Caty R

El Foro Económico Mundial, tambiĆ©n llamado Foro de Davos, es el coloquio que agrupa a los dueƱos del mundo. Ellos imponen aƱo atrĆ”s aƱo el Ćŗltimo grito enĀ observaciones para deformar la económica mundial. La representación funciona asĆ­: hay un slogan, que en principio se lanza como una propuesta del foro, que se repitiera hasta el hartazgo durante el aƱo, en todos los medios en todos los idiomas, porque…, bueno, dentro de los activos que tienen en el mundo los dueƱos del foro tambiĆ©n se hallan sus propiedades en los medios concentrados de comunicación.

ElĀ GranĀ Reinicio o ElĀ Gran Reseteo, en
el año 2020 es un ejemplo. Una iniciativa que llama a las partes
interesadas globales aĀ cooperarĀ en
la gestión de las consecuencias directas de la crisis de COVID-19 y transformar
el modelo económico tras la pandemia. El Gran Reinicio buscaba reiniciar
el capitalismo para poner el corazón en un sistema diferente y establecer
un nuevo contrato social para honrar la dignidad de cada ser humano, bueno, no
tan amplio, solo de ellos. Es muy importante lo que el eslogan diga porque es
una frase que destaca lo que se quiere, hace hincapiƩ en un valor o
caracterĆ­stica, marca el rumbo y no es necesario que funciones, por cierto.

La idea bƔsica actual vuelve a hacer pie en la
cooperación al igual que el gran reseteo, todo tiene que ver con la gobernanza
mundial. En este caso es la cooperación en un mundo fragmentado, por lo que, el concepto fragmentación, saldrÔ hasta
en la sopa de todos los periódicos, textos, etc. La idea es bÔsicamente la
misma, aprovechar la inercia de ciertos perfiles que modificaron la ingenierĆ­a
social durante la pandemia y ponerla a su disposición y beneficio. Quienes
gobiernan el mundo y se quedan con su riqueza, quieren convencer a los simples
mortales de la necesidad de ir modificando nuestros patrones de consumo, a la
baja por cierto, nuestros patrones de ahorro y de inversión, este último
central, con el fin de concentrar aún mÔs los beneficios.

Pero
los puntos de referencia y los criterios para ejecutarlos a menudo son dudosos
o turbios; de hecho, siempre son inciertos y ambiguos. Ya que se trata de
engaƱa a los consumidores, inversores y reguladores con narrativas falsas. No
estamos hablando de promotores de la globalización ni del liberalismo y menos
del libre comercio, estamos hablando de ingenieros sociales que quieren
controlar la regionalización para su propio beneficio con la valiosa ayuda del
sector financiero, el aporte de las multinacionales y la inestimable
contribución del presupuesto estatal.

Y,
la verdad, los resultados pospandemia han sido todo un triunfo para Davos. La
ONG Oxfam asegura que desde el inicio de la pandemia de coronavirus un 1% de la
población mundial acaparó, durante los últimos dos años, casi dos terceras
partes de la nueva riqueza generada, alrededor del doble que el 99% restante.

En
gran parte de los últimos 40 años, los políticos estadounidenses y mundiales
actuaron como si el mundo fuera plano.Ā Inmersos en la corriente dominante
del pensamiento económico neoliberal, asumieron que el capital, los bienes y
las personas irían a donde fueran mÔs productivos para todos. Si las empresas
crearan puestos de trabajo en el extranjero, donde era mƔs barato hacerlo y los
beneficios de la cadena de producción eran mayores, las pérdidas de empleo
nacional se verĆ­an compensadas por los beneficios para los consumidores, bienes
mÔs económicos. Mientras los países pobres reducían los salarios para que las
multinacionales los insertaran en las cadenas de producción.

Sin
embargo, a pesar de 40 aƱos de malestar de la clase media, las administraciones
tanto demócratas, republicanas y socialdemócratas del mundo han impulsado
políticas de globalización y laissez-faire sin crear redes de seguridad social
que hubieran convertido, no solo en el discurso, sino en la realidad un
laissez-faire mƔs justo. Los golpes que han recibido los trabajadores a nivel
mundial y especial los estadounidenses promedio en tƩrminos de desigualdad,
estancamiento de salarios, destrucción de empleos, son muy profundos.

Desde comienzos del siglo XXI, los dos mayores
beneficiarios de la globalización neoliberal han sido el Estado chino y las
empresas multinacionales.Ā La crisis financiera de 2008–2009, la pandemia y
la guerra en Ucrania expusieron las vulnerabilidades del sistema, desde los
desequilibrios de capital hasta las interrupciones de la cadena de suministro y
la agitación geopolítica. Los países ahora quieren mÔs cercanía en sus
cadenas de suministro para productos cruciales como microchips, energĆ­a y
minerales de tierras raras.Ā La idea de que la economĆ­a global debe volver
a ponerse al servicio de las necesidades nacionales estĆ” ganando fuerza y el
relato deĀ ā€œvuelta
a casaā€Ā (Homecoming)
es la nueva guĆ­a espiritual de Davos, de las multinacionales y del sistema
financiero. Adiós globalización, bienvenida la regionalización.

La
nueva estrategia industrial tiene mucho de vieja y apunta a reestructurar las
cadenas de suministro para que sean menos dispersas.Ā La forma exacta del
próximo orden económico posneoliberal aún no estÔ clara, pero probablemente
serƔ mucho mƔs local, heterodoxa, complicada y multipolar que la anterior.
PodrĆ­a decirse que es justo como deberĆ­a ser, la polĆ­tica tendrĆ” lugar a nivel
del Estado-Nación. Los formuladores de políticas pensarÔn en que la economía ya
no se trata de quién eres, sino de dónde estÔs.

La
actual desigualdad global de oportunidades significa que lo que mƔs importa
para tus condiciones de vida es la buena o mala suerte de tu lugar de
nacimiento. La desigualdad entre los diferentes lugares del mundo es mucho
mayor que la diferencia que puedes hacer por tu cuenta.Ā Cuando se nace en
un lugar pobre, donde muere uno de cada diez niƱos, no se podrƔ reducir las
probabilidades de los bebƩs mueran al nivel promedio de los paƭses con la mejor
salud infantil. No puede volverse saludable y rico por su cuenta: las
sociedades progresan, no los individuos.

Lo
peor es que la desigualdad debido al modelo imperante tiende a una mayor
concentración entre países y dentro de los países. O sea, la desigualdad se
afianza y se trasladara hacia el interior y esta idea queda aterradoramente
expuesta en la poca movilidad y capacidad de lucha de los trabajadores a lo
largo de los aƱos. Estados Unidos es un caso emblemƔtico de lo hecho y lo que
se pretende arreglar laboralmente.

Los grÔficos que siguen dicen mÔs que las palabras en relación a lo que ha sucedido con la globalización. El primer cuadro tiene que ver con la publicación de la Oficina de Estadísticas Laborales de EEUU del valor real de la hora de trabajo o lo que sería el salario real, desde 1964-2019, como muestra el cuadro el valor real de la hora trabaja en 2019 es exactamente el mismo que en febrero de 1973. Peor aún, desde 1970-2020 la cantidad de paros y personas involucrados en conflictos laborales ha caído estrepitosamente. Lo fatal es que para mantener los salarios la cantidad de horas trabajadas en 1983 era de 1816 y en 2015 de 1861, 45 horas mÔs que 32 años antes.

Productividad por hora trabajada en dólares la hora

Fuente: El TÔbano Economista. Elaboración propia en base a ILOSTAT.

El
broche de oro de la explicación de la concentración del ingreso, para seguir
con el ejemplo de los Estados Unidos, se encuentra a la vista. Los trabajadores
producen un 80% mƔs de valores por hora, y ademƔs la cantidad de hora
trabajadas con mayor productividad aumentó mientras que sus sueldos siguen
igual, o sea, los beneficios completos van a parar a los dueƱos del capital. Y
como si nada sucediera, esto ocurre sin protestas, sin movilizaciones y con
quejas menores, a no ser la votación de Trump.

En
el mundo sucede lo mismo, el incremento de la productividad desde los aƱos setenta
del siglo pasado en adelante es exponencial, mientras que los salarios reales
se mantienen constantes o caen, la cantidad de horas trabajadas aumenta y la
concentración del ingreso se afianza con protestas mínimas. Tanto Brasil como
Argentina son un ejemplo didÔctico de lo que pasó y del futuro esperado.

En
ambos países la productividad se disparó, los salarios cayeron de manera
estrepitosa en dólares, y durante los gobiernos de derecha, los reclamos
mermaron en comparación con los realizados con gobiernos progresista que
escuchan sus reclamos. Si bien los cuadros muestran el caso Argentino, el de
Brasil es, a grandes rasgos, similar.

La secuencia es muy clara. Brutal aumento de la productividad que no se condice con incrementos salariales, mayores empleos con sueldos de pobreza, flexibilización laboral y aumento exponencial de la informalidad. Esta idea, unida a la inflación, desbarató por completo el poder de compra de los trabajadores, redujo el costo de producción, y por sobretodo, incrementó la tasa de beneficios de las empresas, bancos, y servicios, o sea, permitió que quienes mÔs tienen se lleven mÔs de la torta. 

Al igual que el mundo neoliberal, el mundo posneoliberal traerÔ desafíos ademÔs de oportunidades. La desglobalización, por ejemplo, estarÔ acompañada por una serie de tendencias inflacionarias en el corto plazo Durante demasiado tiempo se han utilizado en Latinoamérica modelos económicos obsoletos para tratar de dar sentido a su mundo que cambia rÔpidamente. Eso no funcionó en el apogeo de la manía neoliberal en la década de 1990, y ciertamente no funcionarÔ hoy. 

Lo
que sĆ­ queda claro es que los estadounidenses han decidido que sus empresas
tienen que dar trabajo en cercanía, a su población o a los países limítrofes
con quienes pueden obtener beneficios. TambiƩn estƔ claro que el modelo
extraccioncita de salarios bajos es el que se quiere imponen en los dos mayores
paƭses de AmƩrica del Sur.

Los BRIC+ son una esperanza, y quizƔs con ellos, como
dice elĀ licenciado Gerardo de Santis, podamos tener el mĆ­nimo grado de
libertad y  competencia externa con empresas estatales, que compren mÔs
caro a los productores y vendan externamente trayendo dólares tan necesarios,
sin quedar atados a las multinacionales del sector externo. TambiƩn podrƭan
vender internamente a precios subsidiados para ser mƔs competitivos.

AmƩrica
Latina es un gran ejemplo de que el Estado funciona, sobre todo, en Argentina.
Empresas petroleras exitosas, tanto como los modelos educativo y sanitario.
Pero con esta concentración del ingreso y la falta de protesta y movilización,
las mayorías de la población no pueden tener un final feliz, para entusiasmo de
Davos.Ā 

Fuente: https://eltabanoeconomista.wordpress.com/2023/01/22/cooperacion-y-gobernanza-en-un-mundo-fragmentado/