Homenaje a Beirut-1982
El tiempo avanza
apoyado en un bastón de huesos de muertos.
El filo del insomnio
corta el cuello de la noche.
Unos cráneos vierten sangre,
otros se embriagan y desvarían.
iquest;Puede mancharse el fuego?
iquest;Puede combarse el aire?
El humo son nubes.
Las nubes tienen forma de cabeza.
Las letras caídas del cielo
se imprimen, despedazadas, en la
[tierra.
El horizonte aconsejó a su hijo, el aire,
que no saliera hoy.
¿Cómo se puede juntar y cargar
este fardo de despojos?
¿Cómo es que no se fatigan
los guijarros del camino?
Ni el propio sol puede iluminar
este cuerpo que sangra tinieblas.
Días vestidos de polvo
con facciones de viejo.
Mariposas que se inflaman
subiendo la escalera del sueño.
Ceniza- príncipe que se sienta
para recibir homenaje.
Cohete- rey que barre con su cola
el cuerpo de sus súbditos.
El sol parece decir a su claridad:
deslumbra mis ojos
para no ver.
iquest;Acaso la vida es un error
que el asesinato corrige?
¿Dónde hay un foso lo bastante grande para las
[lágrimas?
¿Dónde hay un agujero capaz
de albergar el alma?
El ser asesina al ser.
¿Esta bóveda celeste no tiene
otro seno?
¿Por qué es tan obstinada esta rosa?
No cesa de leerme su amor.
La rosa casi ha olvidado
cómo alumbrar su perfume.
El día teme al día.
La noche se oculta de la noche.
El sol se frota los ojos y suspira-
No puede creer lo que ve.
Gracias
al polvo que se mezcla con el humo
de los incendios y lo mitiga,
al intervalo entre bomba y bomba,
a las baldosas que no cesan
de sostener mis pasos.
Gracias a la roca que enseña paciencia.
Experimento la borrachera de las explosiones
la embriaguez del ruido,
y disparo mi rostro
por el espacio de las probabilidades.
La luz se extinguió-
Encenderé el astro de mis sueños.
Tómame, amor
y abrázame.
Ali Ahmad Said Ester (Adonis)