner en libertad a Assangeā€, afirman. Kristinn Hrafnsson, director de WikiLeaks, dice: ā€œSe trata de la naciĆ³n donde individuos al mĆ”s alto nivel en Langley, Virginia, en la CIA y en la Casa Blanca contemplaron secuestrar o matar a Julian Assangeā€.ā€Ž

Sajid Javid, que fungĆ­a de Ministro del Interior del Reino Unido, paĆ­s que se jacta de ser el baluarte de la defensa de los derechos humanos, declarĆ³: ā€œHay una solicitud de extradiciĆ³n de Estados Unidos que se presentarĆ” maƱana ante los tribunales, pero ayer firmĆ© la orden de extradiciĆ³n y la certifiquĆ©, porque quiero que se haga justicia en todo momentoā€. Posteriormente, Paul Goldspring, juez de la Corte de Magistrados de Westminster, remitiĆ³ a Priti Patel, ministra del interior del Reino Unido, una orden para que se tramite y se concrete la extradiciĆ³n de Assange a EEUU, paĆ­s que lo reclama para juzgarle por diecisiete presuntos delitos en violaciĆ³n de la Ley de Espionaje de 1917, y uno de intromisiĆ³n informĆ”tica. Ā”QuĆ© bajo ha caĆ­do la legalidad en esos paĆ­ses!, inferior a la de la inquisiciĆ³n.

Toda esta mojiganga sucedĆ­a al mismo tiempo que el Presidente Biden anunciaba su iniciativa de renovaciĆ³n democrĆ”tica, que asigna 424.4 millones de dĆ³lares para ā€œdefender, sostener y desarrollar la resiliencia democrĆ”tica en el mundo y apoyar los medios libres e independientesā€. Suena bonito, pero Edward Snowden, excontratista de la CIA y de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU, al condenar el fallo de la justicia britĆ”nica, hizo notar que ā€œJulian Assange es uno de los presos polĆ­ticos que cumple la sentencia mĆ”s larga en el mundo occidental. Todos los niveles del caso contra Ć©l han sido atravesados por la corrupciĆ³n y el abuso del procesoā€.

A Assange le acusan de conspiraciĆ³n para cometer intrusiĆ³n de computadora, en complicidad con Chelsea Manning, porque aceptĆ³ conseguir la contraseƱa de una computadora del gobierno de EEUU para obtener documentos clasificados, acusaciĆ³n por la que podrĆ­a ser condenado a cinco aƱos de prisiĆ³n, pero si aƱaden el cargo de espionaje, lo podrĆ­an condenar a la pena mĆ”xima. Ahora salen con el domingo siete de que en Estados Unidos no le sentenciarĆ”n a la pena capital sino, Ćŗnicamente, a unos 175 aƱos de prisiĆ³n. No dicen de reclusiĆ³n rigurosa, porque allĆ” todos los presidios lo son. Ā”QuĆ© magnĆ”nimos, por algo se consideran ungidos de Dios!

Lo cierto del caso es que esa miserable gente que persigue a Assange se ha convertido en un basilisco desde que Manning le entregĆ³ 250.000 cables diplomĆ”ticos, 400.000 documentos de la guerra de Irak, 490.000 de la guerra de AfganistĆ”n y cerca de 1.000 sobre los detenidos en la cĆ”rcel de la Base Naval de GuantĆ”namo.

Manning informĆ³ a Assange que otros documentos importantes estaban almacenados en el ordenador del Departamento de Defensa, pero que no tenĆ­a la clave de acceso, y le preguntĆ³ si Ć©l la podĆ­a conseguir. Assange no consiguiĆ³ la clave del computador mencionado y ahora es acusado de un delito no cometido; y si la hubiera conseguido, tampoco hubiera cometido delito alguno, por tratarse no de informaciĆ³n secreta sino de datos sobre actividades ilegales. Pero, segĆŗn los fiscales de Virginia, la sola oferta de Assange es conspiraciĆ³n, acusaciĆ³n jalada de los cabellos porque todo periodista serio de EEUU hace lo que hizo Assange y lo protege la ConstituciĆ³n de dicho paĆ­s.

En este caso, la verdad juega un rol muy importante, porque cuando Daniel Ellsberg, ex analista de las Fuerzas Armadas de Estados Unidos, entregĆ³ a diecisiete periĆ³dicos estadounidenses los llamadosĀ Pentagon Papers, un estudio sobre las decisiones del gobierno de Johnson relacionadas con la guerra de Vietnam, que el PentĆ”gono habĆ­a clasificado deĀ top secret,Ā elĀ The New York TimesĀ escribiĆ³: ā€œDemostraron, entre otras cosas, que la administraciĆ³n Johnson habĆ­a mentido sistemĆ”ticamente, no sĆ³lo al pĆŗblico sino tambiĆ©n al Congreso, sobre un tema de interĆ©s nacional trascendente e importanteā€. Vale la pena recalcar que la Corte Suprema permitiĆ³ que elĀ The New York TimesĀ publicara losĀ Pentagon Papers,Ā fallo que ha sido llamado ā€œpilar moderno de los derechos de la Primera Enmiendaā€, que prohĆ­be la creaciĆ³n de cualquier ley que reduzca la libertad de expresiĆ³n o vulnere la libertad de prensa. Posteriormente, Ellsberg serĆ­a galardonado con el PremioĀ Right Livelihood.

El caso de Assange es casi idĆ©ntico, sĆ³lo que ahora fue Chelsea Manning quien entregĆ³ a Assange los documentos clasificados que elĀ The Guardian,Ā Der Spiegel, Le Monde, El PaĆ­s y The New York Times publicaron gustosos como informaciĆ³n exclusiva, para luego distanciarse de Ć©l, y el video del ejĆ©rcito conocido como ā€œasesinato colateral en Bagdadā€, en el que se ve disparar desde un helicĆ³ptero de EEUU a periodistas de Reuters y civiles de Iraq. Sin duda, ambos casos estĆ”n protegidos por la Primera Enmienda a la ConstituciĆ³n de Estados Unidos, protecciĆ³n que puso en duda el Ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, quien dijo: ā€œLa extradiciĆ³n de Assange ha puesto al descubierto la naturaleza hipĆ³crita de la libertad de expresiĆ³n y de prensa en EEUU, mejor que las revelaciones de WikiLeaksā€¦ Lo que le sucede a Assange muestra que, para EEUU exponer las llamadas atrocidades de otros paĆ­ses es heroico, mientras que revelar los escĆ”ndalos de EEUU es criminalā€. Wang Wenbin, portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de China, aƱadiĆ³: ā€œParece que cualquiera puede disfrutar de la libertad de prensa y la libertad de expresiĆ³n, pero no de la libertad de criticar y exponer los crĆ­menes y fechorĆ­as cometidos por EEUU, de lo contrario estarĆ” entre rejas como Assangeā€.

MarĆ­a ZajĆ”rova, portavoz de la CancillerĆ­a de Rusia, dijo: ā€œLa Corte de Magistrados de Westminster interpretĆ³ la escena final en la farsa titulada La Justicia BritĆ”nica. Corresponde al Ministerio del Interior britĆ”nico poner un punto formal en este proceso vergonzosoā€. La diplomĆ”tica definiĆ³ como una catĆ”strofe la orden de extradiciĆ³n. ā€œA estas alturas, lo Ćŗnico que podrĆ­a detener la extradiciĆ³n y la prisiĆ³n del activista al paĆ­s norteamericano serĆ­a una intervenciĆ³n del Papa Franciscoā€. CalificĆ³ de una especie canibalismo la actitud de Occidente contra Julian Assange, que tiene como objetivo exterminar al conocido periodista. ā€œAquĆ­ no se estĆ” hablando ya de dobles raseros y ni siquiera de pisotear altos principios e ideales. Se trata del exterminio de una persona, de la venganza por su postura, por su valentĆ­a y porque Ć©l considerĆ³ necesario, aun comprendiendo aparentemente los posibles riesgos, compartir con el mundo una importante informaciĆ³n, que arroja luz sobre las mentiras y engaƱos de toda una serie de Estadosā€¦ Este vergonzoso veredicto en el marco de un caso polĆ­tico contra un periodista y activista social es otra manifestaciĆ³n de la mentalidad canĆ­bal del dĆŗo anglosajĆ³n, que celebrĆ³ asĆ­ el DĆ­a Internacional de los Derechos Humanos y el fin de la Cumbre por la Democraciaā€.

En cambio, el presidente de Ecuador, Guillermo Lasso, dijo: ā€œRespetamos el fallo de los tribunales del Reino Unido y como paĆ­s daremos todas las facilidades que correspondan, de acuerdo con aquel falloā€. No podĆ­a ser de otra manera, pues siempre los ecuatorianos estuvimos dispuestos a traicionar a Assange y, para disimular dignidad, solicitamos garantĆ­as de que no serĆ­a extraditado a un paĆ­s en el que pudiera sufrir torturas o pena de muerte, lo que el gobierno de Inglaterra confirmĆ³ por escrito. SĆ³lo falta recordar que no hay mejor cornudo que aquel que porta cuernos con mucho orgullo.