Juan Ortiz

Cómo hacer la descripción de un personaje

Cómo hacer la descripción de un personaje

¡Ah!, los personajes literarios: meca y corazón de sus historias cuando se les describe correctamente, chiste recurrente si no se les da el peso necesario. Para ningún autor o lector, por novato que sea, es un secreto que los protagonistas y secundarios de un libro son una de las herramientas más poderosas en la escritura de narrativa, pudiendo quedar grabados en la memoria y la cultura.

Sin embargo, cuando un elemento tan importante de la trama no se describe como se debe, no solo consigue que la obra se sienta vacía para los lectores, sino que no les permite conectar emocionalmente con la historia, por buena que esta sea. Por ello, a través de este artículo vamos a explorar cómo crear descripciones memorables que aporten profundidad y credibilidad a tus personajes.

11 pasos para hacer la descripción de un personaje literario

1.     Conoce y comprende a tu personaje

Antes de proceder a una descripción, es necesario que conozcas a tu personaje como si se tratara de una persona real. Para ello, puedes hacerte las siguientes preguntas:

  • ¿De dónde proviene?;
  • ¿Cuáles son sus motivaciones?;
  • ¿Cuáles son sus miedos y sueños?;
  • ¿Cómo se relaciona con otros personajes?;
  • ¿Qué papel desempeña en la historia?

Incluso si estos detalles no aparecen dentro del libro, conocerlos te ayudará a determinar qué aspectos de su descripción deben destacarse. Por ejemplo: un personaje inseguro podría describirse con gestos nerviosos y ropa que intenta pasar desapercibida, mientras que uno confiado podría tener una postura erguida y un lenguaje corporal expansivo. En este sentido, siempre es mejor mostrar que decir.

2.     Elige solo las características físicas más relevantes

No es necesario describir cada detalle del aspecto físico de un personaje. De hecho, hacerlo podría entorpecer la narración. En su lugar, selecciona unas pocas características que sean memorables o significativas para la historia y menciónalas poco a poco. Para ello, considera lo siguiente:

  • Rasgos distintivos: cicatrices, tatuajes, color de cabello inusual;
  • Ropa y estilo: ¿su atuendo refleja su profesión, personalidad, estado de ánimo o locación?;
  • Expresión facial y lenguaje corporal: estas pistas pueden revelar emociones y actitudes.

Ejemplo

«Isadora tenía un rescoldo en el cabello, siempre recogido en una coleta apretada. Sus ojos, de un gris acerado, parecían escrutar el alma de quien la mirara, y su sonrisa torcida dejaba entrever una confianza que rozaba lo intimidante».

3.     ¡Muestra, no cuentes!

En lugar de decir que un personaje es «valiente» o «tímido», muestra estas cualidades a través de sus acciones, gestos, diálogos o conversaciones entre otros actores. La práctica de mostrar hace que la descripción resulta más dinámica y permite que el lector saque sus propias conclusiones.

Ejemplo

  • Descripción directa: «Juan fue valiente»;
  • Descripción mostrada: «Juan apretó los puños y dio un paso al frente, a pesar de que los extraños parecían susurrar amenazas en la oscuridad».

4.     Integra la descripción en la narrativa

En vez de dedicar un párrafo entero a describir física y psicológicamente a tu personaje, piensa mejor en repartir la información a lo largo de toda la historia. Este ejercicio mantiene el ritmo y evita que la narración de estos elementos parezca forzada, incongruente o poco natural.

Ejemplo

  • Descripción directa: «Amanda tenía el cabello desordenado, gafas redondas y una chaqueta de cuero desgastada».
  • Descripción integrada: «Amanda se ajustó las gafas redondas, empujándolas con un dedo manchado de tinta, mientras su chaqueta de cuero crujía al inclinarse sobre aquella mesa forrada en papeleo».

5.     Utiliza los cinco sentidos

No te limites a lo visual. Incluye otros sentidos para hacer que tu personaje cobre vida. En este contexto, puedes evaluar los siguientes escenarios:

Olfato

¿Cómo huele?: «Su perfume dejaba una estela de jazmín por donde pasaba».

Oído

¿Cómo suena su voz o sus pasos?: «Hablaba con un tono que era como el rumor de un arroyo».

Tacto

¿Qué sensación transmite?: «Tomó su mano rugosa y pensó que era como la corteza de un viejo árbol».

6.     Asegúrate de que la descripción sea coherente

Los detalles que ofrezcas deben alinearse con la personalidad y el trasfondo del personaje. Si uno de ellos es un vagabundo, probablemente no llevará ropa impecable ni olerá a una colonia costosa. Cada aspecto de la descripción debe contribuir a la imagen completa, y no mermarla a medida que avanza la trama.

7.     Evita los estereotipos

Si bien los estereotipos pueden ser tentadores porque son fáciles de visualizar, pueden hacer que tus personajes parezcan planos o clichés, además de, en muchos casos, ofensivos. Para huir de esta problemática, busca maneras de subvertir las expectativas o dar profundidad a tus actores, sobre todo en protagonistas, antagonistas y villanos.

Por ejemplo, en lugar de describir a un «villano de manual» como alguien vestido de negro con una cicatriz amenazante, podrías crear un antagonista que vista de manera pulcra y tenga un comportamiento aparentemente amable, pero con una mirada calculadora que revele sus verdaderas intenciones poco a poco.

8.     Considera el contexto

La forma en que describes a un personaje puede cambiar según quién interactúe con él. La percepción por parte de otro revela tanto sobre el observador como sobre el observado.

Ejemplo

  • Desde el punto de vista de un amigo: «Para Luis, el desorden de Marcos era casi entrañable, una prueba de su creatividad desbordante».
  • Desde el punto de vista de un enemigo: «Marcos era un caos con piernas, incapaz de mantener nada en su lugar».

9.     Usa el entorno para reflejar la personalidad de los actores

El entorno también puede actuar como un espejo del personaje. Por ejemplo, un protagonista ordenado podría vivir en un espacio minimalista, mientras que uno caótico, probablemente, estaría rodeado de múltiples artículos. Esto, además de describir, ayuda a crear atmósfera.

10.  Experimenta con detalles simbólicos

Un solo detalle simbólico es capaz de decir mucho sobre un personaje. Una joya heredada, una cicatriz que nunca menciona o un reloj que siempre mira pueden convertirse en pistas sobre su historia y personalidad.

Ejemplo

  • «A pesar de su atuendo sencillo, Anna siempre llevaba un anillo de oro en el índice, una pieza antigua que brillaba como si guardara un secreto».

11.  Revisa y perfecciona

La primera versión de una descripción no siempre resulta ser la mejor. Por ello debes revisar el texto al menos tres veces para asegurarte de que sea claro, evocador y relevante para la historia. Asimismo, interroga a tus lectores beta sobre su opinión con respecto a la efectividad de los personajes.

Consideraciones finales

Con estas herramientas y consejos estarás mejor preparado para crear personajes que no solo vivan en tu historia, sino también en la imaginación de tus lectores. Recuerda que una buena descripción es tanto una puerta hacia el alma de los protagonistas como un espejo que refleja su mundo. ¡Deja volar tu creatividad y experimenta hasta encontrar la voz adecuada para cada uno de ellos!


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