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*Por Carmen Monges
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Me hablaron de transición. De un futuro verde, limpio, sostenible. Me hablaron de una AmĆ©rica Latina que dejarĆa atrĆ”s los combustibles fósiles para abrazar el sol y el viento. Me hablaron de una transición socioecológica justa.
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Pero no me hablaron de ellas. De las mujeres que viven en los mƔrgenes, donde el Estado no llega, pero las empresas extractivas estƔn mƔs presentes que nunca.
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No me hablaron de las redes de mujeres en Chile, en territorios como Quintero y PuchuncavĆ, región de ValparaĆso, o en Mejillones y Tocopilla, regiones del norte grande. Mujeres que se organizan, que denuncian, que se cuidan entre sĆ mientras la explotación arrasa, mientras el polvo cubre los techos, mientras las promesas de sostenibilidad se evaporan como el agua de los salares.
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En esas zonas llamadas de sacrificio, ellas no son vĆctimas pasivas. Son las que resisten. Las que siembran vĆnculos donde solo queda tierra Ć”rida. Son quienes sostienen la vida. Tejen redes de cuidado, mantienen la memoria viva frente a un modelo que insiste en llamarse desarrollo mientras reproduce desigualdades y extractivismo.
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Me pregunté entonces: ¿para quién es justa esta transición?
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Porque cuando los territorios son reducidos a fuentes de ārecursos estratĆ©gicosā sin consulta ni participación; cuando las comunidades, y especialmente las mujeres, son descartadas de las decisiones: ĀæA quiĆ©n sirve esta transición? ĀæA quĆ© le llaman sostenibilidad?Ā
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A veces pareciera que se habla de otro planeta. Como si esta transición fuera solo una cuestión de tecnologĆa y cifras. Como si fuera neutra, tĆ©cnica, despolitizada. Pero no lo es. Es profundamente polĆtica, y en LatinoamĆ©rica, profundamente desigual. Es una disputa por el poder, los territorios y la vida misma.
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No se trata solo de cambiar la fuente de energĆa, sino de transformar las relaciones de dominación sobre los territorios y sobre quienes los habitan. Por eso, esta transición debe ser construida desde abajo, con quienes históricamente han sido excluidas de las mesas de decisión.
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La transición energética puede ser una oportunidad, pero solo si dejamos de romantizarla y empezamos a preguntarnos quién decide, quién gana, quién pierde. Solo si dejamos de hablar de justicia ambiental como una idea abstracta y la convertimos en una prÔctica que incluya a las voces históricamente silenciadas.
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Las mujeres en las zonas de sacrificio no solo resisten: sueƱan futuros distintos. Imaginar es tambiƩn una forma de lucha.
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Proponen otras formas de cohabitar los espacios, modos de vida que no caben en grƔficos ni informes tƩcnicos. No usan lenguaje tƩcnico, pero hablan desde la experiencia, desde el cuerpo, desde la tierra.
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En sus voces habita la memoria, el cuidado colectivo y el derecho legĆtimo a decidir sobre sus territorios. Su liderazgo no es una opción: es el corazón de cualquier transición que aspire a ser justa.
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Ellas enseñan que no puede haber transición justa si se sigue concentrando el poder, si se siguen ignorando las desigualdades históricas, si se siguen colonizando los territorios del Sur en nombre de promesas verdes por el clima.
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No habrĆ” transición socioecológica justa si no es tambiĆ©n feminista, territorial y popular. Porque las transiciones que no cuestionan el poder, lo perpetĆŗan. Porque no se trata solo de cambiar fuentes de energĆa, sino de transformar las relaciones con la tierra, con los cuerpos, con la toma de decisiones.
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Este artĆculo es un abrazo para ellas. Las que, mientras nosotras debatimos conceptos, estĆ”n allĆ”, defendiendo el derecho a vivir en un ambiente sano, a criar sin miedo, a decidir sobre su territorio.
Ellas no esperan que nadie les dƩ voz. Ya la tienen. Y la estƔn usando.
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*Carmen Monges, paraguaya, es ingeniera forestal e investigadora en gobernanza climĆ”tica. Con un enfoque feminista, decolonial y ecológico, su trabajo busca promover procesos que reconozcan la interdependencia entre las personas y la naturaleza, defendiendo la memoria colectiva, el cuidado y la dignidad de las comunidades locales y sus territorios. Este artĆculo forma parte de su trabajo de campo.Ā