El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, pidió este viernes la liberación de Julian Assange, fundador de WikiLeaks, al considerar que los cables que dio a conocer la organización revelaron la “naturaleza autoritaria” del sistema político mundial.
Al ser cuestionado sobre la situación de Assange durante su habitual conferencia de prensa matutina, López Obrador manifestó su solidaridad con el activista y pidió “que se le perdone y se le deje en libertad”.
“No sé si él ha reconocido que actuó en contra de normas y de un sistema político, pero en su momento estos cables mostraron cómo funciona el sistema mundial en su naturaleza autoritaria“, dijo el mandatario mexicano, quien agregó su deseo de que a Assange “no se le siga torturando”.
“Estoy muriendo lentamente aquí”: Assange logra hablar con un amigo desde la prisión Belmarsh
Al sostener un libro donde se publicaron las filtraciones divulgadas por WikiLeaks, López Obrador señaló: “aquí hay cables que se dieron a conocer cuando nosotros estábamos en la oposición y hablaban de nuestra lucha, y puedo probar que son ciertos, es decir, que lo que aquí se expresa obedece a la realidad de ese entonces, de relaciones ilegales, de actuaciones ilegítimas, violatorias de la soberanía, contrarias a la democracia, lo que aquí se expresa”.
En días recientes, el relator especial sobre tortura de Naciones Unidas, Nils Melzer, denunció que Assange está siendo sometido a torturas psicológicas, que representan un peligro para su vida.
Por ello, López Obrador consideró que la liberación del activista “va a ser una causa muy justa en favor de los derechos humanos “. “No puede darle uno la espalda a los dolores de la humanidad. No puede uno aplicar la política avestruz, de meter la cabeza en la arena. Tiene uno que expresarse”, agregó.
“No puedo opinar” sobre crisis en Irak
La respuesta dio pie a que los periodistas le consultaran al mandatario mexicano sobre el bombardeo de EE.UU. en Irak, que provocó la muerte del máximo general de Irán, Qassem Soleimani, en un hecho que ha encendido señales de alerta en el mundo ante la posibilidad de una nueva guerra en Medio Oriente. Sin embargo, López Obrador se negó a hacer un comentario.
“No me meto en eso, eso tiene que ver con política exterior, no puedo opinar sobre eso”, dijo López Obrador, quien justificó su postura en función de lo establecido en la Constitución mexicana.