Caty R
Cuatro millones de dólares gastados por un reducido grupo de entidades relacionadas con el sector fósil para difundir “afirmaciones falsas y engañosas sobre la crisis climática” y publicitar objetivos de reducción de emisiones muy limitados, así como “la necesidad de seguir apostando por los combustibles fósiles”. Eso solo en Meta —el conglomerado que posee Instagram y Facebook— y en el periodo comprendido en los días anteriores y posteriores a la última cumbre del clima de la ONU, la COP27, celebrada en Sharm el-Sheikh (Egipto), donde las petroleras y gasistas tuvieron un poder y una presencia mayor de lo que ya venían acaparando en anteriores ocasiones.
Es una de las conclusiones que saca la Coalición de Acción Climática Contra la Desinformación (CAAD,
por sus siglas en inglés), una confederación de más de medio centenar de
organizaciones que exige “estrategias robustas, coordinadas y proactivas para
tratar la amenaza de la mala información y la desinformación climática”.
El informe, publicado este 19 de enero y en el que han participado 18
organizaciones dirigidas por el Instituto para el Diálogo Estratégico (ISD, por sus
siglas en inglés), habla de inversiones millonarias de grupos de presión del lobby fósil,
con las que se han promocionado tanto tácticas de presión mediática ya
utilizadas a través de las redes sociales como “nuevas y sorprendentes
técnicas” con el fin de influir en el estancamiento de las conversaciones de la
cumbre climática mundial.
3.781 anuncios
Solo en la muestra analizada relativa a Meta, el equipo encontró 3.781
anuncios de desinformación publicados por 87 páginas entre el 1 de septiembre y
el 23 de noviembre de 2022 en Facebook e Instagram. La mayoría habían sido pagados
por Energy Citizens,
un grupo de relaciones públicas del American Petroleum Institute. Este
representa a casi 400 corporaciones dedicadas tanto a la producción como a la
distribución y a otras áreas del mercado de los combustibles fósiles, lo que
hace de él la principal asociación comercial de Estados Unidos y el lobby de
presión con más fuerza.
El sector global del plástico tampoco ha quedado fuera de este juego de
desinformación. Según la CAAD, la America’s Plastic Makers, que agrupa a los
principales productores del sector del plástico, ligado a la industria
petrolera —con socios entre sus filas como ExxonMobil, Chevron, Dupont o Shell—
gastó más de un millón de dólares en difundir este tipo de mensajes para
influir en la opinión pública.
Las diez principales páginas por volumen de publicidad y gasto son en su
mayoría instrumentos de la industria fósil y sus grupos de presión. Entre ellas
se encuentran algunas operadas por conocidos grupos conservadores y
ultraconservadores, especializados en campañas de marketing y técnicas de
dudosa legitimidad, como el astroturfing y las fake
news, para luchar contra la legislación ambiental. Es el caso de Americans
for Prosperity, fundada por el multimillonario Charles Koch; Natural Allies for
a Clean Energy Future, el grupo creado por Williams Companies, la compañía que
maneja el 30% del gas fósil en Estados Unidos, para promocionar el gas como
energía “limpia”; o The Empowerment Alliance, grupo creado específicamente
desde la industria del gas fósil para luchar contra un Green New Deal en EE UU.
Más
negacionismo
Con el incremento de inversión publicitaria en redes sociales, los
analistas de CAAD aseguran haber detectado “un aumento sorprendente en el
contenido relacionado con la negación absoluta del cambio climático, incluido
un aumento en Twitter del hashtag #ClimateScam —la estafa del clima— desde
julio de 2022”.
Para colocar sus mensajes, la coalición de organizaciones por una
información veraz ha recopilado una serie de técnicas en lo que llama el Libro
de jugadas narrativas de la desinformación. Entre ellas se encuentran la
explotación de la crisis del coste de la vida para eludir así las
preocupaciones sobre la crisis climática; la propagación de dudas sobre la
fiabilidad de las tecnologías más verdes; la promoción de los combustibles
fósiles como necesarios y confiables o la explotación de un marco engañoso en
las discusiones sobre las reparaciones climáticas, los pagos que el Norte
global debería realizar a las naciones menos favorecidas para, en virtud de su
responsabilidad histórica en la emisión de gases de efecto invernadero, ayuden
al Sur a ser más sostenible. Entre sus técnicas, llegan al punto de poner en
duda el consenso científico global por el que el 97% de la comunidad científica
asegura que la crisis climática está causada por la actividad antropogénica.
Las directora de Investigación y Respuesta Climática de ISD, Jennie King,
señala que “los eventos de 2022 impulsaron un ecosistema global para la
desinformación”, mientras que la guerra de Rusia en Ucrania —continúa— “y su
impacto en las cadenas de suministro de energía han renovado los ataques contra
el clima en todo el mundo”.
En su opinión, los grandes contaminadores globales, especialmente la
industria de la energía fósil, continúan invirtiendo millones en publicidad digital
para lavar su imagen como “campeones climáticos” al mismo tiempo que promueven
la necesidad de esos combustibles fósiles y desarrollan planes para alargar su
uso.
Asimismo, alerta de que “los ataques a los movimientos climáticos son cada
vez más extremos”, calificando la situación de muy preocupante, por lo que
aboga por “una respuesta coordinada en todas partes, desde el big tech hasta
sus reguladores: en este momento crucial, abordar la desinformación climática
es una parte esencial de la acción climática”.
Malos augurios
Hechos como que el sultán Ahmed Al-Jaber —que dirige la petrolera nacional
de Emiratos Árabes Unidos— haya sido designado presidente de la próxima Cumbre del Clima de la ONU (COP28)
o el récord de asistencia a la COP27 conseguido por el personal de los lobbies de
la industria fósil, “preparan el escenario para una mayor difusión de la
desinformación en la conferencia climática del próximo año y en otros momentos
de política climática”, advierten desde el CAAD.
Erika Seiber, portavoz de Amigos de la Tierra EE UU, señala que la
investigación publicada este jueves “muestra que la desinformación climática no
va a desaparecer y, de hecho, está empeorando”. La promoción de la etiqueta
#ClimateScam como uno de los principales resultados del motor de búsqueda de
Twitter sin ninguna justificación es uno de los ejemplos que pone sobre la
mesa.
Por su parte, Jake Dubbins, copresidente de Conscious Advertising Network
señala que “si la urgencia de la crisis climática continúa siendo socavada por
la información errónea y la desinformación, entonces la acción climática que
todos necesitamos desesperadamente seguirá retrasándose hasta el punto de no
retorno”.
Por todo ello, desde el CAAD se hace un llamado a los gobiernos de la UE y
Estados Unidos, así como a la ONU, el Panel Internacional de Expertos sobre el
Cambio Climático y las grandes tecnológicas, para que reconozcan la amenaza de
la desinformación climática y tomen “medidas inmediatas para mejorar la
transparencia y el acceso a los datos para cuantificar las tendencias de
desinformación, para detener la defensa engañosa de los combustibles fósiles en
el contenido de anuncios pagados, hacer cumplir políticas contra los
reincidentes que difunden desinformación en las plataformas, y adoptar una
definición estandarizada y completa de desinformación climática”.
Fuente: https://www.elsaltodiario.com/cambio-climatico/lobby-fosil-cuela-instagram