Juan Ortiz
Las flores perdidas de Alice Hart —o The Lost Flowers of Alice Hart, por su título original en inglés— es el debut literario de la presentadora de televisión y autora australiana Holly Ringland. La obra fue publicada por primera vez el 19 de marzo de 2018 de la mano de la editorial Harper Collins. En 2019, fue galardonada con el prestigioso premio ABIA al mejor libro del año en la categoría de ficción.
Más tarde, sus derechos de traducción fueron vendidos a veintiocho países. En español, la novela fue traducida por Gemma Rovira Ortega, y contó con la edición de Salamandra. Posteriormente, Amazon Prime Video produjo una serie homónima de drama bajo la dirección de Sarah Lambert y las actuaciones de Sigourney Weaver, Lea Purcell, Alyla Browne y Alycia Debnam Carey.
Sinopsis de Las flores perdidas de Alice Hart
Una casa en llamas y una voz perdida
La historia comienza con el despertar de Alice Hart en un hospital, en el que se encuentra a causa de un terrible incendio que les arrebató a sus padres y la dejó temporalmente sin habla debido al trauma. La única familia que le queda es June, su abuela materna, quien dirige una plantación conocida como Thornfield. Además de flores autóctonas de la región, la granja alberga a mujeres en situación de desamparo.
La mayoría de ellas huyen de un mal matrimonio, hombres violentos y una vida en crisis. Durante su periodo en la plantación, Alice recobra su salud y su confianza, mientras aprende sobre el significado de las flores y lo que estas son capaces de transmitir. Mientras se va haciendo mayor, comparte felices momentos con su abuela y las personas de la granja, no obstante, detrás de esto hay secretos y mentiras.
Más allá de las flores
Alice descubre ciertos aspectos de su familia que, si bien sospechaba, no se daba por enterada del todo. A sus veintiséis años, la mujer escapa de la plantación, sin dejar rastro de su paradero. Después de partir llega al desierto central, donde encuentra un paisaje que parece extraído de una novela de ciencia ficción. Así, alejada de las flores que tanto ama, se halla frágil y vulnerable.
El pasado de Alice la persigue allí donde ella va. Al igual que las mujeres con quienes ha creído, se siente atraída por un hombre carismático. No obstante, ¿ella será capaz de no repetir los mismos patrones que su madre y su abuela? Aparentemente, no lo consigue. Gran parte de la magia de Las flores perdidas de Alice Hart es conocer los traumas de la protagonista y acompañarla en su renacimiento.
Escenarios en Las flores perdidas de Alice Hart
Los paisajes en la novela están representados de una forma deliciosa. Estos son tanto una metáfora de la situación de Alice como un personaje en sí mismo. La protagonista crece en medio de la caña de azúcar y el océano, pero la vida la lleva por el rumbo de las flores exóticas de Australia. Por otro lado, existe un parque en el Territorio del Norte donde Alice consigue un trabajo como guardabosques.
El entorno natural forma parte de la caracterización tanto como las personas: el océano, el río, la tierra roja del desierto y las impresionantes puestas de sol. Hay una especie de magia que se teje a lo largo del libro, principalmente a partir del lenguaje de las flores, que funciona en conjunto con la historia semántica, pero que tiene su propio significado silencioso.
La importancia y el significado de las flores
Las flores de franela representan «lo que se pierde se encuentra», los guisantes del desierto de Sturt, que son parte integral de la trama, significan «ten coraje, anímate» y las colas de zorra significan «sangre de mi sangre».
Estas plantas se convierten en el lenguaje de Alice cuando le fallan las palabras. Funcionan como subtexto en conjunto con una variedad de otros elementos intertextuales. Lo mismo podría ocurrir con los poemas y los cuentos de hadas a los que se hace referencia.
A lo antes planteado se suman, por supuesto, las historias de otras culturas traídas a través de personajes como Twig —la cuidadora de la joven protagonista—, Koori —para quien Alice se convierte en una hija sustituta— y la amiga mexicana Lulu —quien le relata historias de hadas búlgaros y cuyo hijo se convierte en el primer amor de Alice—.
Estilo de la obra
Aunque la historia avanza con rapidez —impulsada principalmente por los intentos de Alice de escapar de su pasado—, la escritura en sí es poética en reiteradas ocasiones, filtrada a través del prisma del punto de vista de Alice. La narrativa sigue siendo hermosa, incluso cuando describe el abuso más atroz, como cuando el padre del personaje principal la empuja de un bote al océano por no haber dado una orden de huida a un extraño que pasaba.
Hay muchos temas que abarcan este libro, pero el más frecuente es el poder de los libros y el lenguaje no verbal, el cual se usa para sanar. La literatura abre el mundo de Alice y le brinda la clave para encontrarse a sí misma. La violencia masculina crece a lo largo de la novela y se mueve como una fuerza malévola, formando una línea paralela desde el padre de Alice hasta sus relaciones masculinas posteriores.
Sobre la autora
Holly Ringland nació en Australia, donde vivió rodeada por la naturaleza desde que era muy joven. Esto generó en ella una pasión por todos los seres vivos y el estudio sobre estos. También es aficionada a la cultura, la historia y el arte, sobre todo la literatura, cátedra que tuvo la oportunidad de poner en práctica durante varios cursos a lo largo de su vida, sobre todo en su viaje por Inglaterra.
Su familia y ella recorrieron América del Norte en caravana durante dos años, lo que acrecentó la experiencia alrededor de la naturaleza. Cuando la autora tenía veinte años, trabajó como guardabosques en una comunidad indígena en el parque nacional de Uluru Kata Tjuta, Australia. Después, se mudó a Inglaterra para estudiar un máster de Escritura Creativa en la Universidad de Mánchester.