Mariola Díaz-Cano Arévalo
El silencio y la cólera es la segunda novela de la nueva serie de libros que ha publicado Pierre Lemaitre, prevista como una tetralogía bajo el título Los años gloriosos. La primera fue El ancho mundo. Esta es mi reseña, cuya lectura quizás no sea conveniente para quienes no hayan leído la primera.
El silencio y la cólera — Sinopsis
Después del primer título ambientado en el período inmediatamente posterior a la Segunda Guerra Mundial, ahora nos vamos al París de 1952, donde nos encontramos de nuevo con los peculiares hermanos Jean, François y Hélène Pelletier, que perdieron a Étienne, el más carismático, en El ancho mundo. Todos se mudaron a la capital francesa desde Beirut y se enfrentan a los retos que les plantea su ciudad de adopción.
Hélène ha sabido colocarse como reportera en el Journal du Soir, el periódico de François, por más que le pese a este. Pero es buena, aunque también contribuirá su relación con el director del diario. Así que consigue marcharse a Chevrigny, un pueblo de la Francia profunda, para hacer un reportaje por encargo. Sin embargo, la construcción de una presa amenaza con hacer desaparecer el lugar. Hélène será testigo de los dramas humanos de quienes se verán expulsados para siempre de sus hogares y, allí, su vida dará un vuelco inesperado que puede traer consecuencias indeseadas. Pero también contará con la ayuda y el apoyo de un colega que, quizás, se quiera convertir en algo más.
Mientras, François, que ya tiene más tablas como periodista y sigue investigando el asesinato de una actriz que tuvo lugar en el primer título, también quiere descubrir quién es realmente Nine, su pareja, una joven sorda pero muy resuelta que parece esconder más de un secreto.
Y, por último, está Jean, el primogénito de débil carácter y anulado por Geneviève, su insoportable y tiránica esposa, ahora embarazada otra vez y completamente desentendida de su pequeña hija Colette, la única que parece sacarle el mejor lado a su perturbado, peligroso y violento padre. La inauguración de lo que prometen ser unos exitosos grandes almacenes se convertirá en su prueba de fuego, quizás destinada al más absoluto fracaso cuando sus trabajadoras se pongan en huelga por los abusos del director.
Y, en mitad de todos los conflictos, los padres, Louis y Angèle Pelletier, intentan mantener la familia a flote, aunque Louis emprende una aventura deportiva con escaso futuro en la que intenta lanzar la carrera de un joven boxeador.
El silencio y la cólera — Reseña
De nuevo, y como el primer título, nos aguardan casi 600 páginas cuando empezamos esta novela, pero, también de nuevo, Lemaitre sigue siendo tan preciso, tan buen narrador y componedor de ambientes y retratos de época que pasamos las páginas sin querer. Volvemos a leer una historia llena de imágenes, reflexiones, crítica social y humor negro, donde siguen destacando la hipocresía y las miserias de una sociedad que las intenta tapar con mecanismos que no han variado a lo largo del tiempo, una sociedad que está representada en los hermanos Pelletier, personificaciones de la inconsistencia y dualidad del ser humano, en las que nada es blanco o negro, sino gris o muy gris.
La maestría marca de la casa de este autor continúa siendo innegable a la hora de narrar historias como si te las estuviera contando cara a cara en una charla en la barra de un bar, añadiendo comentarios sobre sus personajes y resaltando con ironía sus faltas. Así tenemos de nuevo esa amalgama tan bien construida de melodrama, comedia, caricatura —o más bien exageración en toda regla— y negrura que se repite en los títulos de la anterior trilogía empezada con Nos vemos allá arriba.
Así que queremos seguir para saber qué les va a pasar a los Pelletier sin hacer mayores juicios de valor y menos de justicia sobre su proceder, sino con la única intención de acompañarlos y ser testigos de esa época y cómo han decidido vivirla.
Pierre Lemaitre
Pierre Lemaitre es parisino, de 1951, y uno de los autores franceses más importantes de los últimos años. Empezó como escritor a una edad tardía (publicaba su primer título a los 56 años), pero ha conseguido enlazar éxitos y premios y acumular lectores por millones en poco tiempo. En 2013 se llevó el Goncourt, el más premio más prestigioso de las letras francesas, por Nos vemos allá arriba. Este hecho lo puso en lo más alto de la crítica y las ventas. Esta novela es la primera de la trilogía Los hijos del desastre, que componen Los colores del incendio y El espejo de nuestras penas.
Traducido a más de treinta idiomas, completan su obra las protagonizadas por el comandante Camille Verhoeven y otros títulos como Vestido de novia, Tres días y una vida, Recursos inhumanos, La gran serpiente o Diccionario apasionado de la novela negra.