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Cuando parecía que la vida laboral le cerraba las puertas, Angélica Salgado encontró nuevos caminos para reinventarse. Pasó de ser publicista a liderar un sindicato en una plataforma digital, abriéndose paso en el sindicalismo y el feminismo. Su historia inspira y demuestra que nunca es tarde para transformar la realidad.

 

*Por Noelia Díaz Esquivel

 

Angélica Salgado (52) es chilena, nunca imaginó que, a los 45 años la vida la obligaría a empezar de nuevo. Publicista de profesión, trabajó durante años en el mundo corporativo, rodeada de equipos que describió como “maravillosos”. Sin embargo, un día fue despedida, enfrentándose a una dura realidad: su edad se había convertido en una barrera para seguir trabajando en publicidad. «Era una señora, y eso en mi rubro significa que ya no tienes cabida. Me quedé sin empleo siendo madre soltera, con tres hijos que dependían de mí. Fue un golpe durísimo, pero también un punto de partida», recuerda.

Fotografía: gentileza.

Fue entonces cuando un anuncio en redes sociales llamó su atención. La plataforma Cornershop buscaba personas con automóvil y tiempo libre para trabajar como choppers, encargados de hacer compras en supermercados y entregarlas a domicilio. «Pensé: ‘Yo puedo hacer esto’. Así comencé en un trabajo que parecía temporal, pero que terminó marcando mi vida de maneras que nunca imaginé», cuenta.

 

En ese entorno laboral, surgió la oportunidad de reactivar el sindicato de la empresa. Aunque inicialmente participó como una figura de apoyo, Angélica terminó siendo elegida presidenta. «Fue inesperado. Yo siempre había defendido mis derechos laborales, pero nunca había pensado en liderar un sindicato. Sin embargo, una vez ahí, entendí que era un espacio que había que ocupar para hacer los cambios necesarios», explica con convicción.

 

Su trabajo sindical no solo la llevó a negociar mejores condiciones para los trabajadores, como el acceso a agua potable, tiempos de descanso y protección contra el exceso de carga física, sino que también fortaleció su identidad como feminista. «Llegar al feminismo fue un proceso que lo inicié con mi hija. Con el tiempo entendí que también en el sindicalismo las mujeres enfrentamos barreras y muchas veces no somos escuchadas. Por eso es tan importante que nos involucremos y disputemos estos espacios. Permanecer es difícil, pero imprescindible para que las cosas cambien», reflexiona.

 

Para Angélica, el feminismo es una herramienta clave para transformar no solo las condiciones laborales de las mujeres, sino también la percepción de su rol en la sociedad. «Muchas veces se nos dice que no podemos o que no sabemos lo suficiente. Pero estar ahí, sentadas en la mesa de negociación, es la forma de demostrar que sí podemos, que sí sabemos. Y cuando logramos cambios, esos logros benefician a todas las que vienen detrás», continúa.

 

Hoy, Angélica mira hacia atrás con orgullo. Su historia es la de una mujer que no solo se reinventó, sino que encontró en el sindicalismo y el feminismo una manera de luchar por una realidad más justa. «No importa la edad ni las dificultades, siempre hay algo que podemos hacer para mejorar las cosas. Si queremos una sociedad más equitativa, tenemos que involucrarnos, ocupar los espacios y alzar la voz. Es difícil, pero absolutamente necesario», dice con convicción.

 

Hoy Angelica Salgado es Consejera Nacional CUT Chile, fundadora de la Secretaria de Nuevas Formas de Trabajo de la CUT y Presidenta del Sindicato Cornershop, único sindicato in house de Uber Global, su vida es un recordatorio de que los desafíos pueden convertirse en oportunidades y que, aunque el camino no sea fácil, la transformación personal y social puede ser posible.

 

«Y mi sueño es hacerle entender a los 44.400 y tantos trabajadores de Uber que ellos también pueden organizarse», concluye.


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