Por Olivier Herrera Marín
Mi corazón se encoge, mi alma sangra y llora,
Temblando ante el alevoso y criminal zarpazo
Que te arrebata la vida dejándonos huérfanos,
Solo me consuela, el pensar yo que la muerte,
Es nadie, y jamás ella, podrá borrar la huella
Imperecedera de tu efímero paso en la Tierra.
El recuerdo de tu nombre, Almudena Grandes.
Quedará impreso eternamente en la memoria
De la España sencilla, laboriosa y peregrina.
El firme y solidario compromiso de tu obra
Es un canto al amor, la vida y la esperanza
De la democracia, la dignidad y la libertad.
Hoy, tú muerte enmudece y empequeñece
La creación, mujer libre, lúcida e inmensa.
¡Hasta siempre! Querida Almudena Grandes.
Con el beso y cálido abrazo de este Poeta,
Que llora, como un niño, tu dura ausencia.
Aun sabiendo que Tú nos dejas tu palabra.
El eco de la voz que perdurará en el tiempo
Y la Luz de la roja y blanca luna del desierto
Que nos va a alumbrar y guiar en el silencio
8 de noviembre de 2021
Olivier Herrera Marín