Mariola Díaz-Cano Arévalo

Inma Aguilera entrevista

Fotografía: cortesía de Ediciones B.

Inma Aguilera es malagueña y se doctoró en Educación y Comunicación social. También se especializó en locución y doblaje y ha puesto voz a documentales y audiolibros. Compagina la docencia y la investigación con la escritura y la ilustración.

Entre sus obras destaca El aleteo de la mariposa, que en 2016 ganó el XXI Premio de Novela Ateneo Joven de Sevilla. Y, más tarde, por El excéntrico señor Dennet recibió una mención especial en el VIII Premio Internacional HQÑ. Su última novela es La dama de La Cartuja y en esta entrevista nos habla de ella y de otros muchos temas. Le agradezco su tiempo y amabilidad.

Inma Aguilera — Entrevista

  • ACTUALIDAD LITERATURA: Tu nueva novela se titula La dama de la Cartuja. ¿Qué nos cuentas en ella y de dónde te vino la inspiración? 

INMA AGUILERA: La novela empieza en 1902 con Trinidad, una joven británica que llega a Sevilla con el objetivo de hablar con la marquesa María de las Cuevas Pickman, nieta del impulsor de la fábrica de loza de La Cartuja. La empresa no pasa por buenos momentos, y coincidir con la señora no será fácil, pero Trinidad insistirá en su empeño, pues piensa que la familia de nobles empresarios es la única que puede resolver una serie de dudas con las que lleva cargando toda su vida.

Mientras Trinidad intenta contactar con María de las Cuevas, su historia se va a cruzar con la de Macarena, en 1871, y con la de Felisa, en 1850, ambas, alfareras de Triana, y cada una con su propia circunstancia para acabar trabajando en la fábrica. Veremos entonces distintas épocas de La Cartuja y de Sevilla, al tiempo que el día a día de los trabajadores y trabajadoras de la fábrica, en contraste con los talleres trianeros o con los ambientes burgueses. 

Me inspiré en el desconocimiento sobre la autoría de los diseños emblemáticos de La Cartuja, como el 202 Rosa, el Ceilán o el Negro Vistas, que no supiéramos apenas nada sobre quiénes los idearon. Luego, leí que había mucha mano de obra femenina trianera entre las operarias que colocaban las calcas de las vajillas, pero que casi todos los diseñadores y directivos eran hombres burgueses. Así que, para mí, las historias de romance estuvieron garantizadas.

Primeras lecturas

  • AL: ¿Puedes recordar alguna de tus primeras lecturas? ¿Y lo primero que escribiste?

IA: Supongo que leería los típicos libritos infantiles que nos mandaban en el colegio, pero sí recuerdo perfectamente cuál fue el primer libro que me hizo pensar que la literatura no tenía por qué ser impuesta, sino algo interesante y entretenido: Cómo aprendí a volar, de R. L. Stine. Yo tendría ocho o nueve años y lo cogí un poco de casualidad, pero me supuso un shock brutal descubrir que un libro podía resultar fantástico, emocionante, divertido, e incluso tener un toque de terror.

En nada me leí la colección completa de Pesadillas, y pienso que, desde entonces, ya no paré de leer. Por eso, y porque también consumía muchísimo cómic y manga, creo que fue lógico que mis primeras historias fuesen de corte fantástico.

Lo primero que escribí propiamente, más o menos por aquella época de los nueve o diez años, fue un teatrillo sobre un grupo de amigos que se colaban en una mansión encantada, que llegué a interpretar en el cole. Yo hacía del fantasma.

Autores y personajes

  • AL: ¿Un autor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas. 

IA: Jane Austen. De hecho, tengo rachas en las que la releo, porque siempre descubro algo nuevo, o sencillamente lo hago por recrearme en escenas que encuentro sublimes. A Federico García Lorca también le releo de vez en cuando. Y si me apetece que me estalle la cabeza, sé que siempre puedo recurrir a Úrsula K. Le Guin o a Stephen King.

  • AL: ¿Qué personaje te hubiera gustado conocer y crear? 

IA: Escarlata O’Hara y Sherlock Holmes. Y plantearles un romance o una buena trifulca, o ambas cosas. Pienso que este tipo de personajes lo tienen todo para ser los más entretenidos protagonistas y los más desquiciantes villanos, de ahí que nos encanten sobre el papel, pero nos aterre la idea de conocer a alguien que se les parezca. Aunque a mí me resultaría divertidísimo. Me encantaría crear algún día unos personajes tan completos y tan icónicos como ellos.

Costumbres

  • AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer? 

IA: Para ambas acciones prefiero el silencio absoluto, pero me encanta el sonido del teclado mecánico, precisamente porque me aísla. Y cuando estoy barajando escenas o replanteándome lo que ya he hecho, suelo ponerme música porque me ayuda a pensar mejor. También como bastante chocolate cuando estoy dándole vueltas a las tramas, y, si me atasco, me pongo a dibujar, a escribir ideas sueltas en papel, o cojo un cubo de Rubik.

  • AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo? 

IA: Tanto para leer como para pensar tengo mi sillón. Me hago un rosquito como los gatos y echo el rato la mar de a gusto. Para escribir en condiciones necesito sentarme frente al ordenador. Por supuesto que me vienen ideas a lo largo de todo el día, y en cualquier parte, pero para eso está la libretita o el Notes del móvil. Yo, por lo menos, requiero ponerme delante de la pantalla y del teclado para que me cunda en condiciones.

Géneros y proyectos

  • AL: ¿Qué otros géneros te gustan? 

IA: Todos. No suelo ver películas de terror, por ejemplo, porque lo paso fatal, pero es un género que admiro mucho, y sí que me agradan las novelas y los cómics fantásticos que tienen un puntillo de misterio o de oscuridad. Encuentro interesantísima esa sensación de piel de gallina que te dejan algunos finales tenebrosos. Respecto al resto, es que me gustan todos, no creo que haya ni un solo género que no tenga algo que enseñarme. Es cierto que hay algunos que me tiran más que otros, dependiendo de lo que me apetezca, pero creo que merece la pena atreverse a leer de todo un poco.

  • AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?

IA: Estoy terminando Shogun, de James Clavell, alucinando con Hacedor de estrellas, de Olaf Stapledon, y además me pilláis pasándolo en grande con Yo también no es te quiero, de Violeta Reed.

Ando escribiendo mi próxima novela, aunque todavía es pronto para hablar de ella.

Inma Aguilera – Panorama actual

  • AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial?

IA: No sabría decir, supongo que como ha estado siempre: difícil. En otras épocas tendría sus historias, y ahora presenta las nuestras. Hoy en día hay una sobresaturación de publicaciones, tanto en las tiendas como en Internet. Pienso que eso es maravilloso, porque quiere decir que cualquiera tiene la oportunidad de hacer publicar sus creaciones y de compartirlas con los demás, pero eso también complica las posibilidades de visualización. Y tampoco tiene mucho sentido que se produzca más contenido del que se consume.

Considero que tanto los escritores como las editoriales hacen lo que creen más conveniente, apostando por lo que piensan que debe destacar, o por lo que lo merezca porque pueda aportar algo distinto a lo que ya existe.

  • AL: ¿Qué tal llevas el momento actual que vivimos? 

IA: En mi caso muy bien, porque he tenido la suerte de encontrar un equipo maravilloso en Ediciones B, que me apoya muchísimo y cree en lo que hago; del mismo modo que tengo una agente estupenda que siempre me aconseja bien, lo cual es fundamental en estos tiempos. Por otra parte, La damita ha sido muy acogida por el público, la prensa, la crítica y los creadores de contenido digital. Estos meses de promoción he estado alucinando con la labor que hacen los influencers, instagramers y booktubers, que se dedican precisamente a destacar tu obra para que la gente la vea también por las redes sociales, así que estoy igualmente muy agradecida.

Creo que no hay nada más sano que comprender las circunstancias de cada momento y saber adaptarse. Y que es bonito poder recurrir a la gente que se dedica a complementar lo que tú haces, porque en el mundo editorial intervienen muchas más personas aparte de ti como escritora.


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