Cómo maquetar un libro

Juan Ortiz

Cómo maquetar un libro

Cómo maquetar un libro

Maquetar un libro es una etapa crucial en el proceso de publicación. Se trata de estructurar el contenido de manera que sea visualmente atractivo, fácil de leer y profesional. Tanto si estás autopublicando tu primera obra como si colaboras con una editorial, dominar la maquetación puede marcar la diferencia entre un volumen mediocre y una experiencia lectora memorable para tu público objetivo.

Por ello, en este artículo examinaremos paso a paso cómo maquetar un libro, desde la preparación inicial hasta los detalles más específicos que hacen destacar un volumen impreso o digital. Considera esta como una guía completa para principiantes, donde hablaremos de las mejores herramientas, técnicas y hacks que no pueden faltar en tu arsenal de maquetador junior.

¿Qué es la maquetación de un libro?

La maquetación es el proceso de organizar y diseñar el contenido de un libro dentro de un formato definido. Esto incluye elegir fuentes, establecer márgenes, colocar imágenes, dividir capítulos y garantizar que el texto fluya de manera armoniosa. Una buena maquetación no solo hace que la obra sea atractiva a la vista, sino que también mejora su legibilidad de cara a los futuros lectores.

Por ejemplo, en una novela, la maquetación busca una experiencia de lectura cómoda, mientras que, en un libro técnico, esta se enfoca en destacar elementos como tablas, gráficos y secciones específicas, con el fin de que los estudiantes encuentren la información relevante con mayor facilidad, y puedan aprender del autor todos aquellos conceptos que se les exige.

Pasos previos a la maquetación

Antes de abrir cualquier software, es crucial tener claros algunos aspectos del proyecto:

1.     Asegúrate de que tu libro haya pasado por las manos de un editor y un corrector de estilo

Si tienes la posibilidad de contratar a un profesional del mundo editorial, cerciórate de que este haya realizado el debido proceso. Para ello, primero es necesario conocer qué hacen un editor y un corrector de estilo, pues, aunque no son lo mismo, en español no existen términos que los diferencien de manera explícita. A grandes rasgos, estas son algunas de las características de ambos oficios:

Editor de fondo

En el entorno editorial, un editor es un profesional responsable de revisar, mejorar y gestionar textos escritos para garantizar su calidad, coherencia y adecuación al propósito o público objetivo. Su rol abarca diversas etapas del proceso de publicación, desde la evaluación inicial de un manuscrito hasta su preparación final para impresión o distribución digital. Entre sus funciones principales se hayan:

Evaluación de manuscritos

Analiza y decide si un texto es apto para ser publicado, según los estándares de calidad, mercado y público de la editorial o del autor. También realiza sugerencias iniciales sobre el enfoque, estructura o temas del texto.

Colaboración con el autor

Trabaja en estrecha comunicación con el autor para garantizar que los cambios respeten la intención original del texto. De igual manera, proporciona comentarios constructivos y guía al escritor en el proceso de reescritura.

Adaptación al público objetivo

Asegura que el contenido sea comprensible y relevante para la audiencia prevista. Además, ajusta el estilo, lenguaje y formato según las expectativas del género o del mercado, al tiempo que coordina con correctores de estilo, maquetadores, diseñadores y otros profesionales involucrados en la publicación, supervisando que se cumplan los plazos establecidos.

Intervención en las historias o conceptos

Un editor está en la facultad de sugerir cambios en la narrativa, personajes o estructura en textos literarios, o en la lógica y presentación en textos técnicos.

Corrector de estilo

A diferencia del editor, un corrector de estilo es un profesional enfocado en revisar y mejorar un texto para garantizar que sea claro, coherente, gramaticalmente correcto y adecuado en tono y estilo al propósito o público objetivo. Su trabajo va más allá de corregir errores ortográficos, pues también se encarga de la calidad lingüística y estilística del texto, asegurándose de que fluya de manera natural y efectiva. Entre sus funciones principales se encuentran:

Corrección gramatical y ortográfica

Detecta y corrige errores de ortografía, puntuación y gramática. También se asegura de que se respeten las normas lingüísticas y los estándares del idioma.

Mejora de la coherencia y cohesión

Revisa que las ideas estén conectadas de manera lógica, encargándose de ajustar transiciones entre párrafos y secciones para facilitar la lectura.

Optimización del estilo y tono

Adecua el lenguaje al público y al propósito del texto. Este puede ser formal, académico, literario, comercial u otros. Asimismo, elimina redundancias, muletillas y expresiones innecesarias para lograr un texto más conciso y claro.

Consistencia terminológica

Verifica que se utilicen términos y conceptos de forma uniforme, especialmente en textos técnicos o especializados.

Adaptación a guías editoriales

Verifica que el texto cumpla con las normas estilísticas específicas de una editorial, empresa o proyecto, como uso de mayúsculas, abreviaturas, numeración, y otros elementos.

Revisión de aspectos lingüísticos avanzados

Ajusta el uso de tiempos verbales, concordancia gramatical y sintaxis para evitar ambigüedades. También corrige modismos o regionalismos inapropiados según el público objetivo.

Conservación del estilo del autor

Respeta la voz y la intención del autor, evitando imponer cambios innecesarios que puedan alterar la esencia del texto.

2.     Verifica que estén listos los datos legales

Un libro es un producto que se pone a la venta, por lo que debe contar con registros que avalen la legalidad de su existencia y distribución. En este caso, hablamos del número de ISBN, depósito legal —si lo exige el gobierno de tu país—, y el registro de datos personales de los colaboradores, como el nombre del autor o los autores, editor, corrector de estilo, diseñador de cubierta y otros.

Herramientas necesarias para la maquetación

Hoy en día, existen muchas herramientas diseñadas para facilitar la maquetación, sobre todo cuando se es un novato. Algunas de las más populares incluyen:

Microsoft Word

Aunque parezca el menos avanzado, Word puede usarse para proyectos visualmente simples, especialmente si estás autopublicando un libro sin muchas exigencias gráficas. Pese a sus múltiples opciones, estas son casi intuitivas, por lo que el programa resulta perfecto para quienes apenas se adentran en el mundo de la maquetación.

Adobe InDesign

Se trata de una de las herramientas más potentes y ampliamente utilizadas en la industria editorial. Ofrece un control total sobre el diseño y la disposición del texto y las imágenes.

Affinity Publisher

Es una alternativa más económica a InDesign, con características similares y una interfaz intuitiva.

Scrivener

Ideal para escritores, pues combina la escritura y maquetación básica en una sola herramienta.

Canva o plataformas online

Para libros electrónicos o materiales más visuales, herramientas como Canva pueden ser útiles para diseñar portadas y páginas interiores.

Kindle Direct Publishing

Por último, pero no menos importante, se encuentra Kindle. Quizá, después de Word, sea una de las herramientas más importantes con respecto a la maquetación de libros autopublicados. Esta plataforma en particular posee herramientas como Recursos para dar formato al manuscrito, Tapa blanda y tapa dura, Calculador de regalías y de gastos de impresión, entre otras.

Cómo maquetar un libro

1.     Define el formato del libro

Tras cerciorarte de que tu obra haya pasado por las manos de un editor y un corrector de estilo, es momento de definir las dimensiones del volumen. El tamaño más común es de 152,4 x 228,6, o 6″ x 9″ pulgadas. Sin embargo, existen opciones diferentes según las necesidades de la obra. Aquí también se decide si la publicación será digital o impresa. Estas decisiones influirán en los márgenes, las tipografías y otros aspectos técnicos.

2.     Configura la página

Márgenes

Establece márgenes adecuados que permitan un espacio suficiente para la encuadernación y eviten que el texto quede demasiado cerca de los bordes. La mejor opción para conseguir este resultado es el «formato reflejado». Un margen típico puede ser:

  • Interior: 2.5 cm;
  • Exterior: 2 cm;
  • Superior e inferior: 2 cm.

Sangrías

Define una sangría para los párrafos, evitando usar dobles espacios entre ellos. Una sangría estándar puede ser de 0.5 cm.

Columnas

En libros técnicos o con contenido complejo, puedes optar por dividir las páginas en dos columnas. Esto es común en manuales y textos académicos.

Numeración

En este punto del proceso, se deben separar los capítulos utilizando la opción «saltos de páginas», con el fin de evitar que los cambios que se hagan en una sección afecten a las siguientes. Para lograrlo, en Word pulsa los botones Ctrl Enter en tu computadora. Al mismo tiempo, es necesario aclarar que la numeración debe comenzar después del índice, por lo que en portada, dedicatoria y agradecimientos no se aplican.

También debes procurar que los nombres e inicios de los capítulos se ubiquen siempre a mano derecha, en páginas impares. Por otro lado, en caso de que quede una página en blanco, se recomienda hacer otro salto de página y ocultar la numeración.

Índices, títulos y subtítulos

Es recomendable no crear índices manuales, sino utilizar las opciones automáticas de los recursos preestablecidos por las plataformas. Por lo general, estas se ubicación en la sección «Referencias», que te llevará al área «Tabla de contenidos», la cual podrás actualizar cada vez que hagas un cambio en la estructura de la obra, asegurándote de que los títulos no queden en números impares.

En el mismo orden de ideas, agrega H1 y H2 a los títulos y subtítulos. En caso de que necesites modificar un detalle en la estructura, estos le ayudarán a la herramienta a establecer un orden y mostrarte todo el contenido.

Alineación

Si quieres que tu obra se vea lo más prolija posible, los párrafos siempre deben estar alineados al mismo nivel. Para ello, utiliza la opción «Mostrar todo», la cual arroja una serie de puntos y elementos gráficos que marcan una separación en las palabras y párrafos, permitiendo que exista un balance entre las letras superiores e inferiores. También debes jugar con los espacios internos para mantener la simetría. Todo eso debes hacerlo manualmente.

Cubierta

Gracias al establecimiento del formato y la numeración, es posible definir tanto el tamaño de la cubierta como el grosor del lomo. En este contexto, existen plataformas que te pueden ayudar a calcular, dependiendo del número de páginas, cuáles son las dimensiones correctas para tu libro. Entre ellas, una vez más, se hallan Canva y Kindle.

Algunas recomendaciones finales

Elige el estilo visual

Piensa en la audiencia y el tema del libro. Una novela romántica puede necesitar una tipografía elegante y suave, mientras que un manual técnico requiere un diseño más limpio y funcional.

Selecciona las tipografías

Cuerpo del texto

Usa una tipografía serif —como Times New Roman o Garamond— para facilitar la lectura en libros impresos.

Títulos y subtítulos

Aquí puedes experimentar con fuentes más modernas o decorativas, pero siempre asegurándote de que sean legibles.

Tamaño del texto

El tamaño estándar para el cuerpo del texto suele estar entre 10 y 12 puntos.

Evita el abuso de estilos

No combines demasiados estilos de fuentes en un mismo libro. Lo ideal es usar una o dos familias tipográficas con variaciones en peso, como negritas y cursivas.

Organiza el contenido

Capítulos

Cada capítulo debe comenzar en una nueva página. Para ellos, usa títulos claros y un estilo coherente que los enumere.

Encabezados y pies de página

Incluye el título del libro o del capítulo en los encabezados, y utiliza los pies de página para los números.

Índice y secciones auxiliares

Si el libro tiene un índice, asegúrate de que las numeraciones coincidan con las páginas reales. Lo mismo aplica para apéndices, prólogos y bibliografías.

Incorpora elementos visuales

Si tu obra incluye imágenes, tablas o gráficos, sigue estas recomendaciones:

  • Usa imágenes de alta resolución (300 dpi) para evitar que se vean pixeladas;
  • Asegúrate de que las imágenes estén alineadas correctamente y no interrumpan el flujo del texto;
  • En libros técnicos, etiqueta claramente los gráficos y tablas con números y títulos.

Prueba y revisa el diseño

Antes de finalizar, es fundamental revisar cada aspecto de la maquetación:

Legibilidad

¿El texto se lee con comodidad? ¿Hay suficiente contraste entre el texto y el fondo?

Consistencia

¿Los márgenes, estilos de texto y espaciados son consistentes en todo el libro?

Exporta el archivo final

El formato en que exportes tu libro dependerá de su destino:

  • Para impresión: exporta en PDF con calidad de impresión, e incluye las marcas de corte y las sangrías necesarias;
  • Para libros electrónicos: convierte a formatos como EPUB o MOBI, que son compatibles con la mayoría de los e-readers.

Importancia del proceso de maquetación

Maquetar un libro puede parecer intimidante al principio, pero con las herramientas adecuadas y una buena planificación, es una tarea alcanzable para cualquier autor o editor. Una maquetación bien hecha no solo mejora la presentación del contenido, sino que contribuye a una experiencia lectora agradable. Tómate tu tiempo, revisa cada detalle y recuerda que la clave del éxito está en la consistencia y la calidad. ¡Buena suerte con tu proyecto!


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Cómo dedicar un libro

Juan Ortiz

Cómo dedicar un libro

Cómo dedicar un libro

Dedicar un libro es un gesto cargado de significado y emotividad. Aunque pueda parecer un acto sencillo, las palabras que se elijas a la hora de hacerlo tienen el poder de transmitir un sinfín de emociones, como cariño, admiración, gratitud o inspiración, logrando que la experiencia de quien lo recibe sea mucho más especial. Pero antes, es necesario comprender el proceso de escribir una dedicatoria.

A través de este artículo, exploraremos juntos algunas formas de redactar la dedicatoria de un libro —tuyo o de alguien más—, desde los elementos básicos hasta consejos creativos para personalizarla, haciendo que el destinatario de dicho volumen no solo se sienta aludido, sino, además, conmovido.

Primero que nada: ¿por qué es importante dedicar un libro?

La dedicatoria es más que un mensaje: se trata de una conexión real, casi física, entre el lector y el autor —o entre el regalo y quien lo recibe—. Al escribir unas palabras en las primeras páginas de un libro, sin saberlo, imprimimos una huella emocional que, con el paso del tiempo, puede volverse indeleble. En conjunto, una dedicatoria sirve para:

Agregar valor sentimental a la obra

Aunque el contenido del libro sea universal, la dedicatoria lo convierte en un objeto único e irremplazable.

Establecer un vínculo personal

Es una forma de expresar sentimientos que, a veces, pueden ser difíciles de comunicar en una conversación hablada.

Dar contexto al regalo

Mediante una dedicatoria es posible explicar por qué elegiste ese libro y qué significa para ti la persona que lo recibe. En caso de que la dedicatoria sea escrita por el propio autor de una obra, es posible que refleje un agradecimiento mayor hacia alguien en particular.

Elementos esenciales de una dedicatoria

Si bien no hay reglas estrictas sobre este asunto, una dedicatoria efectiva suele incluir ciertos elementos:

Un saludo o introducción

Es posible comenzar con el nombre de la persona o un término cariñoso como «Querido/a».

El motivo del regalo

Si el libro pertenece a otro autor, puedes explicar por qué elegiste esa obra en particular. Si el volumen es propio, entonces escribe las razones que te llevaron a escoger a esa persona como fuente de inspiración.

Un mensaje personal

Es aquí donde entramos en materia. Este es el corazón de la dedicatoria, donde expresas tus pensamientos y sentimientos hacia el remitente. No es necesario que uses muchas palabras, pero sí que el texto fulgure un sentimiento genuino.

Un cierre afectuoso

Puede ser una frase de despedida o un deseo para el futuro.

Tu firma

Pese a no ser obligatorio, es posible añadir tu nombre, iniciales o firma para darle un poco más intimidad.

Ejemplos de dedicatorias según su destinatario

El tono y contenido de la dedicatoria pueden variar según la relación con la persona que recibirá el libro. Estas son algunas ideas para distintos escenarios:

Para un amigo cercano

«Querido Juan,

Este libro me recordó innumerables conversaciones nuestras sobre los misterios del universo. Espero que lo disfrutes tanto como yo. Gracias por ser siempre una fuente de inspiración para mis lecturas.

Con cariño, Marta».

Para un familiar

«Para mi amada hermana,

Porque siempre hemos compartido el amor por la lectura, esta obra me pareció perfecta para ti. Gracias por ser mi compañera de aventuras.

Con todo mi amor, Laura».

Para una pareja

«A mi amor,

Este libro es un reflejo de cómo veo nuestro viaje juntos: lleno de giros inesperados, risas y momentos de reflexión. Es mi deseo que lo disfrutes tanto como yo disfruto cada día contigo.

Tuyo siempre, Diego».

Para un compañero de trabajo o mentor

«Estimado Antonio,

Este volumen es un pequeño agradecimiento por toda tu guía y apoyo. Espero que encuentres en él tantas ideas inspiradoras como las que tú me has regalado.

Con aprecio, Ana».

Consejos creativos para escribir dedicatorias memorables

Cita favorita

Comienza o termina con una cita del libro que sea relevante o que muestre tu relación con el destinatario.

Usa un poema corto

Si tienes dotes literarios, escribe unos versos originales que hagan referencia a la obra a dedicar o al remitente.

Incluye anécdotas

Recordar un momento especial que comparta un vínculo con el libro lo hará aún más significativo.

Personaliza con humor

Si compartes un sentido del humor particular con el destinatario, una broma interna puede ser un toque especial.

Relaciona la dedicatoria con el tema del libro

Si estás regalando una novela sobre viajes, menciona una aventura que quisieras compartir con el destinatario.

Errores comunes al dedicar un libro

Aunque las dedicatorias suelen ser bien recibidas, hay algunas cosas que es mejor evitar:

Ser demasiado genérico

Mensajes como «Para María, con cariño» pueden sentirse poco personales.

Hacer referencias negativas

Evita incluir bromas o comentarios que puedan malinterpretarse.

Escribir demasiado

La intención siempre es importante, pero una dedicatoria breve y clara suele ser más efectiva.

No pensar en la caligrafía

Asegúrate de que el texto sea legible y, si es posible, utiliza un bolígrafo o marcador adecuado para escribir sobre las páginas del libro.

Más allá de las palabras: detalles adicionales

Si deseas que tu dedicatoria sea aún más especial, considera acompañarla con algún detalle adicional:

Ilustraciones

Si tienes talento para el dibujo, agrega un boceto relacionado con el libro.

Marcadores personalizados

Incluye un separador de páginas con un diseño único o hecho a mano.

Fechas y eventos importantes

Menciona la ocasión para la que estás regalando el libro, como un cumpleaños o un logro.

Algunas de las dedicatorias más ingeniosas creadas por autores famosos

La reina de las nieves, de Carmen Martín Gaite

«Para Hans Christian Andersen, sin cuya colaboración este libro nunca se habría escrito. Y en memoria de mi hija, por el entusiasmo con que alentaba semejante colaboración».

La familia de Pascual Duarte, de Camilo José Cela

«Dedico esta edición a mis enemigos, que tanto me han ayudado en mi carrera».

Los hijos de Anansi, de Neil Gaiman

«Ya sabes cómo funciona esto. Coges un libro, saltas a la dedicatoria y descubres que, una vez más, el autor ha dedicado su libro a alguien que no eres tú».

Cuando no queden más estrellas que contar, de María Martínez

«Para aquellos que piden deseos cuando ven una estrella fugaz».

Una introducción a la topología algebraica, de Joseph J. Rotman

«A mi esposa Marganit, y a mis hijos Ella Rose y Daniel Adams, sin los cuales habría podido acabar este libro dos años antes».

Las alas de Sophie, de Alice Kellen

«Para aquellos que han aprendido a vivir con grietas».

El arte de ser nosotros, de Inma Rubiales

«Para los que saben que el negro no es solo la ausencia de luz».

Vida de un piojo llamado Matías, de Fernando Aramburu

«Dedico esta historia a las personas queridas en que vivo».

La magia de las dedicatorias hechas a mano

En un mundo digital, una dedicatoria escrita a mano tiene un encanto excepcional. Tómate unos minutos para escribir tus palabras con calma, cuidando la presentación. Si te equivocas, no te preocupes: el esfuerzo será apreciado. Dedicar un libro es una de las formas más hermosas de personalizar un regalo, convirtiéndose en un recuerdo que durará para siempre.


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Cómo empezar a escribir un libro sobre mi vida

Juan Ortiz

Cómo empezar a escribir un libro sobre mi vida

Cómo empezar a escribir un libro sobre mi vida

Escribir un libro sobre tu vida puede ser un proceso profundamente enriquecedor, tanto a nivel psicológico como emocional. Pero para llevar esto a cabo no basta con las ganas de hacerlo. Primero, es necesario responder a una pregunta fundamental: ¿se tratará de una autobiografía o de un libro de ficción basado en hechos reales? Esa es una de las cuestiones que vamos a tratar hoy.

El saber qué clase de obra vas a escribir no es un elemento meramente estilístico, sino que, por defecto, viene a definir aspectos más profundos sobre tu libro, como el narrador, la estructura, y, por supuesto, a quién va dirigido. Por un lado, una autobiografía puede llegar a ser muy íntima, por el otro, una biografía novelada es capaz de desprenderse de los hechos, siendo más fría.

Comencemos por los inicios: ¿qué es una biografía?

En términos generales, una biografía es un texto que narra la historia de una persona real, desde su nacimiento hasta sus logros, tropiezos, espacios de introspección y momentos de inflexión. Tras avanzar en todas sus etapas, es posible llegar al presente. Cuando una biografía está escrita por el mismo autor, se conoce como autobiografía. Sin embargo, esta no es la única forma de contar la existencia.

En la literatura, existen géneros como la novela biográfica o la biografía novelada, a través de los cuales se busca contar una historia con partes basadas en la vida real, pero también con pasajes ficticios. Esto casi siempre se hace con el fin de darle más dinamismo a una obra, pretende entretener mediante la ficción al tiempo que se desarrollan hechos ocurridos en la vida del escritor.

Cómo empezar a escribir un libro sobre mi vida

En caso de que decidas seguir esa senda imperiosa de tu corazón que te lleva a escribir una autobiografía, debes abocarte a responder algunas preguntas técnicas esenciales:

Define el propósito de tu libro

Antes de escribir, pregúntate: ¿por qué quieres contar tu historia?, ¿es para sanar viejas heridas, inspirar a otros, dejar un legado para tu familia, o simplemente para entenderte mejor?

Tener claro tu propósito te ayudará a mantenerte enfocado y a darle dirección a tu obra. Por ejemplo: si deseas inspirar a otros, podrías orientarte hacia las lecciones aprendidas. Si quieres explorar tus emociones, un tono más reflexivo será apropiado. Si buscas entretener, podrías resaltar anécdotas llenas de humor y aventura.

Define el alcance de tu historia

Escribir sobre toda tu vida puede ser abrumador. En lugar de intentar abarcarlo todo, elige un enfoque específico. Por ejemplo, si escoges una etapa: ¿fue tu infancia, un proceso de cambio o un viaje transformador? Además, precisas centrarte en un tema determinado, como el amor, la pérdida, el éxito, la superación o cualquier elemento recurrente a lo largo de tu vida.

Recopila tus recuerdos y organiza tus ideas

Es hora de sumergirte en el pasado. Para hacerlo puedes utilizar las siguientes técnicas:

  • Journaling: si tienes diarios antiguos, revísalos para recuperar detalles;
  • Fotografías: examinar álbumes puede despertar recuerdos específicos;
  • Conversaciones: habla con familiares y amigos para refrescar memorias;
  • Lugares: visitar sitios significativos puede ayudarte a revivir experiencias.

Define el tiempo verbal y la voz narrativa

A partir de este punto, ha llegado el verdadero momento de sentarte frente al papel. Antes que nada, debes descubrir cuál es el tiempo verbal en el que deseas narrar tu historia: pretérito perfecto simple, pretérito imperfecto de indicativo, condicional simple, presente de indicativo y pretérito pluscuamperfecto de indicativo son los más utilizados. Igualmente, es necesario definir al narrador.

Después de decidir el tiempo verbal que vas a utilizar, puedes darle paso a preguntarte cuál es la voz narrativa que más le conviene a tu obra. En este sentido, debes elegir entre la primera persona o intradiegético, el testigo, el omnisciente y el heterodiegético o extradiegético.

Planifica la estructura

La estructura narrativa es, por darle algún nombre pomposo, la columna vertebral de cualquier texto literario. Esta es la forma en que se organiza la secuencia de eventos en una historia, permitiendo identificar sus diferentes partes. Por ejemplo: una estructura típica se compone de una introducción, un nudo y un desenlace, aunque existen otras formas de abarcar este tema.

  • Otros ejemplos son los siguientes: narrativa no lineal, circular, interactiva, In media res, inversa, sin final y doble clímax.

Trabaja en el conflicto principal

Aunado al apartado anterior, debe existir en tu obra una trama principal, un problema o conflicto a resolver que enmarque el libro en un mismo destino. Esto ayuda a mantener el enfoque en un punto concreto, y a no perder de vista el objetivo final de la historia. Si bien es cierto que narrar memorias aparentemente desconectadas es complejo, la literatura posee elementos que promueven la coherencia.

Encuentra tu voz narrativa

Tu voz es lo que hará que tu historia sea única. Para descubrirla, podrías hacerte preguntas como: ¿quieres que sea formal o conversacional? La primera persona es ideal para memorias porque permite una conexión íntima con el lector. También puedes experimentar con un estilo híbrido, donde intercales reflexiones actuales con los eventos narrados.

Asimismo, para encontrar una voz narrativa es menester hacer varias prácticas, mediante las cuales te sea posible discernir bajo qué estilo te sientes más cómodo. Están quienes prefieren usar una voz más natural, otros, optan por ser más formales, poéticos, humorísticos, o, incluso, dramáticos.

Crea personajes auténticos

Aunque tu libro trata sobre ti, otras personas jugarán un papel clave en tu historia. Por esta razón, es importante que reflexiones sobre cómo impactaron tu vida. Al escribir sobre otros, sé honesto, pero también compasivo. Si deseas proteger su identidad, podrías cambiar nombres y detalles muy específicos que den pie a suponer su verdadera identidad. También describe tanto sus virtudes como sus defectos.

Recuerda que tú también eres un personaje en tu libro. En este contexto, es una gran idea explorar tus pensamientos, emociones y motivaciones en profundidad. Date la oportunidad de conocer quién eres realmente, humanízate sin caer en el romanticismo personal y descúbrete antes de pretender que los lectores lo hagan. Esta es la mejor forma de conectar con tu público.


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Recursos literarios de un poema

Juan Ortiz

Recursos literarios de un poema

Recursos literarios de un poema

La poesía es una de las artes más antiguas y universales. Desde tiempos remotos ha servido como medio para expresar emociones, reflexionar sobre la existencia y capturar la belleza del mundo. Una de las características más distintivas de la poesía es su uso de recursos literarios, elementos estilísticos y lingüísticos que enriquecen el texto y le dotan de profundidad, musicalidad y significado.

Estos recursos son esenciales para transformar las palabras en imágenes vívidas, sensaciones intensas y melodías que resuenan en el lector. A través de este artículo vamos a explorar los principales recursos literarios que suelen utilizarse en la poesía, y que la han convertido en un arte único, contribuyendo a su belleza y el poder que tiene para expresar emociones.

Principales recursos literarios de la poesía

Metáfora: la esencia del lenguaje poético

La metáfora es uno de los recursos más emblemáticos de la poesía. Consiste en trasladar el significado de una palabra o expresión a otra estableciendo una relación implícita entre ellas. Esto permite al poeta hablar de manera indirecta y sugerente, creando imágenes que evocan profundidad emocional. Al no explicar directamente, invita al lector a interpretar, permitiendo múltiples lecturas y una conexión personal con el texto.

Ejemplo: fragmento de «La espera», de Jorge Luis Borges:

Antes que suene el presuroso timbre

y abran la puerta y entres, oh esperada

por la ansiedad, el universo tiene

que haber ejecutado una infinita

serie de actos concretos. Nadie puede

computar ese vértigo, la cifra

de lo que multiplican los espejos,

de sombras que se alargan y regresan,

de pasos que divergen y convergen.

La arena no sabría numerarlos.

(En mi pecho, el reloj de sangre mide

el temeroso tiempo de la espera).

Breve análisis de la metáfora

En «La espera», Borges utiliza una metáfora pura que vincula el corazón con un reloj de sangre, relacionando los latidos del órgano con el tictac del objeto.

Símil: la comparación explícita

A diferencia de la metáfora, el símil establece una comparación directa entre dos elementos, generalmente mediante palabras como «parece», «igual que» o «cual». Este recurso ayuda a clarificar imágenes y emociones, facilitando la comprensión del lector.

Ejemplo: fragmento de «Yo te untaré mis obras con tocino…», de Francisco de Quevedo

Yo te untaré mis obras con tocino

porque no me las muerdas, Gongorilla,

perro de los ingenios de Castilla,

docto en pullas, cual mozo de camino; (…)

Breve análisis del símil

En este poema, Quevedo ataca directamente a Luis de Góngora, comparándolo con un mozo, lo que querría decir que el aludido posee poco talento literario, y que utiliza expresiones a la ligera.

Personificación: humanizar lo inanimado

La personificación otorga cualidades humanas a objetos, animales o ideas abstractas. Este recurso es fundamental en la poesía, ya que infunde vida y movimiento a lo inerte, haciendo que el lector lo perciba desde una perspectiva más cercana y emocional.

Ejemplo: fragmento de «El país del sol», de Rubén Darío

Junto al negro palacio del rey de la isla de Hierro —(¡Oh, cruel, horrible, destierro!)— ¿Cómo es que

tú, hermana armoniosa, haces cantar al cielo gris, tu pajarera de ruiseñores, tu formidable caja musical?

¿No te entristece recordar la primavera en que oíste a un pájaro divino y tornasol

en el país del sol?

Breve análisis de la personificación

En «El país del sol», Rubén Darío hace referencia a alguien que, con la armonía intrínseca de su ser, es capaz de hacer cantar al cielo gris, que no solo es visto como un elemento abstracto, sino que, además, representa la melancolía.

Aliteración: la musicalidad de las palabras

La aliteración consiste en la repetición de sonidos consonánticos al principio o dentro de las palabras, creando un efecto rítmico o musical. Este recurso capta la atención del lector y refuerza la atmósfera del poema.

Ejemplo: fragmento de «Besos», de Gabriela Mistral

Hay besos que pronuncian por sí solos

la sentencia de amor condenatoria,

hay besos que se dan con la mirada

hay besos que se dan con la memoria.

Hay besos silenciosos, besos nobles

hay besos enigmáticos, sinceros

hay besos que se dan sólo las almas

hay besos prohibidos, verdaderos.

Análisis de la aliteración

A través de este poema de Mistral es posible notar cómo las palabras y los sonidos se repiten y se mezclan. En particular, la autora crea un juego con el siseo, utilizando la s para convertir su obra en un ente etéreo y susurrante.

Anáfora: repetición para intensificar emociones

La anáfora es la repetición de una o varias palabras al principio de los versos o frases consecutivas. Este recurso genera un efecto de insistencia y enfatiza ideas clave, envolviendo al lector en el ritmo del poema.

Ejemplo: fragmento de «Romance de la luna, luna», de Federico García Lorca

La luna vino a la fragua

Con su polisón de nardos

El niño la mira, mira

El niño la está mirando.

Breve análisis de la anáfora

En «Romance de luna, luna», Lorca utiliza las palabras «niño» y «mira» para darle ritmo a su obra, pero también para resaltar una acción que resulta de gran importancia para el autor.

Hipérbole: exageración para conmover

La hipérbole consiste en exagerar una idea o sentimiento para enfatizar su intensidad. Este recurso añade dramatismo y puede ser utilizado tanto para expresar emociones extremas como para generar un efecto cómico.

Ejemplo: fragmento de «Demasiados nombres», de Pablo Neruda

Es tan larga la primavera

que dura todo el invierno:

el tiempo perdió los zapatos:

un año tiene cuatro siglos.

Breve análisis de la hipérbole

En «Demasiados nombres», Neruda exagera la extensión del tiempo de las estaciones, creando una mezcolanza de unas con otras para expresar lo ambiguo que pueden llegar a ser las épocas cuando se siente dolor.

Imágenes sensoriales: activar los sentidos

Las imágenes sensoriales apelan a los cinco sentidos: vista, oído, tacto, gusto y olfato. Este recurso permite al lector experimentar el poema de manera inmersiva, como si estuviera dentro de él.

Ejemplo: fragmento de «Arte poética», de Jaime Gil de Biedma

La nostalgia del sol en los terrados,

en el muro color paloma de cemento

—sin embargo tan vivido— y el frío

repentino que casi sobrecoge.

Breve análisis de la imagen sensorial

Para crear una sensación de melancolía, el autor utiliza una imagen visual —del sol en los terrados, en el muro color paloma de cemento— y una táctil —el frío repentino que casi sobrecoge—.

Paradoja: lo imposible hecho poesía

La paradoja reúne ideas opuestas o contradictorias en una misma frase, creando un efecto de asombro y reflexión. Este recurso desafía la lógica y obliga al lector a encontrar un significado más profundo.

Ejemplo: fragmento de «Hombre», de Blas de Otero

Esto es ser hombre: horror a manos llenas.

Ser —y no ser— eternos, fugitivos.

¡Ángel con grandes alas de cadenas!

Breve análisis de la paradoja

El último verso de «Hombre», de Blas de Otero —sobre todo la última línea—, se asocia con la paradoja. ¿Cómo puede un ángel, ser divino y mitológico por naturaleza, poseer unas alas gigantes que se hacen cadenas? Esto hace referencia a un límite impuesto a una criatura que ha nacido para ser libre.

Encabalgamiento: continuar más allá del verso

El encabalgamiento ocurre cuando una frase o idea no termina en el mismo verso, sino que continúa en el siguiente. Este recurso rompe el ritmo tradicional, creando un efecto de fluidez o urgencia.

Ejemplo: fragmento de «Oda XII Qué vale quanto vee», de fray Luis de León

Bien como la ñudosa

carrasca, en alto risco desmochada

con hacha poderosa

de ser despedazada

del hierro, torna rica y esforzada…

Breve análisis del encabalgamiento

Aquí, el recurso se presenta de forma evidente en las palabras «carrasca» y «del hierro», que toman su lugar en la línea posterior, en lugar de situarse junto a «roñosa» y «desplazada», respectivamente.

Oxímoron: la unión de los contrarios

El oxímoron es una figura que combina dos términos contradictorios, generando una nueva expresión.

Ejemplo: «Es hielo abrasador, es fuego helado…», de Francisco de Quevedo

Es hielo abrasador, es fuego helado,

es herida que duele y no se siente,

es un soñado bien, un mal presente,

es un breve descanso muy cansado.

Es un descuido que nos da cuidado,

un cobarde con nombre de valiente,

un andar solitario entre la gente,

un amar solamente ser amado.

Es una libertad encarcelada,

que dura hasta el postrero paroxismo;

enfermedad que crece si es curada.

Este es el niño Amor, este es su abismo.

¿Mirad cuál amistad tendrá con nada

el que en todo es contrario de sí mismo!

Breve análisis del oxímoron

«Es hielo abrasador, es fuego helado…», en particular, es un oxímoron por sí mismo. Todo el poema está compuesto de contradicciones, conceptos opuestos que, al unirse, forman un sentimiento diferente en el lector.

La alquimia de las palabras

Los recursos literarios son el alma de la poesía. Son las herramientas con las que los poetas construyen mundos, transforman emociones e invitan a explorar las profundidades de la experiencia humana. Cada recurso, desde la metáfora hasta el encabalgamiento, cumple un papel específico en la creación de significados, ritmos y atmósferas.

La riqueza de un poema no radica únicamente en las palabras que lo componen, sino en cómo estas se entrelazan y cobran vida a través de los recursos literarios. Como lectores, comprender y apreciar estos elementos permite conectar más profundamente con la obra y los autores, pues la poesía, en última instancia, es un espejo del alma.


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Reglas de acentuación

Juan Ortiz

Reglas de acentuación

Reglas de acentuación

En cualquier idioma, las reglas de acentuación suelen ser fundamentales para comprender el mensaje escrito con mayor facilidad. Sin embargo, en español es especialmente delicado, sobre todo si tomamos en cuenta que existen palabras homógrafas y homófonas cuyo significado cambia si se les añade un acento ortográfico —también conocido como tilde—.

En este sentido, la correcta acentuación viene a distinguir más de veinte palabras homófonas comunes en español. Sus reglas de tildación específica se pueden observar en los manuales prescritos por la Real Academia Española (RAE) y la Asociación de Academias de la Lengua Española (ASALE). A continuación, abordaremos cómo dominar esta parte crucial de la lengua.

Para empezar, ¿qué es exactamente la acentuación?

La acentuación se refiere a la prominencia o fuerza que se da a una sílaba dentro de una palabra al hablar. En español, existen dos tipos principales de acentuación: la prosódica, que se pronuncia pero no se escribe, y la ortográfica, que se marca con una tilde o acento gráfico. Ambas ayudan a determinar el ritmo y el sentido de una palabra específica, aunque sus usos son distintos.

Esta es la clasificación de las palabras según su acento

Para entender las reglas de acentuación en español, primero es necesario clasificar las palabras según la posición de su sílaba tónica, que es aquella que recibe mayor intensidad al pronunciarse:

Palabras agudas u oxítonas

Se trata de aquellas palabras cuya sílaba tónica es la última. Estas se acentúan gráficamente siempre y cuando terminen en n, s o vocal. Algunos ejemplos de ello son los siguientes:

  • Con tilde: café, canción, además;
  • Sin tilde: reloj, salud, vivir.

Palabras graves, llanas o paroxítona

En este caso, las palabras graves se tildan cuando la sílaba tónica es la penúltima. A diferencia del concepto anterior, su acentuación no termina en n, s o vocal. Algunos ejemplos de esta variante son:

  • Con tilde: lápiz, árbol, difícil;
  • Sin tilde: canto, joven, mesas.

Palabras esdrújulas o proparoxítona

Se trata de un caso interesante, dado que la sílaba tónica que se acentúa es la antepenúltima. Esto quiere decir que siempre lleva tilde, independientemente de su terminación. Para ejemplificarlo, veamos los siguientes casos.

  • Médico, rápido, cárceles.

Palabras sobresdrújulas o superproparoxítona

Por último, la sílaba tónica de esta variante se encuentra antes de la antepenúltima, implicando que se debe acentuar siempre gráficamente. Algunos ejemplos de ello son los siguientes casos:

  • Devuélvamelo, dígamelo, préstamelo.

Casos especiales de acentuación

Además de las reglas generales, existen situaciones determinadas que requieren especial atención.

Acento diacrítico

El acento diacrítico se usa para diferenciar palabras que se escriben igual, pero tienen significados o funciones gramaticales distintas. Algunos ejemplos clave son los siguientes.

  • Tú con tilde: se trata de un pronombre personal. No obstante, cuando se presenta sin acento es un adjetivo posesivo. El primero se puede utilizar en casos como «Tú eres mi amigo», el segundo, como «Este es tu libro».
  • Él con tilde: es un pronombre personal, mientras que al momento de eliminar su tilde se convierte en un artículo definido. En el primer caso se pueden escribir frases como «Él llegó tarde», en el segundo, «El coche está estacionado».
  • Más con tilde: se trata de un adverbio de cantidad o comparación. Sin embargo, cuando se escribe sin tilde, se transforma en una conjunción adversativa. La primera variante sirve para escribir frases como «Quiero más pastel», en el segundo, «Quise hacerlo, mas no pude».
  • Sé con tilde: es el verbo saber, pero cuando se prescinde de su elemento gráfico, se trata de un pronombre reflexivo. Algunos ejemplos de frases que se pueden crear con ambos son: en el primer caso, «Sé lo que haces», en el segundo, «Se levantó temprano».

Acentuación en los monosílabos

Por regla general, los monosílabos no llevan tilde, salvo cuando se emplea el acento diacrítico. Estos son algunos ejemplos:

  • Sin tilde: sol, mes, ti.
  • Con tilde: pronombres mí y tú.

Diptongos e hiatos

Aquí es donde la acentuación puede llegar a complicarse. En esta ocasión, la combinación o separación de las vocales que conforman una palabra afecta el proceso de acentuación.

Diptongos

Se trata de la unión de una vocal fuerte o abierta —a, e, o— con una débil o cerrada —i, u—. En caso de que dicho diptongo esté formado por una vocal abierta precedida por una cerrada, la tilde se escribe sobre la primera. Por otro lado, puede ocurrir que el diptongo se componga de dos vocales cerradas. De ser así, la tilde se coloca sobre la segunda. Algunos ejemplos de ello son:

  • Vocal abierta junto a vocal creada: mediático, diéresis, acción, acuático;
  • Dos vocales cerradas: veintiún, jesuítico, acuífero.

Hiatos

A diferencia del caso anterior, este representa la separación de dos vocales seguidas que forman dos sílabas. En este contexto, si la vocal débil lleva tilde, se rompe el diptongo, convirtiéndose en un hiato. Algunos ejemplos de esta variante son:

  • Maíz, poesía.

¿Cómo es la acentuación en palabras compuestas?

Palabras simples unidas

Cuando dos palabras se combinan sin guion, las reglas de acentuación cambian. Por ejemplo: si la primera palabra tenía tilde y pierde su función tónica, se elimina, como el caso que se expone a continuación.

  • Décimo + séptimo = decimoséptimo.

Palabras compuestas con guion

A diferencia de la variante anterior, aquí, cada término mantiene su acento original. Por ejemplo:

  • Físico-químico, teórico-práctico.

Adverbios terminados en «mente»

Los adverbios derivados de adjetivos mantienen la tilde si el adjetivo original la llevaba. Para ejemplificarlo, vale la pena revisar las siguientes palabras:

  • Rápido = rápidamente;
  • Fácil = fácilmente.

Errores comunes al aplicar las reglas de acentuación

A pesar de la claridad de las reglas, es común cometer equivocaciones. Esto podría tener que ver con la cantidad de fórmulas que se aplican en la ortografía. Para evitar confusiones, es prudente conocer algunos de los errores más comunes.

Confusión en las palabras homónimas

  • Usar «mi» en lugar de «mí» o «de» en vez de «dé».

Olvidar acentuar diptongos o hiatos

  • Esto se da especialmente en casos como «Raúl» o «país».

Desconocimiento de las palabras sobresdrújulas

  • No se reconoce que siempre llevan tilde.

Consejos finales para dominar la acentuación

Practicar constantemente

Leer y escribir con frecuencia refuerza la memoria visual de las palabras con tilde.

Consultar diccionarios

En caso de duda, es posible recurrir a fuentes fiables como el Diccionario de la Real Academia Española (RAE).

Usar herramientas digitales

Los correctores ortográficos de celulares o aplicaciones pueden ayudar a detectar errores.

Estudiar las excepciones

Finalmente, es necesario familiarizarse con los casos especiales como el acento diacrítico y los hiatos.

La evolución de la acentuación en español

Con el paso del tiempo, las reglas de acentuación han sido revisadas por la RAE. Por ejemplo, en 2010 se eliminó la tilde en palabras como «solo» —cuando equivale a solamente— y los pronombres demostrativos «este», «ese» y «aquel», salvo en casos ambiguos. Aunque estas recomendaciones son opcionales, reflejan la evolución y simplificación del idioma.

Las reglas de acentuación son un pilar fundamental del español. Su correcto uso no solo facilita la comunicación, sino que también denota precisión y conocimiento del idioma. Aunque puede parecer complejo al principio, un estudio constante y el uso de herramientas adecuadas pueden convertir a alguien en un experto.


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Los dialectos del castellano

Juan Ortiz

Dialectos del castellano

Dialectos del castellano

El castellano —que bajo la usanza actual se ha vuelto un sinónimo de «español»— es una lengua con más de 500 millones de hablantes distribuidos alrededor del mundo, siendo la segunda materna y la tercera en la suma de hablantes nativos. A lo largo de su historia ha desarrollado una rica variedad de dialectos y acentos, reflejo de los diferentes contextos históricos, geográficos y culturales en los que es usado.

En este artículo se pretende abordar brevemente tanto la historia como la evolución de los diversos dialectos del castellano, desde sus raíces hasta su situación actual. Igualmente, se busca destacar su importancia en la identidad cultural de las comunidades hispanohablantes y el evidente crecimiento de su influencia en otros lugares del mundo, donde los artistas lo han convertido en un fenómeno casi mediático.

Un vistazo histórico hacia los orígenes del castellano

El castellano se originó como una evolución del latín vulgar hablado en la región de Castilla, en el norte de la península ibérica, durante los primeros siglos de la Edad Media. Con la caída del Imperio romano en el siglo V, el latín vulgar comenzó a fragmentarse en distintas variedades regionales, dando lugar a las llamadas lenguas romances, entre ellas el castellano, el catalán y el gallego.

El Reino de Castilla jugó un papel central en la unificación lingüística de España durante la Reconquista, evento que ocurrió entre los siglos VIII y XV, cuando las fuerzas cristianas expandieron sus territorios hacia el sur. A medida que avanzaba la Reconquista, el castellano absorbió elementos lingüísticos de las lenguas mozárabes y árabes habladas en las regiones conquistadas.

Por ejemplo, muchas palabras árabes —como almohada, aceituna y alcalde— se incorporaron al vocabulario castellano, y su uso es muy común hoy en día. El punto de inflexión llegó en 1492 con tres eventos cruciales: la publicación de la Gramática de la lengua castellana por Antonio de Nebrija —la primera gramática de una lengua europea moderna—, la expulsión de los árabes de la península ibérica y el inicio de la colonización de América.

Diversificación del castellano: el surgimiento de los dialectos

La unificación política y la expansión imperial aseguraron la difusión del castellano más allá de la península ibérica. Al mismo tiempo, la expansión del idioma por vastos territorios, tanto en Europa como en América, África y Asia, llevó al surgimiento de múltiples dialectos. Estos pueden dividirse en dos grandes grupos: los europeos y los americanos (aunque dentro de cada nicho existe una gran diversidad).

1. Dialectos del español en España

En España, el castellano ha coexistido con otras lenguas romances como el gallego y el catalán, también con el paleoeuropeo euskera —o vascuence—, las cuales, a su vez, han influido en su evolución. Los dialectos del español peninsular incluyen las siguientes variaciones.

Castellano septentrional

Hablado en el norte de España. Es considerado la base del español estándar. Se caracteriza por un uso fuerte de la distinción entre /s/ y /z/ —como en caza y casa— y la pronunciación apicoalveolar de la /s/.

Andaluz

Originado en el sur de España, este dialecto tiene rasgos únicos como la aspiración o elisión de la /s/ final. Por ejemplo: la palabra «dos», se convierte en «do». También son frecuentes el uso del ceceo o seseo y una pronunciación relajada que influyó en el español americano.

Canario

Hablado en las Islas Canarias, esta variante muestra influencia del español andaluz y elementos del portugués. El seseo es predominante, y el léxico incluye palabras de origen guanche, la lengua indígena de las islas.

2. Dialectos del español en América

La colonización de América marcó el inicio de la diversificación del español en el continente. Al llegar al Nuevo Mundo, los colonizadores llevaron consigo diferentes variedades del castellano, especialmente el andaluz y el extremeño. A lo largo de los siglos, estas variedades se mezclaron con las lenguas indígenas y africanas, dando lugar a los dialectos que se conocen en la actualidad. Entre los más destacados existen:

Caribeño

Presente en países como Cuba, República Dominicana, Venezuela y la costa caribeña de Colombia. Se caracteriza por la aspiración o elisión de la /s/ final y la neutralización de las consonantes líquidas /r/ y /l/ —por ejemplo, cuando la palabra «puerta» se transforma en «puelta»—. Asimismo, es evidente un ritmo melódico que refleja influencias africanas.

Rioplatense

Hablado en Argentina, Uruguay y partes de Paraguay, este dialecto se distingue por el uso del voseo. Un ejemplo de ello es la utilización de «vos tenés» en lugar de «tú tienes». Otra de sus particularidades es la forma en que sus hablantes pronuncian la /ll/ y la /y/, transformando su sonido en una especie de /sh/.

Mexicano o centroamericano

Predominante en México y Centroamérica, este dialecto es conocido por su claridad en la pronunciación y su rica influencia de lenguas indígenas como el náhuatl, el maya y el quechua. Muchas palabras de tal origen, como es el caso de chocolate, tomate y cacao, forman parte del español global gracias a esta región.

Andino

Hablado en países como Perú, Bolivia, Ecuador y partes de Colombia. Esta variante muestra una fuerte influencia de las lenguas quechua y aimara, tanto en el léxico como en la entonación.

Chileno

Caracterizado por una pronunciación distintiva en la que las consonantes finales tienden a suavizarse o desaparecer. Un ejemplo perfecto para definir esta variante se presenta en el verbo «estar», el cual, en Chile, pasa a pronunciarse «etá». El dialecto también se distingue por un léxico local rico en modismos y ritmos muy rápidos en el habla.

Factores que influyeron en la evolución dialectal del español

Influencia de lenguas locales

En América, el contacto con lenguas indígenas como el náhuatl, el guaraní y el mapuche enriqueció el español con palabras y expresiones propias de estas culturas.

Aislamiento geográfico

Las distancias entre comunidades hispanohablantes favorecieron la formación de características locales únicas, sobre todo si se toma en cuenta la influencia de aquellos que fueron sus colonizadores y los grupos indígenas particulares que habitan cada región.

Factores socioculturales

La inmigración, el comercio y los procesos históricos como la independencia de los países americanos también moldearon los dialectos existentes, así como los que vendrán. Es necesario recordar que el idioma es un constructo social, un ente vivo que cambia con el tiempo, y que depende de sus hablantes.

El español en el mundo moderno: la globalización y la estandarización

En la era moderna, los medios de comunicación, la educación y la globalización han favorecido una mayor estandarización del español. La Real Academia Española (RAE) y las academias de cada país han trabajado para unificar reglas gramaticales y ortográficas, garantizando la intercomprensión entre los hablantes.

Sin embargo, los dialectos y las variedades regionales siguen siendo una parte esencial de la identidad cultural. En la música, el cine y la literatura, los acentos y expresiones locales enriquecen el español global, demostrando que la diversidad es una fortaleza. De igual manera, las redes sociales han aportado información nueva sobre la mesa, incrementando el interés por la lengua.

Un idioma, múltiples voces

La historia y evolución de los dialectos del castellano muestra cómo un idioma puede adaptarse y florecer en diferentes contextos culturales y geográficos. Cada dialecto es un testimonio de la riqueza histórica y cultural de las comunidades que lo hablan, lo que hace que cada uno de ellos sea válido.

Más que una barrera, la diversidad dialectal del español es una ventana a la pluralidad de las experiencias humanas, un recordatorio de que la lengua es un reflejo vivo de quienes la usan. Celebrar esta diversidad es esencial para entender y apreciar la verdadera magnitud del castellano como lengua global.


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El rincón de la soledad: Toni Emebé

Juan Ortiz

El rincón de la soledad

El rincón de la soledad

El rincón de la soledad es un poemario escrito por el autor Antonio Moreno Borrego, quien se presenta bajo el seudónimo de Toni Emebé. La obra fue publicada el 27 de julio de 2004 de la mano de la editorial Maikalili. En la literatura contemporánea, cada vez son más los escritores que se atreven a explorar emociones universales como el vacío y la búsqueda de sentido.

En este contexto, El rincón de la soledad de Toni Emebé es un ejemplo destacado de varias tendencias contemporáneas, como utilizar un lenguaje poético naif y prescindir algunos signos de puntuación —incluso llegar a usarlos mal en oportunidades—. Esto último, en muchos casos, suele acompañarse de la excusa de que “la poesía es libre”. También es notable la simpleza del texto, la cual raya en una evidente falla en el uso de recursos. Desde su lanzamiento, el libro no ha recibido reseñas ni críticas.

Análisis de algunos poemas incluidos en El rincón de la soledad

«Con una gran mujer / Con un gran carácter»

Aunque cueste de creerlo, fue maravilloso

El momento que pasé al principio contigo,

Me trataste y dijiste con dureza, hasta orgulloso,

Y no en vez de sentirme humillado, al contrario, suavemente castigado

Tan enfadada conmigo te pusiste,

Que no aguantaste más y te fuiste,

Yo sin pensarlo, tras de ti fui para recuperarte,

Y cuando te percataste que estaba junto a ti me miraste con desprecio y te apartaste

Pero mi insistencia fue superior,

No me di por vencido y te provoqué

No podía dejar perder una mujer

Con carácter y sinceridad en su interior

A distancia te hice señas para que me acompañaras, e incluso te lo rogué

No sabes la satisfacción que sentí

Cuando venía y te vi junto a mí

Fue como si mi cuerpo fuera invadido por el placer

Y es cierto que fue así, estaba acompañado de una gran mujer

Aquellos momentos fueron para no olvidar

Y más cuando nos apartamos de la gente

Para estar juntos tú y yo solamente

Para de tu compañía poder disfrutar

Análisis

De antemano, es necesario acotar que para denotar los versos blancos de arte menor se estará usando el guion (-) y para los de arte mayor se usarán las rayas (—).

El poema está estructurado en cinco estrofas de arte mayor que no siguen un patrón fijo en cuanto a sus dimensiones (4 cuartetos y 1 quinteto) con versos de métrica variable que oscilan entre los endecasílabos hasta superiores a las veinte sílabas.

El uso de las mayúsculas al inicio de cada verso y la falta de puntos finales deja cierto sin sabor. Esto último se acrecienta por el hecho de que no es que se prescinde de lleno de los signos de puntuación, puesto que hay comas.

Por el tratamiento de las rimas (A— A — / A A B B / A B B A / A B B A A / A B B A) y la indiferencia ante el uso de asonancias y consonancias se pueden inferir dos cosas: que hay un desconocimiento del uso correcto de las formas poéticas clásicas o que el autor buscó ser disruptivo.

En cuanto a la temática, es común: amor y desamor. Respecto al desarrollo poético, se puede decir que es pobre, no ahonda en la metáfora, ni en las imágenes, los hechos simplemente ocurren en cada verso y son llevados hacia una rima que resulta forzada.

«Un placer, una ilusiónU»

Es precioso lo que sentí en tu mirar

Un placer, una ilusión, un bienestar

Al cabo de un ratito como por magnetismo

Me transportaste a tu lado

No recuerdo si era yo mismo

O es que tú me habías transformado

Y estaba tan feliz en ese momento

Que quise parar el tiempo

Pero yo no tengo poderes

Sólo los dioses hacen esos menesteres

Como tú, diosa del amor

Que por unos momentos te apoderaste de mi corazón

Análisis

Este poema está compuesto por tres cuartetos lira. Es decir, son estrofas mixtas en cuanto a su métrica —versos de arte mayor mezclados con versos de arte menor—. Su rima es A A — – / — — A a / a A b B; lo que denota no someterse a ninguna forma conocida.

Se sigue prescindiendo de los signos de puntuación en las escisiones, mas, están presentes las comas en los versos que así lo ameritan («Un placer, una ilusión, un bienestar»). Las mayúsculas al inicio de cada verso persisten. La temática: el amor y el hacer perdurar los momentos de bienestar y placer.

Sigue sin haber un tratamiento poético destacable en lo referente a recursos, salvo la comparación de la musa con una diosa.

«Una madre y una mujer»

Que más quisiera yo:

Verte cogidita de la mano

De la mujer que más amo

Que más quisiera yo:

Sonriente y rimbombante

Con esa mujer tan elegante

Que más quisiera yo:

Que fuerais amigas

Las dos y hacer buenas migas

Que más quisiera yo:

Querer a una y amar a la otra

Así descansaría mi alma rota

Que más quisiera yo:

Que hubiera paz y tranquilidad

Y sobre todo amor y sinceridad

Que más quisiera yo:

Que dejar el absurdo pasado

Para encontrar un futuro honrado

Que más quisiera yo…..

Poder decir esto a tu madre

Ya una mujer que me ame

Que más quisiera yo….

Análisis

Este poema está compuesto por 6 tercetos lira y un cuarteto lira de cierre. Su rima es – b b / – b B /- b b / – b B / – B B / – B B / a B b a. En este caso, sí se puede apreciar un patrón claro de rima en los tercetos lira (- b b) que solo varía en la métrica de ciertos versos. Es necesario acotar también que los versos blancos, a su vez, riman entre sí y que son el mismo verso que a su vez es el motivo poético («Que más quisiera yo»).

La temática principal es el anhelo.

La falta de tilde en el «Que» del leitmotiv causa ruido, al igual que el uso de cuatro y hasta cinco puntos seguidos, signos que no existen en nuestra lengua, aunque podamos deducir que se querían poner los tres conocidos (…).

Conclusiones generales

El rincón de la soledad, a todas luces, es un poemario ingenuo. Se puede deducir que el autor no tuvo un editor que lo acompañase, y, de haberlo tenido, muy seguramente el autor pidió que se le respetara lo que escribió, de allí la presencia tan notable de fallas gramaticales a lo largo de la obra.

Es un texto de fácil lectura y de poca profundidad. Es curioso —y también intrigante— que no se encuentre información relevante sobre el autor, más allá de su nombre y su pseudónimo.

Otros poemas presentes en El rincón de la soledad

«habla su mirada»

Habla su mirada,

Cantan sus movimientos

Y tiene sentimientos,

Que describe en sus pisadas

Entre blanco y canela,

Es capaz de estremecente

Y de entretenerte

Pues todo él te camela

Él es así, sencillamente,

Delicado y sincero,

Tal vez por eso lo quiero

Y no se borra de mi mente:

Que algún día se irá

A otro lugar a descansar,

Pero siempre he de recordar

Lo feliz que he sido y será,

Mi perro.

«Me tragaré tus besos»

Me tragaré tus besos,

escupiré tu amor,

Para quitar el dolor

Que has clavado en mis huesos

Apenas, me muevo sin dolor,

Pues con muletas debo ir,

Para ver si puedo resistir

Hasta encontrar otro amor.

Mimaré a mi soledad,

Viviré en su compañía,

Para olvidar algún día

Que fuiste mi maldad

Y espero, tu amor me olvide,

Aunque el dolor del corazón

Aún sin razón,

Pronto se despide.

«Normas establecidas»

Son normas establecidas

Las señoras las odian

Los hombres las admiran

Si sales del armario

Cuidado con Rosario

Son normas establecidas

Si te emborrachas

Cuidado con tu muchacha

Son normas establecidas

Si por infeliz lloras

Cuidado con las señoras

Son normas establecidas

Si te da por cantar

Cuidado con Pilar

Son normas establecidas

Y al final las normas

Me las manipulo

Y les enseño tolerancia

Con más escrúpulos

Que arrogancia

Son normas establecidas

«Quiero encontrar un nido»

Personalmente estoy muy entusiasmado

En encontrar un nido

Que nos de calor, nos cobije y nos mantenga unidos,

De otra manera, si no fuera así, lo nuestro se perdería en el pasado

Y no son tiempos para despreciar

Amores que se quieren de verdad

Que sólo, es para estar juntos, para podemos acariciar…

Pues no en vano, adultos somos y atrás quedó la pubertad

O sea, que ahora ha llegado el tiempo de amar;

De dejarse de tonterías

Olvidar las fantasías

Y no tener que romper, para de nuevo empezar

Si adultos somos lo habremos de demostrar,

Con capacidad, orgullo y si cabe vanidad

Pero a lo que no nos debemos prestar

Es a las discusiones que rompan nuestra amistad

«Qué cosas tiene el destino»

Qué cosas tiene el destino

Resulta que voy al jardin

Pasando un buen rato buscándote sin atino

Más tarde cambio de lugar y te encuentro al fin

Alegria inmensa he sentido,

Pues te vi feliz y acompañada

Y llevabas puesto un precioso vestido

En cambio tú al verme, te has quedado parada

Supongo, no me esperabas ver;

Pero yo he tenido mucha suerte,

Pues te he visto a ti y a otra mujer

Que siempre estuvo en mi mente…

«Junto a ti»

Junto a ti conoci el amor

La riqueza que nos podemos dar

La cantidad de pasión a derrochar

Solo para ti

Pues tú eres mi pasión

Igual que eres para mi

También: mi prisión.

Aunque no sé demostrar

Lo que desearías

Y no sabes esperar

A que llegue un nuevo día.

A veces, durmiendo,

Creo verte junto a mi lado

Y es que me estoy consumiendo

Por todo mi amor entregado.


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Marjane Satrapi. Aniversario de su nacimiento. Libros destacados

Mariola Díaz-Cano Arévalo

Marjane Satrapi

Marjane Satrapi es cineasta, historietista, pintora y símbolo internacionalmente reconocido de la lucha por la libertad de las mujeres. Ha sido la última ganadora del Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, entregado el pasado octubre. Hoy cumple años y lo celebramos echando un vistazo a algunas de sus obras más relevantes.

Marjane Satrapi

Nació el 22 de noviembre de 1969 en Rasht (Irán), en una familia acomodada y progresista. Debido a la complicada situación política imperante en su país en los años después de la revolución de 1980, se marchó a Viena para seguir sus estudios de educación secundaria. Al volver se matriculó en Bellas Artes en la Universidad de Teherán y obtuvo un máster en Comunicación Visual. En 1994 se mudó a Francia, donde se estableció y reside actualmente. Su primera vocación fue ser grafista, pero empezó a ilustrar libros de cuentos para niños.

Contactar con los miembros del colectivo L´Association marcó un punto de inflexión en su vida y carrera en general cuando le propusieron convertir sus recuerdos de infancia y adolescencia en un cómic. El resultado fue Persépolis, cuyo primer tomo, publicado en 2000, se llevó el premio “Coup de coeur” al mejor autor revelación del Festival de Angoulême. El segundo tomo le reportó el Premio al Mejor Guion en el mismo sitio, y el tercero y el cuarto le supusieron su consagración definitiva a nivel internacional.

A partir de ahí su nombre y lo que representa, tanto para el colectivo tan escaso de mujeres dibujantes en el cómic como para el activismo político y combativo hacia un país dominado por el machismo como Irán, se han convertido en sinónimo de admiración y reconocimiento.

Marjane Satrapi — Selección de libros

El suspiro

Empezamos este repaso con esta historia de un comerciante que, cuando volvía de sus largos viajes, siempre les traía muchos regalos a sus tres hijas. Las quería con locura, pero un día no pudo llevarle a la bella Rosa lo que ella más deseaba: una semilla de judía azul.

Con un tono visual sorprendente y un sentido del humor apto para todos los públicos, en este título encontramos una lección inolvidable sobre el sacrificio, la esperanza y los amores perdidos y encontrados.

Los monstruos tienen miedo de la luna

Un libro infantil ilustrado que protagoniza María, una niña que vive feliz excepto cuando se va a dormir, porque unos monstruos aparecen cada noche para molestarla. Así que, para que la dejen en paz, María decide bajar la luna del cielo y meterla en su habitación, para que su luz aleje a los monstruos. Pero lo que no sabe es que al hacer eso provocará el caos total en la ciudad, porque todos los gatos se quedan a oscuras y no pueden ver nada. Y como empiezan a tropezar con todo y a hacerse daño, ¡las ratas aprovechan para tomar con la ciudad! Así que habrá que hacer algo para solucionar un lío tan grande.

Persépolis

El gran hito de Marjane Satrapi nos cuenta la revolución islámica iraní vista desde los ojos de una niña, que asiste atónita al cambio profundo en su país y su familia, al tiempo que ella debe aprender a llevar el velo. Muy personal y profundamente político, este relato autobiográfico analiza lo que significa crecer en un ambiente de guerra y represión política.

El enorme éxito llevó a su adaptación a la gran pantalla, de mano de la propia autora y el también dibujante de cómics Vincent Paronnaud. Dicha versión cinematográfica también obtuvo un gran éxito de público y crítica, al ganar el Premio de la Crítica en Cannes 2007 y el Premio César 2008 al mejor guion adaptado, además de estar nominada a Mejor Película de Animación en los Óscar 2008.

Mujer Vida Libertad

Volumen colectivo de no ficción gráfica que conmemora el comienzo de la revolución del velo en Irán, marcado por una fecha, la del 16 de septiembre de 2022, cuando Mahsa Amini sucumbió ante los golpes propinados por la policía de la moral por no llevar bien esa prenda de vestir.

Para contar este acontecimiento fundamental la autora reunió a tres especialistas: el politólogo Farid Vahid, el reportero Jean-Pierre Perrin y el historiador Abbas Milani, a los que se sumaron diecisiete de los mejores talentos del cómic.

Pollo con ciruelas

Terminamos con otro título de los más famosos que está ambientado en Teherán en 1958. Su protagonista es Náser Alí Jan, un apasionado músico cuya mujer, después una acalorada discusión, le ha roto el tar. Como es un instrumento irremplazable, la aflicción de Náser es tanta que decide no salir de la cama hasta que se lo lleve la muerte. Ni siquiera se levantará para comer su plato favorito: pollo con ciruelas. En los ocho días que pasan lo visitarán sueños, genios, premoniciones y toda clase de recuerdos.

En 2011 se hizo una versión cinematográfica dirigida por la propia autora, que también firmó el guion.


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