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Un artículo que te hará pensar en la realidad de las mujeres con discapacidad auditiva en Paraguay, conociendo situaciones en las que como sociedad estamos discriminando.
*Por Yennifer Bareiro
La población paraguaya según el INE (Instituto Nacional de Estadística) es de 6.109.903 habitantes, de los cuales 3.052.229 son mujeres. De esa población, 36.521 son mujeres con discapacidad.
En esta oportunidad quiero hacer un enfoque específico a un tipo de mujeres, las invisibilizadas mujeres con discapacidad auditiva. Suena muy chocante decir “invisibilizadas”, pero si ser mujer en Paraguay ya es difícil, intentá empatizar con mujeres que su único medio de comunicación, en muchas ocasiones, son sus mismos hijos oyentes o HOPS (Hijos Oyentes de Padres Sordos), quienes desde pequeños desempeñan el rol de intérpretes para ellas. Es importante recordar que la Lengua de Señas no es internacional, cada país tiene su propia Lengua de Señas y que, por eso mismo, las personas con discapacidad tienen un acceso a la información bastante limitado, podría decirse que casi nulo.
La Lengua de Señas se divide no solo por países, también por regiones y rangos de edad. Por ejemplo, las personas sordas con edad más avanzada no utilizan muchas señas que sí utilizan las personas jóvenes. Se trata de una lengua ágrafa, lo que significa que no necesita de escritura y está en constante actualización, tanto de señas como de inclusión de nuevos aprendizajes.
Sumándole el poco acceso a la educación, ellas también tienen una clara barrera en cuanto a la salud sexual y reproductiva. Una visita al ginecólogo, que podría ser algo de rutina para otras mujeres, para ellas resulta casi imposible, ya que los hospitales, centros o puestos de salud no cuentan con intérpretes de Lengua de Señas. Nuestros profesionales médicos tampoco manejan el lenguaje. En ocasiones vemos casos en los que ni siquiera conocen las pautas de trato adecuado a personas con discapacidad auditiva, volviendo la consulta todavía más difícil.
Cuando hablamos de Lengua de Señas Paraguaya pensamos que es solo una manera de comunicación de las personas con discapacidad auditiva, pero en realidad, es la que vuelve a Paraguay un país ‘’trilingüe‘’, lo que estipula la ley N° 653020 que otorga el reconocimiento oficial como lengua a la Lengua de Señas Paraguaya. Si dicha ley reconoce a la lengua de señas como oficial, pensamos en que las 70.597 personas sordas que habitan nuestro país la hablan o utilizan, sin embargo, de esa cantidad, solo se estipula que 10.589 utilizan la lengua de señas paraguaya.
¿Por qué es importante conocer esos números para hablar de salud sexual y reproductiva de las mujeres con discapacidad auditiva? La respuesta es clara: No tienen fácil acceso a la información. Para ellas es de difícil comprensión muchos temas que otras mujeres podrían considerar de básico conocimiento, un gran ejemplo sería el control anual del Virus del Cáncer de Cuello Uterino (PAP). O el acceso al test rápido de ITS, o las alertas sobre el panorama del VIH. No hay información ni materiales específicos para facilitar sus consultas o cuidados. Esto se da porque la sociedad aún vive con el estigma de que las personas con discapacidad son asexuales o no tienen intereses amorosos, que las mismas no son capaces de forjar relaciones estables ni duraderas, lo cual es una conclusión que se sustenta en estereotipos, prejuicios y estigmas.
Conociendo estos problemas de discriminación de los que todos somos parte, porque como sociedad somos aún menos inclusivos de lo que es el Estado, pues limitamos tanto a las mujeres con discapacidad auditiva que, ellas no pueden ejercer su derecho al cuidado tanto de la salud sexual y reproductiva como de su salud integral. En este país simplemente ser mujer es difícil, imaginen ser una mujer con discapacidad y que su mayor barrera sea la comunicación.
El derecho a la información, de hecho, también forma parte de la Constitución Nacional de nuestro país, es la Ley N° 5282/2014 “De Libre Acceso Ciudadano a la Información Pública y Transparencia Gubernamental”, la cual no incluye a la comunidad sorda, pues el Estado no facilita la contratación de intérpretes en muchos de nuestros Ministerios ni obliga a los medios de comunicación a contar con esa figura. También podríamos recordar la alta tasa de violencia hacia las mujeres, por la cual el Ministerio de la Mujer insiste en utilizar la línea 137, explicando que este llamado alertará automáticamente para pedir ayuda, pero ¿cómo podría acceder a dicha ayuda una mujer con discapacidad auditiva?, o como podría pedirle a una farmacéutica un barbijo lila cuando ni siquiera comprenden el verdadero contexto del mismo.
Por parte de nuestras autoridades, nunca hubo un interés real hacia las personas con discapacidad en sectores como salud, educación, bienestar o seguridad. Solo recordamos a las mismas el 23 de septiembre “Dia Internacional de la Lengua de Señas’’, donde vemos publicidades de varios de nuestros representantes recordando su existencia e importancia una sola vez al año.
En todos estos años, con la cantidad de problemas sociales por los que atraviesa nuestro país, son muy pocos los materiales informativos inclusivos, ya sean de interés cultural o social. Tampoco hay invitaciones a participar en eventos públicos en su propio lenguaje, siendo estas situaciones las que obligan a las personas sordas a aislarse de la sociedad.
El desglose de las mujeres con discapacidad auditiva es tan grande que aún no hemos hablado ni de la mitad de problemáticas que atraviesan como comunidad. Muchas de estas afectan a la población sorda en general, pero en muchos puntos las mujeres son las que sufren mayor cantidad de discriminación.
Este artículo es solo una manera de lograr una pequeña visibilización hacia esa realidad, enfocándonos en una comunidad solo paraguaya. En la siguiente ocasión, podríamos enfocarnos en lo que se estima que son 238.000 mujeres sordas en todo el mundo.
*Yennifer Bareiro es estudiante de Lengua de Señas Paraguaya y activista feminista.