Hombre afroamericano encarcelado en EEUU por sesgo racial de sistema de reconocimiento facial

Rafael Rico Ríos
2023-01-13
El error de un sistema de reconocimiento facial en Estados Unidos provocó el encarcelamiento de Randall Reid, un hombre afroamericano de 28 años, al ser confundido con el autor de dos robos de bolsos de lujo en el estado de Louisiana, informó la agencia Associated Press.

Este es el más reciente caso en el que los sesgos raciales de la tecnología de reconocimiento facial provocan que una persona inocente sea arrestada o encarcelada. Reid fue encerrado el pasado noviembre en el condado de DeKalb, Georgia, después de que fuera identificado equivocadamente como parte de dos robos de artículos de lujo ocurridos en los condados de Jefferson Parish y Baton Rouge, en Louisiana.

Sin embargo, las obvias diferencias físicas entre el ladrón y Reid provocaron que el alguacil de Jefferson pronto retirara los cargos y rescindiera la orden de arresto; entre éstas se encuentran un lunar en el rostro de Reid y una diferencia de peso corporal de cerca de 20 kilogramos entre las personas. Más grave aún es que la segunda orden de arresto, generada en Baton Rouge, se originó a partir de la identificación errónea realizada en el condado de Jefferson Parish, así el departamento de policía local pudo acusar a Reid.

Aunque la policía en Nueva Orleans asegura que la tecnología de reconocimiento facial solo puede ser utilizada para generar pistas, que cualquier identificación deben pasar por una revisión de pares e investigadores, y que las y los policías deben obtener aprobación de los oficiales de departamento antes de poder subirlo a un sistema para compartirlo con otros departamentos de policía de Louisiana, todos esos controles parecen haber fallado.

“El reconocimiento facial ofrece la promesa de una identificación precisa y rápida en circunstancias en las que las autoridades tal vez no tengan otras formas de identificar personas sospechosas, pero esta suposición nunca ha sido probada o confirmada”, aseguró Clare Garvie, consejero de la Asociación Nacional de Abogados de Defensa Criminal de Estados Unidos a Gizmodo.

Este caso se suma a otros como el de Robert Williams, ocurrido en Detroit en 2020, en el que fue arrestado y acusado de robar relojes de lujo de la tienda Shinola por una identificación errónea del sistema de reconocimiento facial. Posteriormente, el departamento de policía admitió que el software de nombre DataWorks Plus, identificaba erróneamente al 96 por ciento de las personas sospechosas.

Como han comprobado diversas investigaciones, esta tecnología es muy imprecisa y tiene severos sesgos que provocan errores al identificar mujeres, pieles más oscuras no caucásicas y personas trans o no binarias, lo que puede llevar a mayor discriminación y persecución de grupos ya marginalizados.

Fuente: https://r3d.mx/2023/01/05/hombre-afroamericano-es-encarcelado-en-louisiana-por-sesgo-racial-de-sistema-de-reconocimiento-facial/
Rafael Rico Ríos

La guerra es un inesperado premio gordo

Bea Morales
Estamos en el mes de febrero del año pasado. Usted es el presidente de un
país de Europa. Su índice de popularidad, que superaba el 70% al
ser elegido presidente, se ha desplomado y ahora apenas llega el 20%.
La inmensa mayoría de las personas que le votaron no confía en
usted o le desprecia debido a las continuas mentiras, excentricidades
y traiciones. Su partido ha tocado fondo: es el hazmerreír de la
gente, sus diputados son unos sinvergüenzas y unos delincuentes
selectos, cuyo índice de aceptación ha caído al 10% (desde el 43%
con el que contaban en las elecciones de hace dos años antes).

Su política económica es nefasta: las tarifas y los precios suben, el
país está muy endeudado, la mayoría de los hogares viven en la
pobreza y los jóvenes se niegan a tener hijos porque no creen en el
futuro de este país.

Usted corre de un oligarca a otro, pero ninguno le cree. La corrupción a
su alrededor y en su entorno ha llegado a un nivel ha batido todos
los récords en los últimos 20 años: no en vano la gente empezó a
llamar «gran robo» a su proyecto de «gran construcción». No se
le toma en serio en ningún otro sitio, ni dentro ni fuera del país.
Todo el mundo se refiere a usted exclusivamente por el nombre de su
anterior profesión: el cómico, el payaso. Su futuro es, cuando
menos, triste.

Pero
entonces empieza la guerra. Una fuerza desconocida (esto es,
extranjera) le mantiene
en tu puesto.

El New York Times,
que exactamente dos días antes denunciaba en portada que
usted
es
un alto cargo
funcionario corrupto, un gobernante inútil y le
llamaba por su
anterior profesión, cambia de
pronto
de postura y le
convierte en la imagen de un curtido
héroe nacional (tiene
que
ser un héroe para conseguir
que todo el mundo tenga
una única percepción correcta de usted).
Guionistas locales y extranjeros escriben rápidamente
el guión, y usted, que es un buen actor, se acostumbra rápidamente
al papel y empieza a interpretarlo perfectamente. Afortunadamente,
tanto los factores internos como los externos le son plenamente
favorables: el ejército ofrece una resistencia profesional, el
pueblo se une y quienes se benefician de la guerra proporcionan todo
el apoyo posible con información, dinero, una imagen
«correcta»
en los medios de comunicación y armas.

Una cantidad inimaginable de créditos extranjeros fluye al país, y usted y su gente lo «distribuye». El más profesional de los exprimeros ministros del país cifra en 20.000 millones de dólares la cantidad que usted y sus secuaces «gestionan» en medio del estruendo de cohetes y obuses. Y usted no tiene miedo: los beneficiarios de ultramar le han prometido legalizar todo lo que tenga tiempo de tomar. Usted, su imagen, sus fotografías, sus discursos que reproducen medios de comunicación de todo el mundo que tienen una orientación adecuada y que le retratan como un nuevo «Churchill» (aunque hace poco lo retrataban como un miserable Chaplin). Se le ha permitido eliminar a sus oponentes, expulsarlos del país o meterlos en la cárcel. Se le ha permitido todo: improvisaciones, excesos, provocaciones, patetismo, mentiras, disfraces. Se acostumbró a ese papel, está como pez en el agua su elemento, se eleva, todo es un teatro y usted es el director. Un héroe.

Solo se le exige una cosa, hacer que continúe con la guerra y arrojar nuevas víctimas a sus calderas.

De
modo que este año ha sido genial que para quien hemos retratado así
(de hecho, a usted en realidad no importa), para usted personalmente.

Todas las coincidencias no son casuales.

Maxim Goldarb es el presidente de la Unión de Fuerzas de Izquierda de Ucrania, “Para un Nuevo Socialismo”.

Esta traducción se puede reproducir libremente a condición de respetar
su integridad y mencionar al autor, a la

Bea Morales

Castigo para los políticos corruptos y penas mínimas para los empresarios corruptores

Bea Morales

Un dato: Jon Iñaki Echaburu, constructor afiliado al PNV al que en una grabación se le escucha decir que las comisiones son algo “dentro de lo normal”, ve rebajaba su pena en el trámite del Tribunal Supremo de dos años y cinco meses a solamente cinco meses. No entrará en la cárcel. Quien tuviera que cambiar a última hora de abogados por lo peculiar de su caso, queda absuelto de participación en el cobro de comisiones que intentó el ex ‘número dos’ del PNV de Álava, Alfredo de Miguel, en el parque tecnológico de Miñano, 100.000 euros. El recaudador, en cambio, ha sido condenado a doce años, cuatro meses y 15 días, nueve de cumplimiento efectivo.

La denunciante, Ainhoa Alberdi, que compró a Echaburu la empresa
Urbanorma Consulting, una compañía que era la adjudicataria de un
contrato en Miñano, manifestó que al asumir el control total de la firma
descubrió que había letra pequeña en ese contrato público. En concreto,
destapó que su antiguo socio había pactado con su amigo De Miguel, a
quien conoció en las juventudes del PNV (EGI), el pago de una comisión
en compensación por haber logrado entrar en Miñano ‘a dedo’. Cuando la
denunciante se negó a pasar por caja fue cuando empezaron las presiones,
que incluyeron reuniones con su padre, por ejemplo.

¿Qué dice el Supremo sobre esta situación? “La conversación
mantenida por Alfredo de Miguel y Ainhoa Alberdi, en la que aquel
reclamó el pago supuestamente acordado con el recurrente [Echaburu], no
es prueba bastante de que fuera cierto lo que Alfredo de Miguel
afirmaba. La prueba practicada muestra que, durante años, Alfredo de
Miguel no se condujo con honestidad en la captación de fondos y, desde
luego, la exigencia de un pago a Ainhoa Alberdi, tanto pudo responder al
previo acuerdo con el recurrente que proclama la sentencia [de la
Audiencia de Álava, que sí vio acreditado el delito de Echaburu], como a
una farsa con la que buscara, a partir del engaño, enriquecerse a costa
de la señora Alberdi”.

Sin embargo, al tiempo, el alto tribunal da por probado que
Echaburu pasó por la caja de De Miguel por otros dos contratos en dos
pequeños municipios alaveses, Zigoitia y Lapuebla de Labarca. En aquella
ocasión se acreditó el abono a las empresas controladas por el político
del equivalente al 4% del coste total. E interpreta que la cuantía de
Miñano (100.000 euros venía a ser un tercio de la minuta, aunque el
monto total de aquella operación era variable) no casa con ese
porcentaje. “La cantidad supuestamente exigida quintuplica la comisión
que, conforme a la prueba practicada, pagó el recurrente por la
adjudicación de los contratos de Lapuebla de Labarca y Zigoitia”,
remarca el alto tribunal.

No es el único caso. El empresario Prudencio Hierro, también
próximo al partido por su participación en la reforma de la sede de
Álava y también contratista habitual de la Administración, sale del
proceso con una absolución aunque confesara en el juicio que costeó la
reforma de la segunda vivienda de De Miguel a cambio de “favores”. Y los
promotores catalanes del pelotazo urbanístico de Zambrana, la mayor de
las derivadas de este caso al estar valorado en 65 millones, confesaron
que pagaron mordidas para beneficiarse de la influencia de De Miguel y
ya quedaron exonerados en primera instancia. Estos empresarios eran de
Construcciones Riera.

    Sergio Fernández Oleaga, contratista de cabecera con su estudio 

de arquitectura Stoa y que definió a De Miguel como un “padrino” que la
abría puertas en la Administración, eludirá en principio la cárcel ya
que su pena es igualmente inferior a dos años, de un año y seis meses.
Eso sí, Echaburu afrontará una multa económica de 53.600 euros y
Fernández Oleaga de 3.586 euros.

    Es conocido que la empresa principal de la trama era Kataia 

Consulting. La montaron tres dirigentes del PNV alavés, De Miguel y sus
colegas Koldo Ochandiano y Aitor Tellería. Era una tapadera para
blanquear las comisiones. Estaba a nombre de las esposas del trío. Sin
embargo, la de Tellería ha quedado fuera de las condenas. Araceli Bajo,
ya desde primera instancia, quedó al margen mientras que de Ainhoa
Bilbao, pareja de De Miguel, e Iratxe Gaztelu-Urrutia, había pruebas de
que participaron de los hechos delictivos. La primera, por ejemplo,
viajó con cargo al dinero ilícito. La segunda llegó a hacer entregas con
hasta 60 billetes de 500 euros. Sus penas finales son también
inferiores a dos años, lo que les evitará probablemente el cumplimiento
efectivo.

La absolución de Julián Sánchez Alegría

La sentencia definitiva del Supremo también ajusta las penas en lo tocante al contrato irregular que dio origen a la trama, el de Miñano. Allí, De Miguel hizo valer su influencia para que se le diera un contrato a la empresa a la que quería cobrar una comisión. El gerente que le abrió la puerta era Alfonso Arriola, compañero de partido. En primera instancia ya evitó la cárcel y ahora ve rebajada en parte su condena de inhabilitación hasta dejarla en cuatro años, aunque ya no ejerce ningún cargo. En el caso de su superior, el presidente de la red de parques tecnológicos de Euskadi, Julián Sánchez Alegría, se le elimina toda la condena, también la inhabilitación. Su delito era la prevaricación, que implica actuaciones ilícitas a sabiendas de que lo son. “No hay ninguna evidencia de que el recurrente conociera el beneficio que podía obtener Alfredo de Miguel o de que con su actuación buscara satisfacer el interés personal de Alfredo de Miguel porque Urbanorma [Consulting] resultara contratada”, afirma el Supremo sobre este caso particular.

Fuente:
penas-minimas-empresarios-corruptores_1_9854374.html

Bea Morales

La oposición libanesa hoy: una historia de crisis perpetuas

Bea Morales

El movimiento antisistema libanés creció como reacción a las numerosas
crisis del régimen pero las disputas internas, su limitado alcance y la
falta de estrategia siguen obstaculizando un proyecto político
sostenible.

El 15 de mayo del año pasado Líbano celebró sus primeras elecciones parlamentarias generales tras el levantamiento del 17 de octubre de 2019. Como resultado, el movimiento antisistema obtuvo 13 escaños en un resultado sin precedentes entre las fuerzas no sectarias.

Hizbolá y sus aliados perdieron la mayoría, los diputados que antes constituían el bloque
tradicional del «14 de marzo» dejaron de ser una entidad coherente y la
población esperaba nuevas figuras.

Sin embargo, la mayoría de los diputados de la oposición no han sido
capaces de presentar desde entonces un programa o discurso coherente. En
concreto, los trece diputados del llamado ‘Bloque del Cambio’ no
consiguieron ponerse de acuerdo sobre a quién apoyar para la presidencia tras el fin del mandato de Michel Aoun.

Algunos incluso llegaron a apoyar a figuras propias del establishment como Michel Mouawad, quien había mantenido vínculos muy próximos con poderosas instituciones financieras que bloquearon un plan de rescate económico.

La falta de cohesión política de la oposición electa no es más que una
muestra de la crisis general a la que se enfrenta el movimiento
progresista no sectario del país. Además, la emigración
se ha hecho realidad para buena parte de los activistas y organizadores
políticos libaneses. En general, la sensación de la mayoría es de
cansancio, decepción y desencanto.

Pero explicar los elementos de esta crisis y los métodos a través de los
cuales puede resolverse requiere ir más allá del momento actual.

En 2011, las trascendentales manifestaciones que inspiraron la Primavera
Árabe fortalecieron los planteamientos a favor de un país laico y
desencadenaron la formación e institucionalización progresiva de
diversos partidos y organizaciones alternativas. Aquí arrancó el éxito y
el fracaso, y en esto hay que tener en cuenta también las acciones que
llevaron a cabo los implicados.

Crecimiento acumulado desde 2011

La revolución del 17 de octubre
en Líbano fue producto de diversas condiciones en conflicto entre las
que se incluyen las iniciativas de unos pocos miles de activistas que
venían integrando la comunidad laica del país a lo largo de los años.

Tras los polarizadores sucesos del 7 de mayo de 2008 en los que se
enfrentaron milicianos pro y anti Hizbolá entre Beirut y Monte Líbano,
empezó a tomar forma una renovada conciencia opositora contra el sistema
sectario y los partidos que participaban en sus contradicciones y
contiendas.

El movimiento antisistema libanés creció aparentemente como reacción a numerosas crisis del régimen, desde las protestas que pedían la caída del régimen sectario en
2011 hasta las marchas que rechazaban una prórroga del mandato
parlamentario en 2013 y las manifestaciones más multitudinarias en
respuesta a la crisis de la basura en 2015.

Posteriormente, un frente opositor más organizado acudió a las urnas en las elecciones
municipales de Beirut de 2016, en las del sindicato de ingenieros de
2017 y en las parlamentarias de 2018. A pesar de haber perdido en cifras absolutas se estaba avanzando.

En medios estudiantiles, los Clubs Laicos de diversas universidades, que
se venían enfrentando electoralmente a los partidos sectarios desde
2008, consiguieron importantes victorias en instituciones privadas clave
a pesar de las inmensas limitaciones de la Universidad pública libanesa.

Paralelamente, entre 2015 y 2022 también aparecieron
y se desarrollaron diversas organizaciones y espacios populares de
tendencia feminista de izquierdas enfocados prioritariamente en los
grupos marginados y con una agenda económica progresista. Por otro lado,
la cuestión de cómo abordar y analizar el papel de las armas de Hizbolá
siguió siendo causa de debate.

El levantamiento del 17 de octubre, que dio crédito a la capacidad
organizativa y al micro-liderazgo de varios rostros de esta diversa comunidad laica, cambió la ecuación y el discurso planteado desde 2008 se convirtió progresivamente en la corriente dominante.

Logros limitados frente a enormes retos

A pesar de los retos evidentes, el movimiento no sectario desempeñó un papel crucial al crear una tercera vía.
Además, al contar con un bloque parlamentario de 13 miembros
contribuyeron a bloquear la capacidad de Hizbolá y sus aliados para
mantener la mayoría parlamentaria.

En los últimos tres años Líbano se ha enfrentado a enormes retos debido a la pandemia de la Covid-19, al colapso de la moneda, la hiperinflación, la explosión del puerto de Beirut,
el incremento de la represión y la violencia política, y la emigración.
Este último factor ha afectado severamente a buena parte de la juventud
y de la mano de obra profesional del país en su capacidad de movilización sobre el terreno.

En medio de estas dificultades las fuerzas laicas y alternativas
consiguieron avances importantes aunque inestables en las elecciones
estudiantiles, sindicales y parlamentarias.

Sus representantes electos en estas instituciones demostraron asimismo más
seriedad a la hora de plantear cuestiones importantes para la población,
como la lucha por una sanidad y una educación asequibles, la oposición a
las maniobras de los propietarios de los bancos para bloquear un plan
de rescate económico y una política fiscal sólida, y el inicio de un
debate sobre el futuro del sistema político sectario del país.

A efectos prácticos, desempeñaron un papel sustancial al organizar equipos de rescate ante la incapacidad del Estado para gestionar
las secuelas de la explosión del puerto en 2020. Similares iniciativas,
con financiación de diversa índole, contribuyeron a la creación de una
economía de servicios paralela.

Y lo que es más importante, la participación activa en muchos de estos
grupos, proyectos y citas electorales creó una nueva comunidad de
activistas que alcanzaron experiencia política basada en la acción y
adquirieron las herramientas básicas para tratar con el poder, así como
influencia, estrategia y organización de base.

Se consiguió mucho pero muchas iniciativas las promovieron y gestionaron
individuos concretos y su círculo directo de activistas. En el proceso
se formaron muy pocos marcos sostenibles. Por el contrario, algunas organizaciones de la oposición adoptaron la forma de startups con una trayectoria mucho menos ambiciosa en términos de cohesión ideológica y capacidad financiera y material.

En este sentido, hay un claro contraste entre Líbano y otros casos de la región. Aunque los partidos tradicionales
no sectarios de Líbano, como el Partido Comunista Libanés y el Bloque
Nacional, siguen desempeñando un papel, carecen claramente de la base
popular que se da en movimientos como el Partido Comunista Iraquí. En
Sudán, los sindicatos profesionales ya existentes desempeñaron un papel destacado en la organización de la disidencia,
a diferencia de los sindicatos alternativos de reciente creación en
Líbano que han hecho frente a enormes problemas de continuidad.

Además, en lugar de reclutar, movilizar y debatir activamente con nuevos grupos sociales, estas startups
han venido compitiendo por absorber una mayor cuota entre la misma
multitud de activistas no sectarios. En consecuencia, la formación de
listas durante las pasadas elecciones puso de manifiesto la existencia
de posiciones rivales entre las distintas startups activistas, cada una de las cuales tenía su candidato estrella y
sus prioridades casi personalistas. Estas prioridades dificultaron la
propuesta de políticas concretas y la formación de alianzas que pusieran
en jaque la configuración neoliberal del régimen.

Aunque se han dado muestras de avances en los relativamente nuevos partidos
políticos progresistas y en los movimientos populares de cierta
tradición, las disputas internas, el alcance limitado y la mala
estrategia siguen siendo un obstáculo.

Ciudadanos de un Estado, partido de la oposición liderado por el economista Charbel Nahhas y
creado en 2016, puso en marcha un ambicioso plan para presentarse en
casi todos los distritos en las elecciones bajo la bandera de un proyecto político-económico integral.
Sin embargo, la incapacidad de la dirección del partido para conseguir
resultados favorables y mediar en cuestiones estructurales internas ha
provocado recientemente muchas dimisiones públicas.

Por otra parte, movimientos de izquierda más flexibles y horizontales, como la Red Mada,
que integra más de 15 organizaciones laicas dirigidas por jóvenes de
diversos espacios, plantean cuestiones legítimas sobre las deficiencias
de la falta de liderazgo en los movimientos juveniles, dada la magnitud tanto de los obstáculos como de los ambiciosos objetivos políticos planteados.

La búsqueda de liderazgo y madurez política

Es crucial situar los éxitos y los fracasos de la oposición libanesa como
producto de las decisiones, las estrategias y el trabajo de sus
principales dirigentes y participantes. Por eso la solución a la crisis
actual entre los nuevos movimientos progresistas y democráticos de
Líbano tiene muchos paralelismos con sus homólogos de otros países
árabes tras los levantamientos de 2011. Lo más importante es que los
intelectuales no pueden permanecer al margen como críticos discursivos;
su participación en el desarrollo estratégico de los proyectos políticos
y económicos del movimiento y para desarrollar la teoría del cambio es
crucial.

En otras palabras, los procesos transformadores requieren empoderamiento,
liderazgo y acción. En la fase inicial del levantamiento la ausencia de liderazgo se
celebró tácticamente pero los organizadores pronto se dieron cuenta de
que producía una situación perjudicial en la que las voces estridentes
se hacían con el control, y la falta de estructura impedía la toma de decisiones y una estrategia sólida.

Para acabar, las startups políticas no pueden competir eternamente. Hay momentos históricos que exigen la
unificación de las fuerzas que comparten objetivos similares en pos de
la creación de partidos políticos sólidos y ambiciosos.

The New Arab, Traducción para viento sur: Loles Oliván Hijós

Fuente:
hoy-una-historia-de-crisis-perpetuas/

Bea Morales

La geografía, posible instancia superadora de la economía

La «reforma» económica le valió a numerosos economistas marxistas, neo ricardianos, keynesianos y neokeynesianos el abandono abrupto de sus cátedras docentes y de sus trabajos como investigadores.

Una nueva historia debía ser escrita de la mano de una profunda re estructuración del sistema capitalista siendo los mismos economistas los interlocutores sociales entre el poder fáctico y la sociedad donde su culto y veneración comenzó a tallar varias generaciones y sus conciencias al naturalizar estos preceptos y obrar desde su mas sencilla lógica cotidiana en función del nuevo dogma.

El carácter a-espacial y la difusión de una serie de postulados teóricos de dudoso cumplimiento concreto permitieron su rápida asimilación social hasta que ciertas crisis políticas y económicas en América Latina pusieron en un duro cuestionamiento su legitimidad y que para el caso argentino rozo plenamente en su fracaso y posterior establecimiento de políticas económicas adversas a las mismas.

Tan pronto una versión sui generis del Peronismo -léase el kirchnerismo- abrazaba su segundo mandato se produce en 2008 una severa crisis económica mundial que ningún economista convencional no solo no pudo prever sino tampoco explicar claramente las causas.

Generaciones y generaciones de economistas formados bajo el mismo dogma no pudieron dar una respuesta justa ni siquiera aquella demanda efectuada por la mismísima Corona Británica a «célebres» economistas británicos.

Si pudo dar una explicación posible el Geógrafo Ingles David Harvey prolífico estudioso del sistema capitalista y de sus efectos espaciales.

En paralelo el despliegue de los EEUU sobre Medio Oriente daba la
justa re apertura teórica de la Geopolítica y de sus postulados que
desde los años 2000 hasta el presente conflicto ruso-ucraniano
genera las explicaciones necesarias para la compresión de lo que
acontece y quizás acontecerá.

Los estados del mundo están tomando seriamente y en términos políticos tanto la geoeconomía -alabada por el Premio Nobel de los EEUU Paul Krugman- como la geopolítica que ha cobrado una extrema relevancia casi para todos los actores económicos globales.

Quizás citando a Lenin y su afamada frase «los hechos son tercos» la materialidad o concretud de la geografía prima por sobre cualquier otra perspectiva y asimismo puede dar lugar a una respuesta superadora de la problemática del desarrollo y del subdesarrollo al comprender en términos espaciales las relaciones políticas, económicas, ambientales, sociales y culturales.

A tal efecto es un deber de la geografía y de todo geógrafo emprender dicha gesta pues los elementos formativos existen y la realidad conlleva a inscribir a nuestra ciencia como el pináculo epistemológico rector del resto del conocimiento.

Por otra parte, el desarrollo tecnológico adherido puede aun reafirmar su rol en el desarrollo humano de las distintas sociedades que quizás re evalúen sus designios formativos personales hacia una frontera cognitiva diferente.

Ezequiel Beer. Geógrafo UBA. Analista Político.

Problemas con el cuento de la «victoria total»

Pero la guerra no puede ganarse sólo por medios militares, tal como advirtió hace unas semanas el jefe del Estado Mayor norteamericano, Mark Milley, sugiriendo la vía de las negociaciones de paz. En un reciente artículo publicado en Foreign Affairs, el historiador ruso Vladislav Zubok, profesor de la London School of Economics (LSE) de Londres, señala que, por desgracia, la “controvertida” opinión de Milley ha encontrado hasta ahora pocos partidarios.

Pero, ¿cómo sería una
victoria total para los ucranianos y sus aliados? Esto es lo que se
pregunta Milley, y también Zubok. La victoria total podría requerir una
guerra aún más larga y sangrienta. Los que desean la victoria total
esperan que Putin salga de escena; pero “a pesar de importantes reveses,
las fuerzas rusas se han reagrupado y no se han derrumbado».

La
salida deseada por Kiev es volver a las fronteras del 24 de febrero de
2022, en vísperas de la invasión. Pero una vuelta incluso al statu quo
ante no garantiza que Rusia no vuelva a intentar una nueva invasión
pasado un tiempo. La disuasión militar por sí sola puede que no sea
suficiente para la paz.

No existe un plan coherente para
garantizar la seguridad de Ucrania aunque Putin siga en el poder. El
punto final de Zubok es que se hace necesario tanto que Rusia admita la
derrota como que Ucrania acepte la posibilidad de que no es posible la
victoria total.

Para llegar a negociaciones de verdad, según el
historiador ruso -autor de importantes obras sobre la URSS (entre ellas
Collapse: The fall of the Soviet Union [Derrumbe: La caída de la Unión
Soviética], Yale University Press, 2021)- es necesario que Occidente no
relegue a Rusia al estatus de Estado paria, considerando por un lado la
posibilidad de su “regreso a Europa” y ofreciendo por otras garantías
creíbles a Kiev sobre su seguridad.

Quienes consideran inviable
esta senda confían en que Moscú se derrumbe. Pero su economía no se está
hundiendo: ha habido un descenso, pero mucho menor de lo esperado
(según la OCDE, su PIB para 2022 marcará una caída del 3-4 %), y a pesar
de que Moscú está aislado de Occidente, presume de un gran superávit
por cuenta corriente procedente de las ventas de hidrocarburos (de los
cuales 85.000 millones de dólares proceden de Europa, no lo olvidemos).

Al
fin y al cabo, las sanciones a lo largo de la Guerra Fría no
consiguieron obligar a Moscú a retirarse de Europa del Este, y es poco
probable que lo hagan hoy. Putin ha delegado la economía en quienes la
entienden: el banco central dirigido por Elvira Nabiullina está lleno de
empollones sobrecualificados que intervinieron con prontitud para
evitar un derrumbe económico, aunque el rublo haya perdido una cuarta
parte de su valor frente al dólar.

Además, de acuerdo con The
Economist Intelligence Unit, ésta es la quinta crisis económica a la que
se enfrenta el país en 25 años, y la gente ha aprendido a adaptarse, en
lugar de dejarse llevar por el pánico o e drebelarse. En cuanto a
Putin, el agresor, es muy consciente de las consecuencias de la derrota
pero, aunque tiene una visión distorsionada de los orígenes y la
historia de Ucrania, no se encuentra en una situación como la del zar
Nicolás II cuando abdicó en 1917, ni la de Gorbachov cuando se vio
abandonado por el aparato de seguridad en 1991 y perdió el control de la
capital.

Putin sigue controlando el ejército y los servicios de
seguridad, mientras que la mayoría de los rusos apoyan al gobierno y no
están dispuestos a aceptar una derrota total. Crimea les sigue valiendo
una guerra y Putin sigue siendo el garante de la estabilidad. La
perspectiva de una derrota y de su caída sería una pesadilla política,
tanto para las élites como en un plano popular, con el recuerdo de la
anarquía y los desastres económicos de principios de los años noventa.

Por
supuesto, Putin se regodea en el turbio relato de que Rusia está
librando una batalla existencial contra Occidente en Ucrania. Será
difícil, señala Zubok, hacer cambiar de opinión a los rusos, aunque un
número cada vez mayor no confíe en el gobierno ni en los medios de
comunicación oficiales, como tampoco confían demasiado en Occidente. El
hecho de que Occidente siga insistiendo en que debe castigarse a Rusia
por las matanzas de Ucrania está consolidando entre la población rusa la
idea de que deben seguir apoyando la nación y el nacionalismo.

Ciertamente,
la situación podría cambiar si se producen cada vez más derrotas y la
movilización militar se generaliza, y si la opinión pública empieza a
culpar a Putin de sus errores, como ocurrió con el zar y Gorbachov.

Pero
antes de que las cosas lleguen a ese punto -si es que llegan-,
Occidente debería prepararse para ofrecer a Rusia un “mapa” que esboce
una vía para salir del aislamiento. En caso de que Rusia continúe la
guerra, “el futuro de Rusia, según debe explicarse cuidadosamente en el
plan, será de degradación económica; corre el riesgo de convertirse en
un dependiente debilitado de China».

Estos argumentos podrían
funcionar. Así lo demuestra la mención de Moscú a la reapertura del
gasoducto de Yamal con Europa: gracias a las sanciones, las empresas
energéticas norteamericanas han registrado unos beneficios extra de
200.000 millones de dólares entre abril y septiembre de 2022 (Financial
Times, 5 de noviembre), mientras que los buques de GNL [gas natural
licuado] norteamericano navegan cerca de las costas europeas para
descargar cuando los precios vuelvan a subir.

¿Cuáles son los
puntos de la hoja de ruta que sugiere Zubok? 1) Hacer hincapié en los
beneficios de la paz para Moscú; 2) dar garantías de que se respetarán
la soberanía y la integridad de Rusia; 3) un acuerdo con la OTAN que
asegure el lugar de Moscú en la arquitectura para la seguridad en
Europa; 4) el reconocimiento del liderazgo ruso si se compromete a
cumplir la Carta de la ONU y el Derecho internacional; y 5) un
calendario para la devolución de los activos congelados y la retirada de
las sanciones, vinculado al cumplimiento por parte de Rusia de una
retirada acordada de los territorios ocupados.

No tiene sentido ocultar que Crimea sigue constituyendo un problema importante, uno de los mayores obstáculos para las negociaciones, tal como señala Zubov. Tal vez sería mejor, argumenta, dar carpetazo a ese capítulo concreto y posponerlo para el futuro. Esa no es solución, por supuesto, pero tal vez encontrar una requiera más imaginación de la que parece haber hoy en día.

Alberto Negri. Prestigioso periodista italiano, ha sido investigador del Istituto per gli Studi degli Affari Internazionali y, entre 1987 y 2017, enviado especial y corresponsal de guerra para el diario económico Il Sole 24 Ore en Oriente Medio, África, Asia Central y los Balcanes. En 2007 recibió el premio Maria Grazia Cutuli de periodismo internacional y en 2015 el premio Colombe per la Pace. Su último libro publicado es “Il musulmano errante. Storia degli alauiti e dei misteri” del Medio Oriente, galardonado con el Premio Capalbio.

Fuente: https://global.ilmanifesto.it/problems-with-the-total-victory-narrative/

Traducido para Sin Permiso por Lucas Antón

Ucrania y la pérdida de las ilusiones de los principales actores

El año pasado fue el año de la colisión del posmodernismo con el mundo real. Prácticamente todos los participantes directos e indirectos en la crisis ucraniana construyeron sus políticas internas y externas sobre construcciones teóricas, altamente ideológicas, sobre ilusiones. Y cuanto más grandes eran las ilusiones más severas fueron las consecuencias para los creyentes .

Echemos un vistazo a los actores principales.

Rusia

Nuestra primera y principal ilusión es sobre la negociabilidad de las contrapartes. A lo largo del período postsoviético, intentamos resolver la paz en Ucrania, basados ​​en que sería mejor para todos: Occidente, que vive en la frontera con una potencia nuclear líder, recibiría un cinturón de seguridad predecible y reglas claras del juego, junto con un alto grado de influencia en Ucrania; Europa, además, mantendría y fortalecería los lazos con Rusia como una importante base de recursos y un vasto mercado de negocios; Ucrania tendrá la oportunidad de una integración suave con Europa mientras mantendría profundos lazos económicos y culturales con Rusia, mientras que Rusia, además de una mayor integración gradual en Occidente y, en primer lugar, en el sistema europeo (hasta la simbiosis), mantendría su influencia en Ucrania y Kiev tendría una política amistosa tanto hacia Moscú como hacia la población rusa en Ucrania.

Sin embargo, toda la historia de la Ucrania postsoviética es la historia de un movimiento en un sentido contrario; este movimiento se ha vuelto irreversible desde 2014. Ignorando constantemente este hecho, los obstinados intentos de volver al proceso de acuerdos con Kiev o con Occidente nos han llevado al inicio de un proceso igualmente irreversible, un Nuevo Orden Mundial. Lo que salió mal exactamente a fines de febrero, no lo sabremos pronto. Pero si Moscú fijó el objetivo de resolver el problema ucraniano de acuerdo con el escenario georgiano, con poco derramamiento de sangre y en unos pocos días, este objetivo, obviamente, no se logró.

El puesto de avanzada antirruso que se había creado durante treinta años resultó ser muy fuerte y estaba listo para luchar incluso a costa de su propia destrucción. Un  asunto contrario al sentido común, tal como se entiende en Moscú. 

Me gustaría creer que las ilusiones de Moscú finalmente se han disipado, y nuestro liderazgo político-militar ya no espera una actitud de cordura de Occidente y Kiev. Sin embargo, hasta ahora, el curso de la Operación Militar Especial (OME) sugiere más bien todo lo contrario: después de febrero, nuestras operaciones ofensivas se han llevado a cabo solo en el Donbass, y no a lo largo de todo el frente, específicamente  en áreas locales y principalmente por las fuerzas de las PMC y el antigua milicia popular de las repúblicas. Existe la sensación que durante el pasado año realmente no supimos qué hacer a continuación, es como si estuviéramos esperando que el enemigo se aburriera antes que nosotros y finalmente comenzara a negociar de verdad. 

Nuestra segunda ilusión es la capacidad de combate del ejército. Las acciones de las Fuerzas Armadas de Rusia durante la Operación Militar Especial en un ambiente patriótico generalmente están bajo escrutinio dl pueblo. Pero, desde la época de la reforma de Serdyukov, nuestro ejército no se ha estado preparando para un conflicto terrestre a gran escala con una línea de frente de un par de miles de kilómetros, con la necesidad de realizar operaciones de armas combinadas al nivel de la Gran Guerra Patria y, con la movilización de cientos de miles de personas. Esto no cambiará de la noche a la mañana. Y aunque las deficiencias identificadas en las acciones de las Fuerzas Armadas de la Federación Rusa, del Estado Mayor y de la retaguardia se reconocen, y de alguna manera se solucionan, todavía no vemos una ofensiva a gran escala que tenga como objetivo derrotar al ejército ucraniano (AFU). Tal vez lo veamos el próximo año. Quizás el ejército se esté preparando en este momento y no esté esperando.

Estados Unidos

En la posguerra fría la ilusión principal de los Estados Unidos es el control total (o al menos el dominio) sobre todos los procesos que tienen lugar en el mundo y, por lo tanto, que el grado de consideración de sus intereses por parte de sus adversarios estaría determinado por Washington, y sólo por Washington. En otras palabras: “será como yo quiero y, si no es como yo quiero, entonces tengo medios suficientes para coaccionar y castigar aquellos que me desobedecen”.

En muchos aspectos, esta inflexibilidad condujo a la crisis actual: si Washington decidía, era posible negociar con Rusia, eso si que solo para salvar las apariencias y en su propio beneficio económico y político: Y Moscú, probablemente, estaba preparada para conversar.

Una situación similar se observa en todo el mundo: en todas partes los Estados actúan según el principio de «tenemos poder, no se necesita dialogo».

En Medio Oriente, tal comportamiento ha llevado a EE. UU. a un fuerte debilitamiento de su posición; hizo casi irreversible la perspectiva de un conflicto con China; han colocado bombas de relojería en las relaciones con sus aliados en Europa y en Asia estas bombas pueden que exploten en los próximos años.

Desde la Segunda Guerra Mundial, Estados Unidos ha estado creando un sistema global: un nuevo tipo de imperio. Constantemente han intervenido en los procesos políticos y económicos de todo el mundo sin encontrar mucha resistencia; por el contrario, casi todos intentaron integrarse en este sistema, recibiendo a cambio algunos mercados y acceso a dinero supuestamente barato. Para algunos esto significo  un paraguas de seguridad y la oportunidad de no gastar dinero en el ejército, para otros acceso a las nuevas tecnologías.

Los propios Estados Unidos, habiéndose encontrado en el papel de la “madre patria de todo el mundo”, se desprendieron de esta política, y después de varias generaciones, su clase política se convenció que su hegemonía no era el resultado de un minucioso trabajo que tomaba en cuenta los intereses de sus socios, sino que de algún tipo de derecho de linaje, y que ahora se estaba convirtiendo en una carga. De ahí el estancamiento, y cuanto mayor es la histeria de la política exterior estadounidense y, sus intentos de obligar a otros a actuar a su manera  han dado como resultado, el socavamiento de un sistema global centrado en Estados Unidos.

Todavía, Estados Unidos tiene un sólido margen de seguridad, su base alimentaria sigue siendo amplia y, las instituciones globales alternativas apenas comienzan a tomar forma, por lo que no se deben esperar cambios importantes en su política estadounidense en los próximos años, especialmente desde que la división interna, los está obligando a aumentar la tensión en su política exterior.

La segunda ilusión estadounidense (y también europea) es que se puede ganar un conflicto militar, a la escala ucraniana, sin involucrarse directamente en él. Sí, las Fuerzas Armadas de Ucrania están resistiendo bien, pero hasta ahora Rusia ha desplegado una pequeña parte de sus recursos militares, y el grado de escalada de nuestra parte está determinado por decisiones políticas, y no por la movilización de nuestras capacidades militares. Si, estamos dispuestos y listos. Podemos multiplicar una ofensiva, a la que le será extremadamente difícil responder a Occidente y Estados Unidos sin una participación directa en el conflicto con sus tropas (al menos la defensa aérea). Sin embargo, el presidente Biden sigue señalando que no aceptará una intervención directa mientras viva.

Europa

La principal ilusión de Europa es que su bien alimentado bienestar de las últimas décadas es mérito propio, y que se basa en un conjunto de unos valores abstractos. De hecho, el bienestar de Europa se asentaba sobre dos pilares: el techo militar, político y económico estadounidense y una base de recursos baratos, principalmente rusos.

Por un lado, la ausencia de cuidar su propia seguridad,  los recursos y los mercados rusos y, la ausencia de grandes conflictos internos, contribuyeron a un despegue económico sin precedentes, una verdadera edad de oro, y por el otro, propiciaron a una degeneración de las élites políticas europeas, que creyeron sinceramente que así sería siempre y que para ello basta cultivar valores y esforzarse en contagiarlos a todo el atrasado mundo circundante.

Esto explica la obstinación de Europa en la cuestión ucraniana: obstinación que bordea el fanatismo. Europa aplica las  sanciones antirrusas con el mayor celo , independientemente de cualquier daño.

Si Estados Unidos en esta crisis está tomando prestado del futuro, entonces Europa, está, disparando ráfagas de rodillas.

Aquí y ahora, se está privando de un gran mercado, su base de recursos más importante, y se auto-relegada a una dependencia casi colonial de Washington que, a diferencia de Europa, tiene poder militar real y control real sobre los procesos políticos y económicos en el mundo.

Después de que fracasara el intento combinado de Occidente de dar a Rusia un “impacto económico de pavor”, los líderes de Europa están perdidos: las mismas personas, con una diferencia de un par de días, pueden hablar sobre la necesidad de una victoria militar sobre Rusia y la necesidad de un diálogo diplomático, aparentemente sin entender realmente qué significa «victoria militar» y qué significa «diálogo diplomático».

La perspectiva de muchos años de múltiples aumentos en los precios de la energía y, como resultado, la desindustrialización y la caída del nivel de vida, la perspectiva de una guerra comercial con los Estados Unidos en una recesión global, la perspectiva de mantener una Ucrania devastada por un número indefinido de años, la perspectiva de cientos de miles de millones de pérdidas por la pérdida de inversiones acumuladas en Rusia ya es aleccionadora, pero aún no conduce a ninguna decisión, simplemente no hay nadie para tomarlas e implementarlas. Además, los problemas de larga data de la Unión Europea , con los que tropezó en años anteriores, no han desaparecido: la crisis migratoria, el equilibrio constante del sur de Europa al borde del colapso económico.

Ucrania

La principal ilusión de Ucrania es creer que podrían construir un estado mono-étnico enemigo a Rusia, dentro de las fronteras postsoviéticas y con una parte significativa de la población rusa, así como la autosugestión que Occidente privilegie a Ucrania, como dicen el adagio “por sus hermosos ojos”.

Ucrania no es Polonia, y el intento implementar esta política condujo a un conflicto civil, donde un lado fue apoyado por Occidente y el otro por Rusia. Después de que este conflicto entrara en una fase abierta en 2014, desde un puesto de avanzada anti-ruso, Ucrania comenzó a convertirse en un arma, en una especie de dron kamikaze de Occidente contra Rusia.

Debe admitirse que esto fue parcialmente exitoso: tanto las Fuerzas Armadas de Ucrania como el estado ucraniano resistieron el golpe de febrero, se recuperaron y, con el apoyo de Occidente, infligieron una serie de dolorosas derrotas a Rusia en otoño.

Los éxitos militares, sin embargo, no son de naturaleza estratégica y su costo es la muerte de la economía ucraniana. Según diversas estimaciones, hasta un tercio de la población huyó de Ucrania, la producción se redujo a la mitad (incluso antes de los ataques rusos a las instalaciones energéticas que comenzaron en octubre) y para un futuro próximo, según declaraciones oficiales de Kiev, un 70 por ciento de la población estará sin energía eléctrica. Esto significa desempleo, hacienda vacía, cierres masivos de empresas, empobrecimiento generalizado.

Aunque, ahora Occidente es una poderosa retaguardia para Ucrania, y hace grandes gastos por esto, sin embargo, sus políticos evadan la participación directa en las batallas, trasladando todas las dificultades y peligros a Kiev. Cualquiera que sea el resultado de la fase candente del conflicto, la devastada Ucrania tendrá que lidiar con sus consecuencias por sí sola, y cuanto más lejos esté la paz, más embarazosas serán las consecuencias para los ucranianos.

Sin embargo, incluso si entre las élites ucranianas alguien adivina cómo se están utilizando, ya no podrán detenerse. El control de Occidente es demasiado estricto, el bombeo ideológico es demasiado grande, todo ha ido demasiado lejos.

Ucrania ahora es un zombi, un muerto viviente, y caminará mientras Occidente lo impulse. Sin embargo, incluso de esta forma, las Fuerzas Armadas de Ucrania son capaces de luchar durante años, especialmente con el lento curso actual del conflicto.

Solo en un caso Occidente puede negarse a proteger al régimen de Ucrania: si sus Fuerzas Armadas son derrotadas y pierden físicamente la capacidad de luchar, si Ucrania se reduce físicamente lo suficiente como para perder su importancia estratégica para Occidente. Cualquier tregua solo pospondrá el conflicto para el futuro, y uno no debe hacerse ilusiones al respecto.


El conflicto global solo está creciendo. Tanto para Rusia como para Occidente, es existencial, y ninguna de las partes muestra inclinación al compromiso. Es aún más sorprendente que las hostilidades sigan siendo de naturaleza relativamente local, limitadas a un restringido teatro ucraniano, e incluso en él, de manera dosificada y posicional. Parece que las partes se han centrado en cómo aprender a vivir en las nuevas condiciones, lo que significa que el desarrollo del próximo orden mundial y las reglas del juego tienen una oportunidad, sin que esta cambio se convierta en una lucha interminable de todos contra todos, con el riesgo de una catástrofe nuclear.

La iniciativa en este proceso la obtendrán quienes acepten la realidad antes que los demás, comprendan su lugar en ella y comiencen a actuar en consecuencia. Esto concierne no solo a los participantes en la crisis de Ucrania, sino también a los países neutrales hasta ahora, que aún no se han desprendido de sus propias ilusiones.

SERGEY POLETAEV, SOCIÓLOGO RUSO, COFUNDADOR DEL «PROYECTO VATFOR».

Fuente original: Un análisis realista: «Ucrania y la pérdida de las ilusiones de los principales actores» (observatoriocrisis.com)

La vida nuestra, la plata de los demás

Angie Salazar
2022-11-30
Texto: Juan Miguel Álvarez

Hay una bahía en Chile que expone quizás la mayor paradoja económica y moral del mundo contemporáneo: la producción de energía como impronta del crecimiento industrial a costa de la vida humana, animal y vegetal.
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