Tipos de poesías

Juan Ortiz

Tipos de poesías

Tipos de poesías

La poesía es un género literario que se aboca a la expresión de un sentimiento, idea o historia. Resalta por una cualidad estética que, casi siempre, busca fomentar la belleza. Esta representación se lleva a cabo a través de la palabra, de la mano de la prosa o el verso. Al mismo tiempo, existen varios tipos de poesías, los cuales están definidos por su estilo, temática, y recursos.

Aunque la poesía modernista y posmodernista ha procurado la generación de textos más libres, y le ha dado lugar a géneros como el realismo sucio, en general, este arte utiliza elementos como la musicalidad, la métrica y la rima con la finalidad de transmitir conocimiento, sensaciones y emociones de una manera hermosa. En este artículo abordaremos los tipos de poesía más destacados.

Diferencias entre la prosa y el verso

Antes de desglosar el punto central, es necesario aclarar la principal división de los géneros poéticos, pues, de esta dependen las variaciones que vendrán a continuación. Para empezar, la poesía en prosa no sigue una estructura métrica, no siempre rima, y se puede escribir haciendo uso de un lenguaje más natural que, al mismo tiempo, se suele sentir cercano para los lectores que la disfrutan.

Por su parte, la manifestación poética en versación propiamente dicha es mucho más formal. Sigue una métrica específica y toma en cuenta el ritmo de las frases. Igualmente, es más elaborada y lo común es que rime —salvo en excepciones como la rima libre o blanca—, permitiendo en sus terminaciones tanto consonancias como asonancias, según sea el caso de la forma establecida o el gusto del poeta.

4 tipos de poesía más resaltantes

1.     Poesía lírica

Este tipo de poesía tiene sus orígenes en la Antigua Grecia. Como forma poética, se centra en la expresión de los pensamientos, sentimientos y emociones del poeta. En la lírica suele aparecer una gran variedad de figuras literarias o retóricas, como la elipsis, la hipérbole o la ironía. Asimismo, a ella pertenecen subgéneros como la oda, el epigrama o la elegía. De igual manera, se le tiende a llamar poesía romántica.

Ejemplo

“Soneto”, de Lope de Vega

«Un soneto me manda hacer Violante,

que en mi vida me he visto en tanto aprieto:

catorce versos dicen que es soneto,

burla burlando van los tres delante.

«Yo pensé que no hallara consonante

y estoy a la mitad en otro cuarteto;

mas si me veo en el primer terceto,

no hay cosa en los cuartetos que me espante.

«Por el primer terceto voy entrando,

y parece que entré con pie derecho,

pues fin con este verso le voy dando.

«Ya estoy en el segundo, y aun sospecho

que voy los trece versos acabando:

contad si son catorce: ya está hecho (…)».

2.     Poesía épica

Narra vivencias históricas, heroicas o mitológicas, así como eventos significativos o relevantes, sirviendo para dar a conocer creencias, personajes o acontecimientos determinados. De igual manera, suele tener un tono grandilocuente, versos extensos, métrica encuadrada y ritmos rígidos.

Ejemplo

Fragmento de “La Odisea”, de Homero

«Llega acá, de los dánaos honor, gloriosísimo Ulises,

de tu marcha refrena el ardor para oír nuestro canto,

porque nadie en su negro bajel pasa aquí sin que atienda

a esta voz que en dulzores de miel de los labios nos fluye».

3.     Poesía dramática

Comparte elementos con el teatro, siendo más parecida a un texto para ser representado que a un poema para ser leído. Asimismo, avanza a través de los monólogos o diálogos de sus personajes.

Ejemplo

Fragmento de “Romeo y Julieta”, de William Shakespeare

«¡Ay, Romeo, Romeo!

¿Por qué eres tú Romeo?

Niega a tu padre y rehúsa tu nombre;

o, si no quieres, jura que me amas,

y dejaré de ser una Capuleto».

4.     Poesía bucólica

Esta forma poética tiene preferencia por el verso, y relata eventos relacionados con los vínculos amorosos que tienen lugar en el campo. En la poesía bucólica se persigue la creación de un ambiente idílico y armonioso. Por otro lado, le pertenecen otros subgéneros, como la pastorela, el idilio y la égloga.

Ejemplo

Fragmento de “Églogas tirsis”, de Virgilio

«Cada año te ofrezco, ¡oh Príapo!, un cantarillo de leche y estas tortas,

y no debes esperar más de mí,

pues solo me guardas un pobre huerto.

«Hasta ahora no he podido labrarte más que de mármol;

pero si abundan las crías en mi ganado, serás de oro».

Otros tipos de poesía

Poesía satírica

Utiliza el humor, la ironía y la burla para criticar o ridiculizar a personas, costumbres, situaciones o sistemas políticos. Esta puede adoptar diversas maneras, desde versos libres hasta formas más rígidas, como el soneto. Ejemplos de ella podrían ser «Las sátiras» de Juvenal y «Don Juan», de Lord Byron.

Poesía elegíaca

Expresa sentimientos de tristeza o lamento, especialmente relacionados con la muerte o la pérdida. En principio, era escrita en dísticos elegíacos —una combinación de hexámetro y pentámetro—. Aunque se sigue creando a través de este esquema, los poemas modernos que se asocian con la elegíaca pueden variar. Un ejemplo de esta variante podría ser «Elegía a Ramón Sijé», de Miguel Hernández.

Haiku

Es una forma de poesía japonesa que captura un momento fugaz de la naturaleza, las emociones o las experiencias humanas. Además, se caracteriza por ser breve y concisa. Su estructura consiste en tres versos con un esquema de 5, 7, y 5 sílabas. Con respecto al haiku, su exponente más famoso es Matsuo Bashō.

Poesía visual o caligrama

Se trata de una forma particular de poesía donde se combinan las figuras y las palabras, creando imágenes a partir de textos poéticos. En este caso, la estructura es libre, ya que la disposición del poema es lo que da forma a la imagen. Para ejemplificar este arte es posible recurrir a obras como Los caligramas de Guillaume Apollinaire.

Poesía surrealista

Explora lo irracional, el subconsciente y los sueños, rompiendo con la lógica y el sentido común. Este tipo de poesía tiende a ser libre, además de poseer una fuerte carga simbólica y visual. Un ejemplo de ella es «Los cantos de Maldoror» de Lautréamont.

Poesía concreta

Su estilo hace recordar a los caligramas. Se centra en el aspecto visual del poema, donde el significado puede estar en la forma que adopta el texto en la página. Su escritura puede ser libre, y prioriza la disposición gráfica sobre la métrica o la rima. Un buen ejemplo de ella reside en las obras de Eugen Gomringer y Augusto de Campos.


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Cómo escribir una obra de teatro para niños

Juan Ortiz

Cómo escribir una obra de teatro para niños

Cómo escribir una obra de teatro para niños

Para educar a los niños a través del arte, o, simplemente, entretenerlos, es necesario analizar con cuidado todos los elementos de una producción. Los más pequeños se aburren con facilidad, por lo que requieren de estímulos constantes que, al mismo tiempo, deben equilibrarse. Por ello, es fundamental saber cómo escribir una obra de teatro para niños.

Este tipo de texto debe exponer un gran nivel de empatía, así como de la creatividad propia de una mente infantil, sin dejar de lado la lógica y la coherencia de los adultos. Y es que, si bien es cierto que los espectadores son aún muy jóvenes, también lo es que siempre notan esos defectos que los creadores quieren ocultar detrás de la frase: “Es una producción para niños, no importa”.

Cómo crear una obra de teatro para niños en 8 pasos

1.     Define la edad de tu público objetivo

Según la Real Academia Española de la Lengua, la infancia es el periodo que transcurre entre el nacimiento y la pubertad, por lo que una obra de teatro dirigida a los niños puede contar con un público objetivo bastante amplio, dependiendo de su edad. La lista a continuación puede ayudar a los dramaturgos a conocer todas sus posibilidades. Por ejemplo:

Edad preescolar

Es un período comprendido entre los 3 y los 5 años. En él, se recomienda que los temas a tratar en el proyecto sean simples, con moraleja y personajes accesibles, como animales u objetos animados.

Edad escolar

Esta etapa corresponde a edades entre los 6 y los 9 años. Para este tipo de obras se pueden plantear historias de humor, así como resolución de conflictos e interacción con el público.

Edad preadolescente

Está representada por niños de entre los 10 y 12 años, por lo que es preferible abordar temáticas más profundas, donde interactúen personajes más desarrollados. Además, los géneros pueden ser variados, incluyendo aventuras, identidad y amistad.

2.     Crea una historia simple y clara

Las obras de teatro para niños deben contar con una estructura fácil de comprender. Para ello, se suelen usar bases tan simples como: inicio, desarrollo y final. En cuanto al tema, este puede estar relacionado con algo divertido, como anécdotas de la vida cotidiana que los infantes puedan entender. Por otro lado, estas producciones tienden a dejar mensajes educativos o morales, como la importancia del valor, la honestidad o el amor.

3.     Desarrolla personajes atractivos

Protagonista

Este debe ser un personaje con el que los niños puedan identificarse o admirar. Para ello, es fundamental dotarlo de cualidades como la valentía o la sinceridad, aunque sin intentar exagerar estas virtudes, ya que el protagonista también debe parecer una persona real.

Antagonista o villano

Antes que nada, huelga decir que un antagonista no es lo mismo que un villano. El primero entra para oponerse a los planes del protagonista y sus aliados, el segundo, lo hace para causarles daño a los antes mencionados. También puede tratarse de un desafío que el personaje principal deba superar, y no necesariamente tiene que haber un “malo”. Asimismo, se recomienda que no sea muy aterrador u oscuro.

Secundarios

Estos pueden ser amigos, compañeros de viaje o seres mágicos que apoyen los ideales del protagonista. Los personajes secundarios pueden aportar humor, apoyo emocional o ser parte del mensaje de la obra de teatro. Cabe destacar que, pese a ser un sostén de los principales, se deben desarrollar tanto como estos últimos.

Animales o personajes fantásticos

En muchas ocasiones, las obras de teatro para niños contienen la participación de animales acompañantes o seres mágicos, dentro de los que es posible encontrar hadas, duendes, elfos, sirenas, entre otros. A menudo, son muy populares entre los más pequeños, y permiten una dosis de fantasía y humor que resulta realmente vital en esta clase de producciones.

4.     Define la estructura de la historia

  • Presentación: en la primera escena de la obra se presenta a los personajes y el mundo donde viven;
  • Conflicto: introduce un desafío o problema que el protagonista debe resolver;
  • Desarrollo: muestra cómo el protagonista y sus amigos resuelven el problema. En esta sección abundan el humor y la tensión;
  • Desenlace: aquí se concluye la historia y se refuerza la moraleja o el mensaje a recibir.

5.     Incorpora elementos visuales y musicales

Para nadie es un secreto que los niños son muy sensibles a la música y los estímulos visuales, por lo que siempre es una buena idea agregar sonidos atractivos y escenografías coloridas a las obras infantiles. Estos elementos sorprenden y fascinan a los pequeños, además, ayudan a mantener el interés y reforzar el mensaje o la acción. De igual manera, se pueden utilizar efectos de sonido para ambientar.

6.     Escribe los diálogos

Cuando se trata de escribir diálogos para obras de teatro para niños, es fundamental tener en cuenta que estos deben ser cortos y fáciles de comprender. Asimismo, una sugerencia general es incluir toques de humor, juegos de palabras y situaciones divertidas. Por otra parte, los pequeños aman ser parte de las historias, por lo que, de ser posible, es de buen gusto crear textos interactivos.

7.     Ten en cuenta la duración

Las obras de teatro para niños tienden a ser cortas —entre 30 y 60 minutos, dependiendo de la edad del joven público—. Al mismo tiempo, el proyecto debe estar colmado de escenas rápidas y acción continua, ya que de ese modo es mucho más fácil mantener la poca capacidad de atención que tienen los menores.

8.     Ensaya y ajusta la obra

Si es posible, antes de la presentación final, es recomendable hacer una prueba de calidad con un grupo de niños para comprobar su reacción ante el proyecto. De esta manera, si no entienden alguno de los conceptos o pierden el interés, el dramaturgo y demás participantes podrán cambiar lo que sea necesario para que los pequeños disfruten la totalidad de la obra de teatro.

6 obras de teatro infantiles perfectas para trabajar en clases

  • Pedro y el lobo, de Esopo;
  • Frozen, de Disney;
  • Cuento de Navidad, de Charles Dickens;
  • El Cascanueces, de Piotr Ilich Chaikovski;
  • Recuerdos a la hora de la siesta, de María Elena Walsh;
  • Vivito y coleando, de Hugo Midón y Carlos Gianni.

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Francisco Toledo. Entrevista con el autor de La estrella de ébano

Mariola Díaz-Cano Arévalo

Francisco Toledo nos concede esta entrevista

Fotografía: web del autor. (c) Antonio Pradas Montoya.

Francisco Toledo nació en Castellón y se licenció y doctoró en matemáticas por la Universitat de València. Con una larga trayectoria profesional, su llegada a la literatura se produjo al asesorar a un amigo escritor y poner a funcionar la imaginación. Después de aquella consulta se puso a escribir su primera novela, La estrella de ébano, y la presentó en Penguin Ramdon House, que se la publicó. En esta entrevista nos habla de ella y de otros temas. Le agradezco mucho su tiempo y amabilidad.

Francisco Toledo. Entrevista

  • ACTUALIDAD LITERATURA: Tu novela se titula La estrella de ébano. ¿Qué nos cuentas en ella y de dónde te vino la inspiración?

FRANCISCO TOLEDO: La protagonista es una capitana de salvamento marítimo que encuentra a unas jóvenes africanas ahogadas en extrañas circunstancias. Nadie se preocupa de ese hecho porque piensan que son unas inmigrantes más que ni se sabe quiénes son, pero la capitana emprende un viaje a la verdad para saber qué pasó con ellas y eso le llevará a descubrir Nigeria, un país tan desconocido como fascinante, y a desatar un tsunami en su vida.

Es una novela que destaca la amistad, la confianza y la tenacidad para luchar por lo que se quiere. A lo largo de su lectura se descubren muchas cosas del mundo marítimo, de las culturas africanas y de hechos que suceden en el siglo XXI y que parecen inverosímiles, constatando que a veces lo más inverosímil es la realidad. Las reseñas destacan que su lectura atrapa y que agita el alma. 

Fue una alegría que una gran editorial como Grijalbo aceptara publicarla siendo mi primera novela. La inspiración me vino al conocer la complejidad de la repatriación de siete polizones nigerianos que llegaron al puerto de Castellón cuando yo lo presidía y está reflejada en el nudo de la novela.

Primeras lecturas

  • AL: ¿Puedes recordar alguna de tus primeras lecturas? ¿Y lo primero que escribiste?

FT: Mis primeras lecturas de niño fueron tebeos de segunda mano como Mortadelo y Filemón, Zipi y Zape, TBO, El Capitán Trueno y El Jabato. Cada lunes cambiaba los ejemplares en el mercado semanal por otros. Me gastaba toda mi paga en esos cambios. Después vinieron obras de diversas series de la colección Historias Selección, de la entonces editorial Bruguera, donde leía el texto, no las historietas. Como me gustaban me regalaban ejemplares en reyes, santos y cumpleaños y llegué a tener una gran colección. El primer libro que me compré sin viñetas fue Juan Salvador Gaviota, de Richard Bach, que me encantó, y a partir de ahí he leído de diversos géneros y autores sin encasillarme en ninguno.

Respecto a lo primero que escribí fueron cuentos y una larga poesía sobre la historia de un árbol en el verano de mis 12 años que con el tiempo me pareció horrorosa.

Autores, personajes y costumbres

  • AL: ¿Un autor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas. 

FT: De los que más obras he leído han sido Emilio Salgari, Alberto Vázquez Figueroa, Stephen King, Ken Follet e Isabel Allende y de autores más recientes que me gustan destaco, por distintas razones, a Santiago Posteguillo, Eloy Moreno y Carlos Ruiz Zafón.

  • AL: ¿Qué personaje te hubiera gustado conocer y crear? 

FT: A Harry Potter.

  • AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer? 

FT: Cuando concibo una obra escribo y me documento de forma intensiva hasta acabar la primera versión. Después la dejo reposar y la retomo en sucesivas oleadas para refinarla y completarla. Esos periodos no son tan intensivos, pero sí que requieren constancia: dedicar casi todos los días al menos tres horas.

  • AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo? 

FT: En la buhardilla de mi casa bien sea trasnochando o madrugando más que el sol.

  • AL: ¿Qué otros géneros te gustan?

FT: Soy ecléctico en mi vida, y en los gustos literarios no podía ser menos. Me gusta variar y quedarme con lo mejor de cada cosa. He disfrutado con obras de todos los géneros, pero también he abandonado la lectura de libros de todo tipo. Para mí lo importante no es el género, sino lo que te hace sentir la lectura.

Panorama actual

  • AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?

FT: Estoy leyendo La paciente silenciosa, de Alex Michaelides. Respecto a mis obras, en octubre aparecerá Memorias en la nube, y ahora estoy escribiendo la secuela de La estrella de ébano, dado que ha tenido éxito.

  • AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial?

FT: Hay un dato presentado en el XXV congreso de librerías que habla por sí solo: el 86 % de los títulos vende menos de 50 ejemplares. Estamos ante una superinflación de oferta que no se corresponde con la demanda y que está alimentada cada vez más por la autopublicación. Es un escenario pernicioso que hace más difícil llegar a los lectores en ese inmenso océano de obras.

  • AL: ¿Qué tal llevas el momento actual que vivimos?

FT: No me gusta la cultura de la inmediatez en la que estamos instalados con las redes sociales y los chats. De hecho, tengo silenciado el WhatsApp y los leo y contesto unas pocas veces al día. Las redes están cada vez más inundadas de naderías ladronas de tiempo y son engañosas porque los algoritmos tienden a minimizar el alcance de muchas publicaciones para que pagues si quieres que lleguen a más gente. Hay que tener presente que no son altruistas, como pueda parecer por su aparente gratuidad, sino un gran negocio.


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Rosa Huertas. Entrevista con la autora de Lazos de tinta

Mariola Díaz-Cano Arévalo

Rosa Huertas entrevista

Fotografía: web de la autora

Rosa Huertas nació en Madrid y se doctoró en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense además de licenciarse en Filología Hispánica por la Universidad de Murcia.

Ha publicado más de veinte libros infantiles y juveniles, así como recopilaciones de cuentos. Algunos títulos son Mala luna, Todo es máscara o Corazón de metal, entre otros. Lo último ha sido una novela para lectores ya adultos, Lazos de tinta. En esta entrevista nos habla de toda su trayectoria. Le agradezco mucho su tiempo y amabilidad.

Rosa Huertas — Entrevista

  • ACTUALIDAD LITERATURA: Has publicado muchos libros de literatura juvenil, los últimos La estrella de Carmen o La habitación secreta, pero también novelas fuera de este ámbito como Lazos de tinta. ¿Qué aspectos te resultan más complicados y más fáciles de cada estilo y género? 

ROSA HUERTAS: En los libros infantiles y juveniles lo más complicado es encontrar un tema sugerente e interesante  para los lectores de esas edades y contar una trama que mantenga el interés durante toda la lectura. En las novelas para adultos lo más difícil es la parte de la documentación, pues son novelas históricas. 

  • AL: ¿Puedes recordar alguna de tus primeras lecturas? ¿Y lo primero que escribiste?

RH: Sin duda, Celia en el colegio, de Elena Fortún, fue el libro que me convirtió en lectora. Leí todos los de la serie protagonizada por esa niña traviesa. Y luego otros muchos de una colección de Bruguera que incluía novelas de aventuras, cuentos populares…

Lo primero que recuerdo haber escrito fue un verano que me lo pase muy bien y, como no quería que se me olvidase, lo escribí imitando a mi adorada Celia. En la novela Celia en el colegio, dice: «Lo que está escrito es como si hubiera pasado siempre». He citado esta frase en varias de mis obras. En 2012, cuando ya tenía varias novelas publicadas, recuperé esos recuerdos, los transformé en una historia para niños y escribí La caja de los tesoros

Autores y personajes

  • AL: ¿Un autor de cabecera? Puedes escoger más de uno y de todas las épocas. 

RH: Elena Fortún me descubrió el mundo mágico de la lectura. Hace unos años leí otras novelas suyas para lectores adultos, inéditas, que me fascinaron. Leí mucho sobre ella, tengo una buena amistad con Nuria Capdevilla, máxima especialista en Elena Fortún, y he escrito dos relatos relacionados con la escritora. 

Admiré mucho a Carmen Martín Gaite, he leído todas sus obras, algunas varias veces, y nos conocimos. Es una de mis maestras. 

Y los grandes de la literatura infantil y juvenil española contemporánea han sido mi faro y mi guía: Alfredo Gómez Cerdá, Joan Manuel Gisbert, Mónica Rodríguez… Y además son mis amigos. 

  • AL: ¿Qué personaje te hubiera gustado conocer y crear? 

RH: Me habría gustado conocer a los escritores y a las mujeres de otras épocas que han sido las protagonistas de mis novelas: Miguel Hernández, Lope de Vega, García Lorca, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carolina Coronado

Si hablamos de personajes totalmente de ficción, vuelvo a quedarme con Celia

Costumbres y géneros

  • AL: ¿Alguna manía o costumbre especial a la hora de escribir o leer? 

RH: Leer, en papel. No he logrado acostumbrarme al libro electrónico. Me gusta mucho leer cuando voy en el metro, en tren o en avión.

Cuando empiezo a pensar en una novela, tengo que tomar notas a mano en un cuaderno que elijo con detenimiento. Y algunos capítulos los escribo primero en papel y luego los paso al ordenador. Sobre todo cuando veo que me está costando contar alguna escena. 

  • AL: ¿Y tu sitio y momento preferido para hacerlo? 

RH: El lugar es lo de menos, he escrito en sitios muy diversos. En mi casa tengo la mesa frente a un gran ventanal por donde entra mucha luz, pero solo se ven los ladrillos del edificio de enfrente. La semana pasada estuve en Galicia y desde la ventana el paisaje era hermoso: la desembocadura del Miño, la playa, el monte… Una delicia para escribir. Y ahora estoy en la casa del campo de mi madre y tengo el ordenador encima de una mesa de plástico de jardín, en el salón, pegada al aire acondicionado. 

El momento sí que es muy importante. Solo puedo escribir si hay luz, de día, por la mañana. Me gusta levantarme temprano, en verano a las 7 o las 8 que ya ha amanecido, y ponerme a escribir. Antes incluso de desayunar. En cuanto se va la luz no puedo escribir ni una línea. 

Rosa Huertas — Panorama actual

  • AL: ¿Qué otros géneros te gustan? 

RH: Leo mucha novela, sobre todo de autores españoles. También me gusta la poesía, pero no como escritora, no es mi género. Voy al teatro en bastantes ocasiones.

Prefiero leer novelas realistas: históricas, de autoficción… de editoriales pequeñas. Y las novedades de literatura infantil y juvenil que publican mis colegas. 

  • AL: ¿Qué estás leyendo ahora? ¿Y escribiendo?

RH: Estoy con El pan a secas, de Mohamed Chukri, y Feria, de Ana Iris Simón. Siempre leo más de uno a la vez. Ahora estoy revisando la novela histórica que se publicará en enero

  • AL: ¿Cómo crees que está el panorama editorial?

RH: Se publica mucho y se busca lo comercial, sobre todo las grandes editoriales. Pero si tienes criterio, encuentras obras muy interesantes en editoriales de menos relumbrón. No es fácil publicar, así que estoy satisfecha de poder hacerlo en las editoriales que me interesan. 

  • AL: ¿Qué tal llevas el momento actual que vivimos? 

RH: Las guerras y las injusticias sociales me angustian, no entiendo tanto odio y tanta indiferencia. Me siento impotente. 

Hay aspectos que no comprendo de la actualidad, que me parecen de otro mundo. Supongo que me he hecho mayor y lo relacionado con los influencers, los youtubers y demás tiene poco que ver conmigo. He sido profesora durante más de 30 años y me he sentido cerca de mis alumnos, pero estos jóvenes del siglo XXI me resultan más ajenos. 

Sin embargo, creo que vivimos en un ambiente de mayor libertad que cuando yo era adolescente y en feminismo estamos avanzando. Lo importante es no dar ni un paso atrás. 


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Mejores editoriales para leer clásicos

Juan Ortiz

Mejores editoriales para leer clásicos

Mejores editoriales para leer clásicos

Los libros clásicos son aquellos tesoros literarios que han logrado sobrevivir al paso del tiempo, consiguiendo generar debate dentro de la sociedad moderna, tanto por su calidad artística como por su mensaje. Su legado se ha vuelto tan valioso, que los lectores siempre están buscando las mejores casas de letras que puedan hallar en el panorama actual, pues desean disfrutar de una gran experiencia.

En este sentido, los sellos editoriales han adquirido la enorme responsabilidad de satisfacer los requerimientos más exigentes de sus comparadores. Para ello, cuentan con filólogos, traductores, escritores, diseñadores gráficos, ilustradores, editores, correctores de estilo y todo un arsenal de profesionales. En esta lista, haremos un recuento de las mejores editoriales para leer clásicos del mercado.

1.    Siruela

Siruela es, quizá, la mejor editorial en el panorama actual. Sus libros están manufacturados con materiales de primera calidad, imprimiendo los títulos de pastas duras más resistentes del mercado. Sus pastas blandas también son firmes, por lo que invertir en este apartado no es un desperdicio. Pese a que la firma es catalogada como contemporánea, maneja una excelente línea de clásicos.

En este sentido, cuentan con la colección Tiempo de clásicos, donde tienen en exclusiva a autores como Herta Müller, Robert Walser y Italo Calvino, además de incluir entre sus filas ediciones preciosas de libros como El retrato de Dorian, Madame Bovary, Cumbres Borrascosas, Otra vuelta de tuerca o Tristán e Isolda.

2.    Alba

Fundada en 1993, esta editorial se ha posicionado como una de las líderes en la industria de los libros clásicos. Desde sus inicios, su catálogo ha optado por la variedad y la exclusividad, incluyendo, por supuesto, las obras más destacadas de los últimos siglos. Alba brinda volúmenes de tamaño grande y regular, contando con portadas atractivas para los amantes del arte y la belleza editorial.

Asimismo, su interior es muy cómodo para la lectura, pues sus márgenes son del tamaño correcto y el tipo de letra que utilizan es perfectamente legible. De igual manera, esta es de las pocas editoriales que aún fabrica libros en pastas duras, acoplados en la colección Clásica Maior. Por otro lado, la colección Alba Minus brinda pastas más ligeras a precios competitivos.

3.    Alianza

Esta firma es muy querida por los amantes de los clásicos, no solo porque sus ediciones cuentan con la experticia de renombrados filólogos, sino también por la calidad de sus traducciones, materiales y maquetación. Fue fundada en 1996 con el fin de agitar un poco las claustrofóbicas aguas culturales que se vivieron durante el franquismo. Desde entonces, no han parado de ofrecer lo mejor de sí.

Alianza destaca en el mercado por la variedad de su catálogo, publicando desde libros de mitología griega hasta volúmenes posmodernistas y ganadores del premio Nobel. Sus ediciones son realmente dedicadas, brindando formatos cómodos, pastas multicolores en tamaños medianos y creativas versiones de bolsillo que continúan siendo legibles y fáciles de transportar.

4.    Debolsillo

El sello pertenece a la casa editorial Random House, constituyéndose como una línea menor encargada de publicar clásicos del siglo XX y literatura contemporánea. Pese a su nombre, sus libros no son tan pequeños, y suelen distinguirse por el color rojo o naranja de sus portadas. Sus traducciones son relativamente recientes, y poseen una buena acreditación de los autores.

La única desventaja de Debolsillo es el material de sus pastas, el cual puede ser un poco endeble. Sin embargo, el formato de sus interiores es adecuado. Al mismo tiempo, la editorial no incluye prólogos u observaciones de otros escritores, pero su catálogo es de los más amplios del mercado, por lo que sorprende que sus precios sean tan competitivos.

5.    Anagrama

Esta editorial cuenta con autores cuya obra ya puede considerarse parte de los clásicos literarios, pese a que todavía conservan sus derechos, como es el caso de Vladimir Nabokob o Charles Bukowski. Sus portadas son legendarias debido a su colorido y diseños originales. Además, suelen utilizar buenos materiales, brindando libros robustos que prometen durabilidad.

El único punto bajo de Anagrama consiste en sus traducciones, esto, no porque estén mal hechas, sino porque estaban pensadas solo para el público español. Por ende, los lectores latinoamericanos jamás se han sentido demasiado cómodos con la jerga, la cual, evidentemente, necesita actualizarse para satisfacer todos los mercados.

6.    Impedimenta

Podría decirse que Impedimenta es casi una editorial de nicho. Esta produce los libros más ergonómicos del mercado actual, por lo que es posible hojearlos a placer. Esto se debe a su hechura artesanal de alta calidad, la cual también influye en la gran legibilidad de sus textos, sus bellas portadas y una maquetación que permite las lecturas más cómodas de esta lista.

Desafortunadamente, solo publican algunos autores selectos que no fueron tomadas en cuenta por otras editoriales, o que no tuvieron una traducción al español, como Penelope Fitzgerald, Iris Murdoch o Natsume Sóseki. Por otro lado, al ser libros con un estándar de excelencia tan alto, sus precios tienden a ser elevados, aunque para algunos lectores vale totalmente la pena.

7.    Alma

Esta editorial nació bajo la premisa de publicar los grandes libros de la literatura universal en versiones más modernas. Trabajan constantemente para ofrecerle a los apasionados de la lectura experiencias más ricas, enfocándose en crear bellas ediciones ilustradas con sello de calidad, lo que no solo abarca su apariencia, sino también sus traducciones y estilos originales.

Entre sus volúmenes más famosos se encuentran piezas como El fantasma de la ópera, El cascanueces, El invitado de Drácula y otros relatos, Las mil y una noches, Cuentos de los Hermanos Grimm y Cuentos de amor de locura y de muerte. Todos estos títulos cuentan con hermosas ilustraciones, tanto en sus portadas como en sus interiores, convirtiendo la lectura en un evento magistral.

8.    Nórdica

Este es un caso muy parecido al de Impedimenta, ya que también suelen publicar libros que fueron rechazados por otras editoriales. La diferencia es que Nórdica siente una gran pasión por los títulos ilustrados, acompañando sus ejemplares clásicos con bellos dibujos hechos por artistas nacionales e internacionales. Sus traducciones tienden a ser recientes y exclusivas, por lo que se mantienen actualizadas.

En conjunto, manejan tres tamaños estándar, entre ellos, un curioso formato miniatura. Siendo el tipo de editorial que guarda un respeto tan profundo por los autores, artistas y traductores, sus precios pueden llegar a ser altos, pero, en caso de desear un ejemplar especial que destaque dentro de la biblioteca, Nórdica cumple con todos los requisitos de un capricho lujoso.


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Juan de Tassis y Peralta, conde de Villamediana. Sonetos escogidos

Mariola Díaz-Cano Arévalo

Juan de Tassis y
Peralta, conde de Villamediana

Juan de Tassis y Peralta, conde de Villamediana, fue una de esas figuras del Siglo de Oro que destacaron tanto por su linaje noble como por su gran talento poético, pero, más especialmente, por su controversia, escándalos y tragedias. Fallecía un día como hoy de 1622. Para recordarlo o descubrirlo echamos un vistazo por su vida y seleccionamos unos sonetos de su obra.

Juan de Tassis y Peralta — Biografía

Nació en Lisboa en 1582, donde su padre, Juan de Tassis y Peralta, ejercía de Correo Mayor del rey Felipe III, ocupación que heredaría su hijo. Se educó y crio en la Corte bajo la tutela de su maestro Jiménez Patón. Al acabar el siglo comenzó su afición literaria a la vez que entraba a formar parte del círculo real. Entre sus amistades más ilustres estaban Lope de Vega o, en particular, Luis de Góngora, de quien fue quizás su mayor admirador.

Cuando heredó el cargo paterno, visitó Italia para buscar nuevos horizontes literarios. En 1601 se casó con Ana de Mendoza, pero ni eso ni sus responsabilidades ante la Corte le impidieron llevar una vida bastante disoluta y llena de toda clase de excesos. Así tenía fama de jugador, mujeriego y pendenciero, comportamientos y escándalos públicos que terminaron llevándolo a abandonar la Corte y viajar por varios países de Europa. Pero no consiguió acabar con ellos.

Cuando regresó a Madrid las cosas no le fueron mejor con desgracias personales, pérdidas económicas por deudas, fallecimiento de familiares y su enemistad con los validos de Felipe III, a quien llegó incluso a satirizar en sus versos. Perdió su empleo y también lo apartaron de la administración de sus bienes. Acabó desterrado de la Corte y se retiró a Alcalá, donde durante unos tres años siguió escribiendo y pareció que su vida se estabilizaba.

Al morir Felipe III, recuperó el favor real y empezó a escribir para las fiestas de la corte y, sobre todo, para una de las damas del rey, doña Francisca de Tabara. Pero el 21 de agosto de 1622, cuando volvía a su casa desde el palacio real, lo asesinaron. Se especuló mucho sobre la razón que hubo detrás, que serían sus amores con Isabel de Borbón, la mujer de Felipe IV, pero nunca se pudo confirmar y de ahí surgió la leyenda que lo acompaña hasta nuestros días.

Unos años después se publicaron en Zaragoza las Obras de Villamediana, en donde aparecen 203 sonetos amorosos, satíricos, religiosos y patrióticos.

Juan de Tassis y Peralta, conde de Villamediana — Sonetos escogidos

Determinarse y luego arrepentirse

Determinarse y luego arrepentirse,
empezarse a atrever y acobardarse,
arder el pecho y la palabra helarse,
desengañarse y luego persuadirse;

comenzar una cosa y advertirse,
querer decir su pena y no aclararse,
en medio del aliento desmayarse,
y entre temor y miedo consumires;

en las resoluciones, detenerse,
hallada la ocasión, no aprovecharse,
y, perdida, de cólera encenderse,

y sin saber por qué, desvanecerse:
efectos son de Amor, no hay que espantarse,
que todo del Amor puede creerse.

Silencio, en tu sepulcro deposito

Silencio, en tu sepulcro deposito
ronca voz, pluma ciega y triste mano,
para que mi dolor no cante en vano
al viento dado ya, en la arena escrito.

Tumba y muerte de olvido solicito,
aunque de avisos más que de años cano,
donde hoy más que a la razón me allano,
y al tiempo le daré cuanto me quito.

Limitaré deseos y esperanzas,
y en el orbe de un claro desengaño
márgenes pondrá breves a mi vida,

para que no me venzan asechanzas
de quien intenta procurar mi daño
y ocasionó tan próvida huida.

Nadie escuche mi voz y triste acento

Nadie escuche mi voz y triste acento,
de suspiros y lágrimas mezclado,
si no es que tenga el pecho lastimado
de dolor semejante al que yo siento.

Que no pretendo ejemplo ni escarmiento
que rescate a los otros de mi estado,
sino mostrar creído, y no aliviado,
de un firme amor el justo sentimiento.

Juntose con el cielo a perseguirme,
la que tuvo mi vida en opiniones,
y de mí mismo a mí como en destierro.

Quisieron persuadirme las razones,
hasta que en el propósito más firme
fue disculpa del yerro el mismo yerro.

A un beso de una dama

Divina boca de dulzores llena,
dichoso el labio que te besa y toca,
que no hay en cuantas hay tan dulce boca,
ni para aprisionarme tal cadena.

No el sabroso panal de la colmena
a tanto gusto y suavidad provoca,
que está el dulzor en ti y el suyo apoca
el ámbar, el clavel, el azucena.

Mas dentro de la miel está escondido
el aguijón cruel con que me hieres,
y nadie de la vida ve este signo;

boca tierna y pecho empedernido,
no, ni jamás en todas las mujeres
boca tan blanda y corazón tan digno.

Fuente: Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes


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Jules Laforgue. Aniversario de su fallecimiento

Mariola Díaz-Cano Arévalo

Jules Laforgue fallecimiento

Jules Laforgue fue un poeta francés nacido en Montevideo en 1860. Considerado como una figura clave en la transición literaria del siglo XIX al XX, su obra está vinculada al movimiento conocido como «decadentismo», que se acerca mucho al simbolismo, y su influencia se extendió hasta el modernismo y el surrealismo. En un nuevo aniversario de su fallecimiento echamos un vistazo a su vida y seleccionamos algunos sonetos de esa obra.

Jules Laforgue

Laforgue se crio en una familia de origen alemán, algo que influyó en su visión cosmopolita y crítica del mundo y la vida. A los seis años se mudaron a Francia, tierra natal de su padre, que quería que Jules recibiera su primera formación allí.

De personalidad solitaria y tímida, estudió filosofía en París, donde se movió en los círculos intelectuales y artísticos de la época. Empezó a publicar en revistas en 1879.

Obra

Uno de los rasgos más característicos de su obra es el tono irónico y desencantado. Laforgue toma una postura distante y crítica frente a la realidad y, a la vez, descubre la superficialidad y la falsedad de la sociedad burguesa. Así, su estilo está marcado por esa ironía, el sarcasmo y el humor negro, lo que le da aún más un carácter transgresor.

Además, experimentó mucho en la forma, rompiendo con los moldes poéticos más tradicionales. De modo que sus versos son libres, de ritmo irregular y sintaxis compleja. También incorporó lenguaje cotidiano y de la cultura popular, lo que supuso también ese toque innovador y vanguardista.

Influencia

Laforgue adelantó muchas de las características del modernismo, como la deshumanización, la fragmentación de la personalidad, la exploración del inconsciente y la búsqueda de nuevas formas de expresión. Nombres como los de Paul Verlaine, Stéphane Mallarmé, Rainer Maria Rilke o T. S. Eliot admitieron la influencia de su trabajo.

Sin embargo, Laforgue fue un poeta poco reconocido en vida y su obra fue objeto de críticas e incomprensión. Falleció en París el 20 de agosto de 1887 a la temprana edad de 27 años a causa de una tuberculosis hereditaria. Esta enfermedad, que también se llevó a su esposa poco después, truncó una más que prometedora carrera literaria.

Fue ya después de su muerte cuando se le reconoció y apreció su verdadero valor, y ha pasado a ser uno de los poetas más originales y vanguardistas de su tiempo

Jules Laforgue — Sonetos escogidos

Memento

De la Eternidad a la Eternidad,
el torbellino del mundo que enmaraña,
universal, callado, lo errante,
acribilla con oasis de oro la negrura infinita.

Por todas partes soles de bochorno, ceremoniosos
giran irradiando sus fértiles efluvios
para volver luego, extintos, a la honda tiniebla.
Y una sonrisa materna preside esa calma.

Pero aquí… aquí… peregrino solitario
por ese vacío sin ecos siempre abierto,
un globo helado agoniza. ¡Eres tú, Tierra!

Ahora, en esta soledad, en esta sombría nada,
sin ningún testigo que sueñe en los azules abismos,
disuélvete, roca sublime, en cenizas anónimas.

Disculpa melancólica

No te amo, no, no amo a nadie,
solo el Arte, el Tedio, el Dolor son mis amores;
mi corazón ya es demasiado viejo para brillar
como en los días en que fuiste mi única madona.

No te amo, pero eres bondad pura.
Podría olvidar en tus ojos de terciopelo,
y desahogar los llantos sordos de mi corazón herido
en tus rodillas, como un niño mimado y débil.

¡Oh, sería tu niño si tú lo quisieras!
Sabrías burlar mi absurda tristeza,
harías suaves mis horas tan largas,

y cuando la nada viniese a bañar
con su infinita frescura mi cuerpo roto
moriría dulcemente, consolado de la vida.

Las tardes de otoño

¡Ah, las solitarias tardes del otoño!
Nieva como nunca. Toso. No hay nadie.
Suena un piano cerca con monotonía;
y araño entristecido en el recuerdo de un ayer feliz.

¡Qué triste es la vida! Como mi suerte.
¡Solo, sin amor, sin gloria!, ¡temiendo morir!
¡O vivir, quizá! ¿Podré soportarlo?
Ojalá tuviera a mi madre como cuando niño.

Sí, ser de nuevo su amado, su ídolo,
esperar su consuelo siempre atento…
¡Mamá, mamá! Cómo ahora, tan distante,

pondría en sus rodillas mi frente arrebatado,
y ahí me quedaría, sin decir nada,
llorando hasta la noche por tanta dulzura.

Tedio

Todo me aburre hoy. Separo las cortinas.
Arriba un cielo gris rayado por una lluvia eterna,
abajo la calle con una bruma de hollín
por donde caminan sombras que resbalan en los charcos.

Miro sin ver cavando en mi cerebro,
y maquinalmente sobre el cristal empañado
escribo algo con la punta de un dedo.
¡Bah!, salgamos, tal vez haya novedades.

Ningún libro reciente. Necios paseantes. Nadie.
Simones, barro, y la lluvia de siempre…
Luego la noche y el gas y regreso a paso lento…

Ceno, y bostezo, y leo, ninguna pasión…
¡Bah!, acostémonos. —Una de la noche. ¡Todos duermen!
Solo, sin poder dormir, sigo aburriéndome.


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La matriarca: Pablo Rivero

Juan Ortiz

La matriarca

La matriarca

La matriarca es una novela de misterio y suspense escrita por el actor y autor español Pablo Rivero, conocido por series de televisión como Cuéntame cómo pasó. La obra que compete a esta reseña fue publicada por primera vez el 14 de marzo de 2024. Desde entonces, ha recibido críticas positivas por parte del público lector, contando con una media de 3.72 y 3,9 estrellas. Esto, en plataformas como Goodreads y Amazon, respectivamente.

De hecho, en el portal de Jeff Bezos, el texto ostenta el puesto número catorce en la colección de «Thrillers domésticos». A grandes rasgos, La matriarca es un volumen que busca hacer conciencia social acerca de una de las problemáticas más invisibilizadas de la era moderna: el maltrato o la negligencia hacia las personas mayores.

Sinopsis de La matriarca, de Pablo Rivero

¿Existe algo más terrorífico que una comunidad de vecinos?

La matriarca cuenta la historia de Felicidad, una mujer de casi ochenta años que siempre ha sido independiente y resolutiva, y quien ha llevado las riendas de su familia hasta el momento en que todo se derrumba. La protagonista se dedica a gestionar los alquileres del bloque de departamentos del que es propietaria, pero su rutina se ve interrumpida cuando ocurre un evento catastrófico.

En el instante en que Felicidad menos se lo espera, Candela Rodríguez, la teniente de la Guardia Civil, le informa que una de sus inquilinas, una mujer de avanzada edad, se lanzó por uno de los balcones del patio interior del edificio. A partir de ese evento, la policía comienza una investigación para descartar que no se trate de un asesinato. Sin embargo, todo se complica después de un terrible hallazgo.

Una serie de terribles conexiones

A la par que transcurre la pesquisa, los investigadores descubren un truculento video que podría conectar la muerte de la inquilina con otros ataques a ancianas de la zona. El hecho no solo pone en jaque el entorno familiar de Felicidad, sino también al resto de la comunidad vecinal, quienes se encuentran en un entorno donde muchos entran, pero muy pocos tienen un boleto de salida.

Poco a poco, Feli, la matriarca, quien siempre ha sido el pilar de los suyos, comienza a ser relegada a una simple espectadora. La situación y las personas encargadas de resolverla le quitan todo el poder que había acumulado a lo largo de los años, así como el control que tenía sobre su propia vida y su capacidad de liderazgo, confianza y fuerza ante su núcleo familiar.

La exclusión social de las personas de la tercera edad

Una vez más, Pablo Rivero vuelve a hundir el dedo en la llaga con el fin de poner de manifiesto una problemática social. En esta ocasión, el autor toca temas como las pensiones de los abuelos, la exclusión social de estos por parte de los hijos y la comunidad en general, y la mortificación de las personas mayores al perder su rol fundamental en un entorno que parece ya no necesitarlos más.

¿El mundo es consciente del trato que reciben los ancianos? Durante muchos años, la mayoría de estas personas fueron productivas, levantaron familias enteras, incluso, desarrollando proyectos de arriendo y construcciones que permitieron una mejor calidad de vida a algunos sectores. Sin embargo, la vejez los ha dejado en las sombras del olvido y la vulnerabilidad de la soledad.

Estructura y estilo narrativo de la obra

No queda duda de que Pablo Rivero sabe escribir un buen thriller. Pese a que La matriarca podría ser el menos sorprendente libro en su haber, en él, el escritor plantea una serie de tópicos que dejarán pensando a más de uno. Para empezar, los capítulos de la novela son cortos, ágiles, lo que permite una lectura casi frenética a pesar del complejo fondo y la narración constantemente reveladora.

La obra sumerge al lector en dos espacios principales: la casa de Felicidad y el edificio donde vive el resto de los vecinos. Se trata de un entorno muy sencillo, lleno de personas que es posible encontrar en cualquier parte. Aun así, la forma no opaca el fondo, el cual es realmente brillante es cuestión de argumento, desarrollo y resolución del conflicto. La matriarca es una crítica contundente.

La importancia de la mujer en la obra de Rivero

Si bien es cierto que la historia gira alrededor de varios ancianos, también lo es que el autor hace un hincapié muy especial en la figura de la matriarca —sí, el nombre de la novela no deja espacio a la imaginación—. A través de la voz de Felicidad, es posible conocer un poco a muchas señoras que se han destacado por sostener a la sociedad en tiempos de crisis, pues dan vida, crían, cuidan y educan.

Este es un rol que no tiene parangón en la historia de la humanidad, es un papel indispensable que no puede perderse. Al mismo tiempo, Rivero destaca en qué formas afectan las nuevas tecnologías a las personas mayores, tanto por la sobreexposición a las redes sociales como por lo complejo que resulta para un anciano adaptarse a los cambios sin tener la ayuda de aquellos a quienes cuidaron.

Sobre el autor

Pablo José Rivero Rodrigo nació el 11 de octubre de 1980, en Madrid, España. Se licenció en Comunicación Audiovisual, pero ha destacado más en su carrera como actor, siendo conocido por el papel de Toni Alcántara en la longeva serie de televisión Cuéntame cómo pasó, el cual ha interpretado con regularidad desde el estreno de esta en 2001. Gracias a ese trabajo ha recibido oportunidades en el cine.

A lo largo de los años, ha aparecido en múltiples películas, entre las que destacan El chocolate del loro (2004), de Ernesto Martín, o La noche del hermano (2005), de Santiago García de Leániz. En cuanto a su carrera literaria, escribió su primera novela en 2017, descubriendo un éxito en las letras que lo llevó a crear otros dos títulos, los cuales fueron lanzados en 2020 y 2021.

Otros libros de Pablo Rivero

  • No volveré a tener miedo (2017);
  • Penitencia (2020);
  • Las niñas que soñaban con ser vistas (2021);
  • La cría (2022);
  • Dulce hogar (2023).

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