Juan Ortiz

Fuenteovejuna

Fuenteovejuna

Fuenteovejuna es una tragicomedia dividida en tres actos. Esta obra de teatro fue escrita durante el Siglo de Oro —en concreto, entre 1612 y 1614— por el dramaturgo español Lope de Vega. Posteriormente, el texto fue publicado en 1619, dentro del Dozena sic Parte de las Comedias de Lope de Vega. El libro se considera una de las grandes piezas dramáticas del autor, junto a títulos como Comendador de Ocaña y El mejor alcalde, el rey y Peribáñez.

Al igual que sucede con muchas de las obras del escritor y poeta inglés William Shakespeare, Fuenteovejuna se ha convertido en la iconografía de una lucha social: la de un pueblo que se une para acabar con la injusticia que lo acedia y lo humilla, mientras le arrebata su dignidad y valor.

Resumen de Fuenteovejuna

Primer acto (El planteamiento, 12 escenas)

Un villano excepcional

Fuenteovejuna está basado en un contexto histórico real. Corre el tiempo de los reyes católicos, Isabel y Fernando —1474-1516—. Dos tramas, una social y una política, se entrelazan y dan cabida a los acontecimientos. Estos tienen lugar en el pueblo cordobés de Fuente Obejuna. En principio, la narración sigue al Comendador Fernán Gómez de Guzmán, quien se encuentra en Almagro, mientras mantiene una conversación con el maestre de Calatrava.

Fernán se siente preocupado por el inicio de una guerra. El rey acaba de morir, y hay dos facciones que pretenden la coronación de una nueva reina: su hermana Isabel, y una supuesta hija suya llamada Juana. A Gómez de Guzmán le conviene que Juana sea elegida, por esa razón se dirige a ver al maestre de Calatrava, para convencerlo de pelear a su lado.

Este hombre pertenece a una influyente organización religiosa que se niega a obedecer las órdenes de ningún rey, pues solo se deben a su Dios. No obstante, tras un juego de palabras, Fernán lo persuade de aliarse a su causa.

En Fuente Obejuna

En Fuente Obejuna solo existen 500 habitantes, y la vida suele transcurrir de manera tranquila. Estas tierras pertenecen a la corona española, pero los reyes permiten que un Comendador vitalicio las usufructúe a cambio de protección militar. Sin embargo, Fernán no protege a los aldeanos, sino que abusa de ellos. Es en este contexto donde conocemos a Pascuala y Laurencia.

Esta última es la hija del alcalde Esteban. Las damas comentan que están cansadas de la forma en la que el Comendador trata a las mujeres, a quienes usa sin discriminación para satisfacer sus deseos carnales. Por lo general, Fernán hace uso del derecho de pernada —rapta a las mujeres recién casadas y las obliga a compartir su lecho—. Esta es una forma de perpetuar la subyugación de los habitantes.

La toma de Ciudad Real

El Comendador y sus criados llegan a Fuente Obejuna en medio de la conversación de las señoritas, clamando con orgullo su triunfo en Ciudad Real. Al principio, los habitantes aplauden su proeza. No obstante, el hombre decide premiarse a sí mismo al secuestrar a Laurencia y Pascuala. Las damas se resisten y huyen. Fernán se sorprende y se enoja.

En su interior, siente que es su derecho, y que jamás olvidará semejante desplante. Mientras tanto, la pretendiente al trono, Isabel, y su esposo Fernando, deciden enviar a su ejército a recuperar Ciudad Real, para así evitar el alcance de las tropas de Juana y sus aliados. Fernán ignora esta jugada, pues se siente victorioso. Después, el Comendador encuentra a Laurencia en el bosque.

El conflicto con los amantes

Fernán cree que Laurencia se halla sola, pero se encuentra en compañía de un joven enamorado llamado Frondoso. Minutos antes, el chico le rogaba a la señorita que se casaran de una vez, pero ella no quiso, pues piensa que deben esperar y pedirle permiso a su padre. Al escuchar al caballo del Comendador, Frondoso se oculta tras los árboles.

A continuación, Fernán se acerca a Laurencia y la acorrala con su ballesta. Sin embargo, Frondoso abandona su escondite, toma el arma y apunta al Comendador, exigiéndole que suelte a su amada. Entonces, al hombre no le queda más remedio que escapar a pie, humillado y desarmado.

Segundo acto (El Nudo, 17 escenas)

Tiempo después, los aldeanos mantienen una asamblea. Hablan sobre diversos temas, y no pueden evitar comentar acerca del intento de violación que sufrió Laurencia. Cuando el alcalde se entera del agravio, el Comendador vuelve a la villa, y es tímidamente confrontado por sus habitantes. Fernán Gómez les recuerda que no tienen honor por ser plebeyos.

Asimismo, les explica que sus mujeres deberían sentirse afortunadas por contar con su atención.  Mientras el Comendador discute con sus criados el porqué los aldeanos se han vuelto tan rebeldes, llegan nuevas noticias: Ciudad Real fue recuperada por Isabel y Fernando, de modo que Fernán corre a investigar lo ocurrido.

De buenos amigos y largas luchas

Laurencia y Pascuala se hallan frente al lago, en compañía de un joven divertido llamado Mengo. Ellas le confiesan cuánto le temen al Comendador. En este instante, Laurencia también afirma que Frondoso es un gran hombre, y que admira el valor con el que la defendió, aunque aún no está dispuesta a entregarle su mano. Minutos después, llega otra aldeana llamada Jacinta. La mujer huye de los hombres del Comendador, quienes la persiguen para intentar violarla.

A continuación, Mengo les pide a las mujeres que huyan. Mientras tanto, él se queda para defender a Jacinta. Lo primero que intenta es hablar con los hombres de Fernán Gómez, pero esto no funciona. Los asistentes ignoran a Mengo y lo castigan con azotes por atreverse a desafiarlos. Después, raptan a Jacinta y disponen de ella a placer, lo que enfurece a toda la villa.

La boda y la venganza del Comendador

El alcalde y la gente de Fuente Obejuna discuten las malas acciones del Comendador, y ruegan a Dios que Isabel —enemiga de Juan y, por consiguiente, de Fernán Gómez— gane la guerra, pues sería una forma de liberar al pueblo de su desdicha. Tiempo después, Frondoso es animado a visitar a Esteban para pedirle la mano de Laurencia. El alcalde, al notar el buen corazón del muchacho, acepta encantado.

Poco después organizan la boda. Mientras esta se lleva a cabo, el Comendador se encuentra furioso: las tropas de Isabel ganaron la guerra, y el maestre de Calatrava le dice que regresará con su gente, dejando atrás su alianza. Al ver que todo le salió mal, Fernán regresa a Fuente Obejuna para desquitarse con el pueblo.

En lo que aparece, se encuentra con la boda de Laurencia y Frondoso. Gobernado por la ira, arresta al novio y secuestra a la joven. Cuando el alcalde Esteban se enfrenta a Fernán Gómez, el Comendador le arrebata su bastón y comienza a golpearlo con él. Todos los habitantes se enfurecen, pero les da demasiado miedo decir cualquier cosa.

Tercer acto (El desenlace, 25 escenas)

La rebelión

Cuando el Comendador se marcha con sus rehenes, los habitantes de la villa se reúnen en una junta extraordinaria. Están cansados de los terribles actos de Fernán, y deciden acabar con el problema lo antes posible. Algunas personas afirman que deberían abandonar el pueblo, otras, que la mejor solución es acudir ante los reyes para que le pongan fin a Fernán Gómez. Ninguno aporta una solución realista.

Entonces, la pobre Laurencia aparece en medio de la sesión, maltratada y sucia. Había forcejeado con los hombres del Comendador, quienes la golpearon con saña. Sin embargo, la muchacha logró escapar con vida. La joven confronta a los aldeanos. Para ella, todos ellos son cobardes que permitieron que Fernán llegara a aquellos extremos, recordándoles todas las fechorías cometidas por el sujeto.

Venganza, solución y castigo

Laurencia, enojada, propone una solución extrema: matar al Comendador. Los aldeanos enardecen ante su discurso de aliento, y se preparan con armas y antorchas para cazar al monstruo. Todos los habitantes —hombres, mujeres, ancianos y jóvenes— se dirigen a la casa de Gómez, a las afueras de la villa. Al principio, el Comendador no les presta atención. Da la orden de ahorcar a Frondoso y serenar a la turba.

Pero nada de eso tiene cabida a esas alturas. Los aldeanos invaden la casa y matan a los criados. El Comendador, al ver la magnitud del peligro, decide negociar, y les ofrece la liberación de Frondoso. Aun así, cuando el muchacho es liberado se une a la multitud. Los habitantes de Fuente Obejuna destrozan la casa de Fernán. Después de este evento, por fin, todos le dan muerte al hombre que los maltrató tantas veces.

El asesino fue Fuente Obejuna

Tras matar al Comendador, el pueblo entero acaba con los secuaces restantes. Todos aquellos que ultrajaron a Jacinta, azotaron a Mengo y otras barbaries, fueron eliminados; no obstante, uno de los criados más leales de Fernán logra escapar. El hombre llega hasta Isabel y Fernando, y les solicita una audiencia. Herido, les cuenta la historia desde su perspectiva, exigiendo la muerte del asesino y un castigo ejemplar para el pueblo.

Los reyes están de acuerdo con esto, de modo que envían a un juez pesquisidor para investigar el asunto. En la aldea, las personas celebran la muerte de Fernán Gómez y la victoria de los reyes católicos. Al mismo tiempo, se consuma el matrimonio entre Laurencia y Frondoso.

El veredicto, el triunfo del bien

El pueblo sospecha que en algún momento llegará un enviado de los reyes para interrogarlos sobre el caso. Ante esto, planean lo que todos responderán cuando se les pregunte quién fue el asesino. Al llegar el juez, los interroga sobre la muerte de Fernán, ante lo que obtiene siempre la misma respuesta extraña: “Fuente Obejuna lo hizo, señor”. Al no haber otra réplica, el hombre decide recurrir a la tortura.

Pascuala es atada a un potro, Mengo, ahorcado. Un anciano y un niño son torturados. Sin importar el suplicio de las 300 persona mancilladas, todos los aldeanos repiten: “Fuente Obejuna lo hizo, señor”. El juez se encuentra impresionado por la unión y fuerza de voluntad de los aldeanos, regresando así con las manos vacías. Posteriormente, presenta su informe ante los reyes.

Perdón o muerte

El juez les recuerda a sus majestades que no tienen más que dos opciones: o perdonan a los plebeyos, o les dan muerte a todos. En ese momento, los reyes solicitan la presencia de los inculpados.

Cuando los aldeanos llegan al palacio se ven maravillados por la hermosura del lugar. Entonces, Isabel pregunta si esas personas son los agresores, y estos le explican a la reina todo el mal que les causó el Comendador, sosteniendo con firmeza la respuesta otorgada al Juez: que fue Fuente Obejuna quien asesinó a Fernán.

Los reyes quedan estupefactos ante la gran fuerza del pueblo. Tras deliberar, deciden perdonarlos a todos. Sus altezas añaden que, por lo pronto, no les será asignado un Comendador, y que las tierras se valdrán solo de los monarcas. Los habitantes del pueblo se sienten encantados con el veredicto, pues adoran a sus nuevos gobernantes.

Sobre el autor, Félix Lope de Vega

Lope de VegaFélix Lope de Vega Carpio nació en 1562, en Madrid, España. Se trata de uno de los escritores más representativos del Siglo de Oro español. De igual manera, la prolificidad de su obra convierte a Vega en uno de los dramaturgos más relevantes de toda la literatura universal.

Se suele considerar que Lope de Vega —El fénix de los ingenios— fue uno de los mayores exponentes del barroco español. Este autor fue también uno de los más grandes líricos en lengua castellana. Gracias a su gran capacidad creadora escribió novelas y títulos narrativos extensos en prosa y verso. Este material se mantiene vigente, y sigue siendo representado en teatros de todo el mundo.

Algunas de las obras más importantes de Lope de Vega

  • La discreta enamorada (1604);
  • El acero de Madrid (1608);
  • La dama boba (1613);
  • El perro del hortelano (1618);
  • El castigo sin venganza (1631).

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