Mariola Díaz-Cano Arévalo
Son muchos los subgéneros de novela romántica que han surgido en los últimos años, quizás porque está más de moda que nunca y eso que nunca ha dejado de estarlo. Y todos vienen con su anglicismo, también muy de moda por el uso que hacemos de ellos en cualquier ámbito.
Damos una vuelta por los que más éxito están teniendo, fruto de los muchos autores, y aún más autoras, que han salido gracias a las plataformas de publicación, promoción en redes sociales y el boca-oreja. Este éxito que ha sido total entre los lectores más jóvenes, pero no exclusivo de ellos. Veamos.
Subgéneros de novela romántica
Friends to lovers
Literalmente, de «amigos a amantes»: pone el foco en historias de amor que comienzan con una amistad entre los protagonistas, que comparten una gran conexión en todos los aspectos y, conforme pasa el tiempo, se van enamorando.
Sus características son esa amistad sólida y duradera que tienen como base, de confianza y apoyo porque se conocen muy bien; la evolución realista de esos sentimientos, que van transformando gradualmente esa amistad en amor, aunque los personajes luchan contra lo que sienten por miedo a perder la amistad o por otras razones. También está la tensión sexual, que avanza con la historia y hace aumentar la expectativa de los lectores. Y, por supuesto, la superación de conflictos y obstáculos a los que suelen enfrentarse y que ponen a prueba su relación, como lo que piensan los demás, las diferencias de personalidad u otras circunstancias.
Todo en conjunto consigue que los lectores se identifiquen con estas historias.
Algunos títulos famosos de este subgénero son Antes de diciembre, de Joana Marcús, El arte de ser nosotros, de Inma Rubiales, o ¿Solo amigos?, de Ana Álvarez.
Enemies to lovers
Literalmente, de «enemigos a amantes»: es el caso contrario, con historias que empiezan con dos personajes que se odian por diferentes motivos, desde personales hasta profesionales o solo por tener caracteres opuestos. Pero a lo largo de la trama esa enemistad se va suavizando y, al final, se convierte en un profundo amor.
Entre sus características están ese típico conflicto del principio en el que los protagonistas (que suelen ser compañeros de trabajo, vecinos, rivales en alguna actividad o incluso miembros de familias enemistadas) sienten una gran antipatía entre ellos. Así que se dan provocaciones y enfrentamientos constantes que, poco a poco, se van difuminando cuando comienzan a descubrir cualidades atractivas en el otro, algo que les va a hacer tener unos sentimientos que negarán al principio.
Además, también surgirán obstáculos tanto internos (miedos, inseguridades) como externos (presiones sociales, opiniones de los demás) a los que tendrán que enfrentarse. Pero, al final, habrá reconciliación y aceptación de ese sentimiento romántico que los llevará a la historia de amor intensa y apasionada.
Algunos títulos que podemos destacar de este subgénero los encontramos en clásicos como Orgullo y prejuicio, de Jane Austen, y mucho más recientes como en la saga de Los Bridgerton, de Julia Quinn. Pero son innumerables.
Sports romance
Otro de esos subgéneros de novela romántica es este, traducido como «romance deportivo»: es posiblemente uno de los más populares ahora. En realidad, son las novelas románticas con elementos deportivos, cuyo gancho reciente se ha disparado gracias a los descubrimientos y recomendaciones en las redes sociales.
Sus características principales es que todas tienen en común que están ambientadas en entornos deportivos y, normalmente, uno o ambos protagonistas suelen ser jugadores profesionales de algún deporte. Aunque en un principio ese era el protagonista masculino, la tendencia ha cambiado y cada vez son más ellas las que juegan a todo de forma profesional. Algunos de los deportes más populares en este subgénero son el fútbol y el fútbol americano, el béisbol, y sobre todo recientemente, el hockey sobre hielo.
Algunos títulos que se pueden nombrar son Las reglas del juego, de Sarah Adams, Romper el hielo, de Hanna Grace, o Sigue mi ritmo, de Amy Lea.
Dark romance
O «romance oscuro»: es el subgénero romántico-erótico juvenil y de adultos con novelas que cuentan relaciones amorosas apasionadas pero ambientadas en entornos oscuros y con personajes o elementos peligrosos. Algunas tienen un alto nivel de pasión, sexo y, en algunos casos, violencia.
Algunas autoras que han revolucionado el mundo editorial en este subgénero son Ana Huang con su saga Twisted love o Sarah Rivens, todo un fenómeno en Francia, con Captive: No juegues conmigo, el primer volumen de una serie.
Pero son muchos más subgéneros de novela romántica como el slow burn, o romance a fuego lento, en que los protagonistas no se enamoran de pronto, sino que su relación va despacio hasta culminar, o el romantasy, que combina el romance en un mundo de fantasía con toques de aventura.
Y, para terminar, hay que decir que todos ellos se entremezclan o se prestan elementos, lo que conforma así un panorama muy amplio para todos los gustos.