JO interpreta a Adonis

CELEBRACIÓN DE LA REALIDAD

ADONIS (ALI AHMAD SAID)

Por alto y radiante que sea el deseo
no puede tocar el cuello del sol.

La realidad es la flor más marchita
en el jardín de las palabras.

Realidad: sueño que no visita
ni hace amistad
más que con los párpados durmientes.

A veces el cuerpo parece un árbol
cuyo más bello fruto, el sueño,
no se puede recoger.

No hay diálogo entre el fuego y el agua:
un abrazo
hasta extinguirse.

La realidad
en la que se han convertido los caminos de la derrota
es la única
que conduce a los caminos de la libertad.

El olvido tiene una guitarra
en la que el recuerdo toca
sus calladas tristezas.

CELEBRACIÓN DE LA INFANCIA

Por ADONIS (ALI AHMAD SAID)

Recuerdo la locura
recostada, por vez primera,
en la almohada de la razón:
yo conversaba con mi cuerpo.

El amor y el sueño son paréntesis.
Entre ellos coloco mi cuerpo
para intentar conocer el mundo.

Pronto fui herido
y pronto aprendí:
las heridas son las que me crearon.

¿Qué le diría a mi otro cuerpo
que dejé entre los escombros
de la casa donde nací?
No. No pueden contar mi infancia
mas que esas estrellas que relucen sobre ella
y motean con sus pasos
los senderos de la tarde.

Tu infancia es un pequeño pueblo,
pero jamás cruzarás sus límites
por lejos que vayas.

Espejo del tiempo

Te invito,
mis días están sin centinela
y esta distancia vacía
es un banquete para el sueño,
una fiesta de la nostalgia por sus fructíferos árboles.
Te invito a que vengas,
el mástil de las tristezas es alto.
Quizá si reposaras, si te inclinaras
cual rama en sus vientos ocultos,
el aguamanil sería elegía o flor
y el té fuente.
Te invito a que escuches este eco
que nos llega con la hierba ebria.
… El tiempo se aleja,
la nostalgia se viste nuestra ropa
y se convierte en incienso que se pliega
a nuestras pestañas
y sale de una antigua cúpula
que emana de su esencia.

ADONIS (ALI AHMAD SAID)
Traducción del árabe: María Luisa Prieto

LA MIRADA SOBRE OCCIDENTE DE ADONIS

Por Carmen SigüenzaMadrid// Adonis, el poeta y ensayista árabe, firme candidato al Nobel de Literatura, publicó en los setenta su famoso “Epitafio para Nueva York”, una mirada poética sobre una “desmesurada” Norteamérica y ahora se edita con dos poemas que completan la visión del poeta sobre Nueva York. /Alí Áhmad Said Ésber, Adonis, nacido en Siria en 1930, con nacionalidad libanesa desde 1962 y residente en París desde hace años, está considerado el mayor exponente de la poesía árabe, pero también como uno de los escritores y pensadores universales que más puentes ha tendido entre la cultura árabe y occidental.

 

 

ADONIS (Ali Ahmad Said): El sueño y el despertador, Invasión, El pasado, La bala, Los dos poetas y Si viviera.

Traducción del árabe por María Luisa Prieto   


EL SUEÑO Y EL DESPERTAR

Crea en su sueño

un modelo de revolución rebelde

que abraza el creciente futuro.

Despierta de su sueño

y sus días se convierten

en anhelos

que lloran la noche pasada

y su quimera perdida.

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 INVASIÓN

El pájaro se quema,

los caballos, las mujeres y las aceras

se parten como pan

en las manos de Taymur.

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EL PASADO

¡Cuántas veces he llevado piedras

desde las colinas de Samarcanda!

Moldeaba las piedras en lanzas

o en collares

para mis amadas esclavas.

¡Cuántas veces he tejido de hombres

jaimas y almohadas!…

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LA BALA

Una bala gira

engrasada con el resplandor de la civilización,

perfora el rostro de la aurora -cada instante

se repite esta escena-

los presentes

renuevan el trago de la vida, animan

sin telón, oscuridad ni descanso:

la escena es la historia

y el actor la civilización.

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LOS DOS POETAS

Entre el eco y la voz

hay dos poetas,

uno elocuente cual luna rota

y el otro silencioso cual niño

que duerme cada noche

en los brazos de un volcán.

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SI VIVIERAS

… Si vivieras, como dije, en mi voz,

si te guiaras

por el camino y sus escalas y te pusieras

el ropaje de los caminantes

que beben los soles y su exilio,

si te saciaras de agua,

si habitaras, como dije, en mi voz,

serías la adivinación

y sus faros y el iris

entre nuestros días de papel

y las nieves de la distancia.

Si te guiaras…