La llegada de Gustavo Petro a la presidencia de Colombia fue acompañada del anhelo histórico de conquistar la Paz por parte del pueblo colombiano.
El pasado 4 de octubre se formalizó en Caracas, República Bolivariana de Venezuela, el restablecimiento de las conversaciones de Paz entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN), y el gobierno colombiano de Gustavo Petro. El mismo fue definido como un paso “muy importante” por el Alto Comisionado para la Paz, Danilo Paz, en el proceso de consecución de la Paz Total, planteada por el nuevo presidente de la República de Colombia.
Cuando fue investido como presidente, Petro recibió la banda presidencial de la senadora María José Pizarro, hija del líder del Movimiento Guerrillero 19 de Abril (M-19) Carlos Pizarro, viejo referente político de Petro, asesinado en abril de 1990 cuando, en plena desmovilización de su guerrilla, cursaba su candidatura a presidente. María José llevaba un abrigo con la cara de su padre que sentenciaba: “Que la lucha por la paz no nos cueste la vida”, en un mensaje claro respecto de lo que implicó para muchos miembros de organizaciones insurgentes colombianas la dejación de armas.
Muy bién dicho.
Saludos desde Malaga