Mariola Díaz-Cano Arévalo
Sophie en los cielos de París es una novela de género juvenil, destinada a lectores de 14 a 16 años, escrita por la autora inglesa Katherine Rundell. Sin embargo, resulta también una buena lectura para todas las edades. Publicada por Salamandra en 2017, la protagoniza Sophie, una huérfana que se verá envuelta en una aventura llena de intriga y también de amistad, coraje y esperanza al querer buscar a su madre. Esta es mi reseña.
Katherine Rundell
Nació en Kent, Inglaterra, en 1987 y ha vivido en Harare, Bruselas y Londres. Es autora de las novelas Cartwheeling in Thunderstorms (2014), The Wolf Wilder (2015) y Sophie en los cielos de París (2014), con la que ha logrado varios reconocimientos y premios como el Waterstones Childrens Book y el Blue Peter Book. Es profesora asociada en el All Souls College de Oxford y en su tiempo libre disfruta practicando el funambulismo y encaramándose a los tejados de las facultades de la universidad. Esta afición sin duda también le inspiró la idea para la novela, ya que la segunda parte se desarrolla en esos tejados de las casas de París.
Sophie en los cielos de París — Sinopsis
Después del naufragio de un barco en el Canal de la Mancha, una niña de apenas un año aparece flotando en un estuche de violonchelo. Charles Maxim, un erudito y también excéntrico aventurero londinense, la rescata y se la lleva a vivir con él. Así empieza la conmovedora historia de ambos, y Charles, cuando se constata la desaparición de la madre de la niña, se convierte en su tutor legal. Pero con el tiempo, Sophie comienza a pensar que tal vez su madre sobrevivió al naufragio. Charles le advierte de que eso es casi imposible, porque se sabe que no hubo ninguna mujer superviviente. Sin embargo, para Sophie ese «casi» significa que existe «alguna» posibilidad.
Así que, a pesar de que la única pista que encuentran es una dirección grabada en el estuche del chelo, Charles, que lo daría todo por ver feliz a Sophie, accede a acompañarla a París para averiguar algo o saber qué pudo pasar de verdad. Pero también hay una razón más inquietante que apresura esa marcha, y es que los servicios sociales deciden que Sophie tendrá que dejar de vivir con Charles, porque no está recibiendo la educación pertinente y él le permite comportarse de una forma inaceptable, a juicio de profesores y vecinos.
Ya en París, con cuidado de no llamar mucho la atención de las autoridades, Charles empieza las pesquisas pidiéndole antes a la niña que se quede en el hostal donde se alojan. Pero entonces una noche alguien se cuela en la habitación de Sophie. Es Matteo, un chico que vive en los tejados de los edificios parisinos junto a sus amigos, también vagabundos, que recorren la ciudad por ellos y que deciden prestarle ayudar para encontrar a su madre o saber de ella.
Sophie en los cielos de París — Reseña
Con dos partes bien diferenciadas, la novela tiene un comienzo que nos lleva a pensar en una de esas historias protagonizadas por un huérfano al que acoge alguien que se preocupa por educarlo en lo que de verdad importa a través de clásicos de la literatura rayando la permisividad y desafiando lo políticamente correcto. Así se ve también en el lenguaje que usa, de tono muy poético con frases o sentencias muy inspiradoras.
Luego, cuando Sophie y Charles llegan a París, este pierde protagonismo y se lo cede todo a la niña y esos amigos con sus vidas sobre esos tejados de la ciudad, unos amigos que nos recuerdan a los niños perdidos de Peter Pan o a los deshollinadores de Mary Poppins. Es en esa segunda parte cuando el tono de la novela deriva un poco a la distopía, por el ambiente y las luchas entre bandas de chicos de distintas zonas de París. Además, Sophie tendrá que aprender y esforzarse para moverse en las alturas con agilidad, pero lo irá consiguiendo. Todo para averiguar si en los archivos del ayuntamiento están esos papeles que pueden aportar la verdad o acabar con todas las esperanzas de Sophie.
El tema principal es la búsqueda de la propia identidad y el valor que más destaca es la tenacidad de la protagonista para cumplir con lo que se ha propuesto. Sophie sobresale desde la primera página, pero todos los personajes comparten particularidades, rarezas y manías. Aunque también todos son valientes, nobles y entrañables, sobre todo Charles.
En definitiva
Así que, al final de la lectura, se ha disfrutado de una historia ligera y tierna, muy bellamente contada con una prosa llena de figuras y también de lírica, donde la magia de las calles de París (o, más bien, sus tejados) termina envolviéndote y rescatando ese espíritu infantil y juvenil que a lo mejor se había guardado ya.